Cómo compensar los oídos

Consejos

Sin duda, compensar los oídos correctamente es fundamental para afrontar nuestras inmersiones de forma segura. Debemos ser capaces de compensar perfectamente y no deberíamos de sumergirnos hasta hacerlo correctamente. Dominar estas técnicas nos evitará dolores, molestias y sin duda mejorará tus inmersiones y calidad de buceador.

Esto es un aspecto fundamental pues la no realización de este tipo de maniobras o el hacerlas de manera inadecuada puede traer consecuencias realmente nefastas para nuestra salud, ya que los daños para el oído podrían llegar a ser irreversibles con secuelas graves de por vida.

A continuación trataremos de enfocar este artículo desde el punto de vista más práctico, tratando de mostrarle cuáles son los pasos a realizar. Esperamos que le resulte de ayuda ya que irá mejorando su compensación con la práctica y el número de inmersiones.

LOS CAMBIOS DE PRESIÓN

Al sumergirnos en el agua estamos sometiendo a nuestro cuerpo a importantes cambios de presión. Una atmósfera por cada 10 metros que descendemos (no hay olvidar que en los primeros 10 metros debemos compensar en realidad dos atmósferas ya que sumamos una correspondiente a la presión atmosférica) por ello en los primeros metros es donde encontraremos los mayores problemas a la hora de compensar. Por eso cualquier curso de buceo a nivel básico incluirá entre sus clases cómo realizar maniobras de compensación.

Este tipo de maniobras resultan elementales, y sin embargo a muchos nos ha ocurrido el salir de una inmersión con dolor de oídos. Aunque éste dolor no tiene porqué ir a mayores ni causar más problemas, lo cierto es que supone un claro signo de que no hemos hecho las cosas bien y eso deberá solventase si queremos que lo que inicialmente se presenta como una molestia no termine suponiendo un grave problema.

El oído guarda una estrecha relación con el sistema respiratorio, por lo que los cambios de presión hidrostática le afectan enormemente. El incremento de presión durante la inmersión puede producir dolor e incluso llevar a provocar una lesión del tímpano si no se produce el equilibrio necesario entre la presión del interior de esta membrana y la del exterior.

El problema surge cuando el buzo no es capaz de equilibrar correctamente la diferencia de presión existente entre los espacios con aire de sus oídos y de su máscara y la presión más alta del agua a medida que se sumerge más profundo.

Pues bien, las maniobras de compensación son sencillos ejercicios que nos permitirán conseguir el necesario equilibrio entre la presión interna del oído medio y la presión exterior, evitando así posibles barotraumatismos que ponen en peligro la integridad de nuestros oídos.

DESCENSO Y ASCENSO

Durante el descenso la presión ambiental va aumentando de manera proporcional a la profundidad que se va alcanzando. La Ley de Boyle explica este fenómeno físico que relaciona presión y volumen. Estos dos parámetros son inversamente proporcionales, es decir que a mayor presión (a medida que descendemos) disminuye el volumen (en las cavidades huecas) y viceversa. Este simple concepto es la base de toda la patología barotraumática en el buceo.

Se produce una disminución del volumen de aire en el oído medio que lleva al cierre de la porción nasofaríngea de la Trompa de Eustaquio. Es por tanto necesario realizar una serie de operaciones con las que abrir las trompas y equilibrar las diferentes presiones.

Si no realizamos esta compensación, el tímpano se deforma hacia dentro. Primero notaremos una especie de tapón y después dolor que, de no ponerle solución, podría terminar en una rotura o perforación.

Por eso durante el descenso deberemos poner precaución desde el principio de la inmersión, puesto que es en esos primeros metros donde se producen los mayores cambios de presión. Resulta un error esperar a sentir dolor en los oídos para comenzar la compensación o pensar que no es necesaria porque vamos a descender tan solo unos metros. La compensación debe empezar nada más tirarnos al agua y no terminará hasta haber alcanzado la profundidad deseada para la inmersión.

