Resulta evidente que una pala no puede tener muchas distintas partes. De hecho sólo se divide en dos que están perfectamente integradas, pareciendo un todo.
Las dos partes de una pala que se reconocen son:
- MARCO O PERFIL: parte exterior que rodea la pala.
Sirve para aportar a la pala firmeza y resistencia (necesaria para golpear a la bola pero también para los “desgraciados” golpes contra la pared).
Inicialmente estos marcos se realizaban en aluminio ensamblado en laminados de madera, materiales con los que se conseguía una gran resistencia. Eran palas muy duras, capaces de soportar fuertes impactos pero tenían un gran problema: el peso; debido al uso de estos materiales las palas se iban a unos pesos exagerados que entorpecían el juego y, lo que es más importante, propiciaban las lesiones.
En nuestros días se utilizan materiales como la fibra de vidrio, la de carbono o la de grafito, elementos de gran ligereza pero que al tiempo aportan un grado de resistencia muy importante.
- SUPERFICIE DE IMPACTO: se trata de la zona en la que impacta la bola y, como tal, es la que nos aportará las “sensaciones de golpeo” que todos necesitamos sentir para desarrollar el juego de forma correcta.
En principio esta superficie estaba realizada íntegramente en madera que después evolucionaría a la madera laminada, posteriormente a caucho cubierto con laminados de maderas y hoy en día se realiza de diferentes variedades de FOAM, como el poliuretano, cubiertos de cauchos y laminados de fibra de vidrio. De hecho lo más común son las palas con superficie de impacto realizada en goma E.V.A. (goma especial para la absorción de impactos), con diferentes tratos y densidades, recubierta de laminados de fibra de vidrio.