En el ascenso sucede al revés: la presión ambiental disminuye y esta disminución provocará la apertura de la trompa; el exceso de aire en el oído medio es drenado pasivamente a través de la Trompa de Eustaquio, lo que hace que habitualmente no resulte necesario realizar técnicas de compensación.

Pero si por alguna causa se obstruye la trompa, el oído medio tendrá una presión positiva que puede

provocar la rotura de la membrana timpánica. Por eso si notara cualquier tipo de molestia convendrá

detener el ascenso, tragar saliva y volver a reiniciar el ascenso pero a mucha menos velocidad. Durante el ascenso no es recomendable realizar ningún otro tipo de compensación. Como mucho si molestarán los oídos realizar movimientos mandibulares.

MANIOBRAS DE COMPENSACIÓN

Podemos agrupar las maniobras de compensación en dos grandes grupos, involuntaria y voluntarias . A continuación hablaremos sobre ellas:

Maniobras involuntarias: Entendemos por maniobras involuntarias aquellas que realizamos de manera totalmente normal, sin llegar a ser conscientes de que con ellas estamos compensando la presión de nuestros oídos. No todas ellas son efectivas para los buceadores. Se pueden aplicar en cualquier otra situación de nuestra vida cotidiana. Las más habituales son: bostezar, estornudar, toser y deglutir.

Con estos pequeños hábitos estamos compensando sin que suponga ningún tipo de trabajo a mayores ni preocupación. Hay quien las denomina también “Maniobras de nivelación o igualación”.

Maniobras voluntarias o de presurización: Estas maniobras están basadas en lograr el pasaje del aire al oído medio. Por ejemplo: las maniobras de Valsalva, Toymbee, Frenzel y Edmonds. A continuación le exponemos las más habituales:

VALSALVA: a principios del siglo XVIII el anatomista Antonio María Valsalva inventó un método para tratar la otitis purulenta basado en lo siguiente: perforaba el tímpano, le hacía reclinar la cabeza hacia abajo y le mandaba realizar un fuerte esfuerzo respiratorio manteniendo nariz y boca tapados. Con este ejercicio el paciente expulsaba todo el pus que tenía dentro.

Pues bien, eso mismo es lo que debemos hacer para equilibrar presiones: taponar boca y nariz mientras tratamos de expulsar aire por la nariz. Se debe soplar con mucha fuerza pero nunca hacer presión por más de 3 segundos. Al hacer esto estamos obligando al aire a salir por los oídos.

Es una maniobra tan sencilla de realizar que se ha convertido en la más habitual entre los buceadores. Al realizar la compensación podremos escuchar un pequeño sonido en ambos oídos a la vez. La facilidad de su realización hace que sea el método elegido por muchos buceadores para compensar, si bien debemos ser conscientes de que al hacerlo corremos algunos riesgos:

– Blood Shift: problema más habitual entre los apneístas. Se basa en contrarrestar la compensación espontánea de la sangre en la circulación menor, es decir, hacia los pulmones. Cuando descendemos la sangre se dirige a los pulmones para equilibrar el aumento de presión que se ejerce desde el exterior hasta la caja torácica. Si entorpecemos de algún modo esta compensación voluntaria, podríamos tener ciertos problemas.

– Pérdida de consciencia debida a la disminución del flujo cerebral.

– Si existen secreciones en la nasofaringe, pueden pasar al oído medio a través de las trompas.

– Nunca se debe realizar durante el ascenso ya que estaríamos introduciendo más aire al oído medio el cual ya se encuentra lleno, con lo cual provocaríamos un barotraumatismo implosivo con potencial ruptura timpánica y otras graves consecuencias.

FRENZEL: el comandante alemán Herman Frenzel ideó una maniobra de compensación utilizada por paracaidistas y pilotos durante la II Guerra Mundial.

Su realización es también muy sencilla: taponamos la nariz y forzamos la pronunciación de una “K” o de una “GU” gutural. Durante la maniobra se eleva la base de lengua contra el paladar. De esta forma se realiza una compresión de aire en la parte posterior de la faringe que se lanza hacia la nariz.

TOYNBEE: Los chasquidos que escuchamos al tragar vienen provocados por la apertura de las trompas para equilibrar la presión del oído medio. Esto lo descubrió el médico inglés Joseph Toynbee.

Solo se realiza durante el ascenso y consiste en pinzar la nariz y deglutir. Es en realidad una maniobra de despresurización ya que el aire pasa del oído medio a la trompa y de allí a la nasofaringe. Hace el recorrido inverso. Normalmente durante el ascenso la compensación se realiza de forma espontánea pasiva por lo que rara vez se utiliza.

La maniobra de Toynbee consiste en tapar la nariz y seguidamente deglutir. De esta forma los músculos de la faringe tiran abriendo la trompa, al tiempo que se reduce la presión rinofaringea que se transmite al oído medio.

EDMONDS: podemos considerar a esta técnica como un complemento a la maniobra de Valsalva. Consiste en que, mientras realizamos la valsalva, tensionamos el paladar y los músculos de la garganta, llevando la mandíbula hacia delante y abajo.

DIFERENCIAS ENTRE BUCEO CON BOTELLAS Y PULMÓN LIBRE

Por último una aclaración en general para pescasub y apneistas:

La forma de descender y emerger que tiene un pescasub o un apneista en comparación con un buceador con botellas es muy diferente y eso impacta directamente sobre los problemas de compensación que puedan tener unos y otros.

Para la pesca o la apnea dinámica habitualmente se desciende cabeza abajo y rápidamente. El buceador con botella, suele bajar por el cabo de fondeo, en posición vertical y lentamente. Otros con más experiencia bajan en cualquier posición, pero lo normal y recomendado es lo anterior.

Son dos posiciones totalmente opuestas y nuestros órganos del equilibrio periférico (aparato vestibular) y de compensación (trompas de Eustaquio) lo sufren de forma muy distinta.

El buceador con botellas si siente molestias para, asciende un poco, realiza maniobras de compensación y con eso suele ser suficiente. Alguien ha visto a un pescasub o apneista detenerse totalmente para compensar cuando baja…seguro que no, por lo que lo tendrán más difícil a la hora de compensar.

La disposición anatómica de conductos semicirculares y trompas de Eustaquio con respecto a nuestra posición en el espacio es muy diferente en una y otra situación. Por ello es muy común que muchas personas que bajan cabeza abajo suelen marearse, debido a que el sensor de equilibrio sufre más en esa posición.

CONSEJOS PRÁCTICOS

Además de todo lo expuesto, tenga en cuenta los siguientes consejos básicos:

– Para que cualquier maniobra resulte eficaz y no traumática, deberá realizarse antes de que los oídos nos duelan o molesten.

– Si la maniobra se ha realizado correctamente deberemos notar cómo el tímpano recupera su tensión habitual, incluso podremos escuchar una especie de chasquido que nos garantiza que la compensación se ha realizado.

– Si al principio le cuesta compensar con normalidad, no se desanime, pruebe de nuevo y si lo considera oportuno, hágalo utilizando alguna otra técnica. Tenga en cuenta que la permeabilidad de la trompa puede variar en cada individuo e incluso, en una misma persona, podrá cambiar de un día para otro.

– Tenga en cuenta que lo más importante es contar con la suficiente experiencia para determinar si una compensación se está realizando correctamente. En este sentido se recomienda practicar los ejercicios de compensación de forma habitual.

– Si tras la realización de varias maniobras el dolor de oído continuara, conviene ascender hasta el punto en el que el dolor desaparezca y volver a descender realizando las adecuadas maniobras. En caso de que el dolor continúe daremos por finalizada la inmersión.

Publicado en: Buceo, Consejos

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