
La importancia del color en los señuelos
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Si hay algo a tener en cuenta a la hora de elegir nuestros señuelos para que éstos resulten lo más efectivos posible, esto es sin duda su color.
El tono del señuelo es una característica básica que puede suponer la diferencia entre una jornada de pesca excelente o un día para olvidar.
En este artículo trataremos de, partiendo de unas condiciones generales, dar unas pautas básicas para la elección del color de sus señuelos, considerando siempre las especies que más habitualmente se pescan en las aguas de nuestro país (es decir, la trucha, la lubina, el lucio y la lucioperca).
Esperamos que obtenga conclusiones interesantes.
ANALIZAR EL ESTADO DE LAS AGUAS
Ni que decir tiene que uno de los elementos que primero se deben tener en cuenta a la hora de elegir el color de nuestro señuelo es el de las características de las aguas donde nos vamos a dirigir a pescar, teniendo en cuenta tanto su claridad como su temperatura.
En cuanto a la claridad de las aguas, distinguiremos entre:
– Aguas turbias: aunque en principio pueden parecer más “difíciles” para el pescador, lo cierto es que cuentan con la ventaja de que en ellas los peces suelen mostrarse mucho más confiados, puesto que se consideran más “a salvo”; algo que también saben los depredadores, que no suelen desperdiciar demasiado tiempo en pensarse si atacar o no, puesto que ante la incapacidad por diferenciar bien las formas y los colores, actuarán movidos por el instinto, por lo que atacarán casi sin pensarlo.
En este tipo de aguas deberemos, por tanto, preocuparnos por que nuestro cebo sea visto por el pez. De ahí que debamos decantarnos por cebos de colores llamativos, que resultarán mucho más fáciles de ver para el pez. Amarillo, naranja, verde… serán las tonalidades a elegir.
En caso de que pesquemos con cucharilla, deberemos optar por las plateadas.
Una combinación del plateado con cualquiera de los colores antes indicados resultaría ideal.
– Aguas claras: en las zonas de aguas claras (sobre todo en aquellas donde la presión de la pesca resulta significativa), deberemos poner especial cuidado en la elección de nuestro cebo. Efectivamente, éste deberá adaptar su color en todo lo posible a la tonalidad de la comida a la que los depredadores estén acostumbrados en la zona.
De ahí que aconsejemos el decantarse por los colores que definimos como “naturales”, entrando en ellos el marrón, el gris, el verde oscuro… Por otro lado y en relación a la temperatura, es otro de los factores más importantes a tener en cuenta, sobre todo si nuestro objeto de pesca es la trucha.
– Aguas cálidas: durante los meses cálidos o en las horas centrales del día los colores que debemos utilizar son los denominados “calientes”, esto es, el rojo, el naranja y el amarillo.
– Aguas frías: optaremos por colores “fríos” como el azul, el verde, el violeta o el morado.
LAS PRESAS EXISTENTES
Se trata de una de las primeras variables a considerar; si hay bogas en la zona, buscaremos un cebo que se parezca e imite sus colores, si hay bermejuelas haremos lo propio, o si hay percasol, trataremos de imitarle… Recordemos, si nuestro objetivo son las truchas, que no resulta raro que coman sus propios alevines.
En caso de que no dispongamos de los datos sobre las presas existentes en el lugar, siempre será preferible optar por colores naturales, genéricos, como el marrón, el gris, el verde o el azul.
LA IMPORTANCIA DE LA LUZ AMBIENTAL
Efectivamente, también deberemos tener en cuenta la intensidad de la luz existente en el momento que realizamos la acción de pesca, puesto que ella nos ayudará a determinar el color a elegir.
Esta luz ambiental depende fundamentalmente de tres factores: la hora del día en la que pesquemos, la meteorología reinante (si hay nubes o niebla, por ejemplo) y la profundidad a la que realicemos la pesca. Así si nos encontramos en una situación en la que la luz sea escasa (bien porque el día se presente nublado, porque pesquemos a profundidad o porque nos encontremos al amanecer o al atardecer), deberemos buscar cebos de colores llamativos, para que resulten fácilmente localizables por el pez (naranja, amarillo, rojo…).
También será conveniente decantarnos por los plateados, que realizan contrastes realmente interesantes. De cualquier manera debemos tener presente que pescando en superficie, aunque el día esté oscuro, podremos utilizar cebos de colores apagados, ya que los peces perciben perfectamente los contrastes.
Si por el contrario la luz es intensa (y sobre todo si pescamos en superficie), habrá que decidirse por tonos oscuros (marrón, gris, azul y verde). En caso de que usemos cucharas, nos iremos a los colores mate, cobre, dorados o bronces.
LA PROFUNDIDAD A LA QUE SE PESCA
Por supuesto, no puede ser igual pescar en superficie que hacerlo a grandes profundidades; hay colores que se ven bien a ciertas profundidades mientras que otros resultan prácticamente imperceptibles.
- Hasta los 6 metros, los colores que mejor se ven son el rojo y el naranja.
- Hasta los 12 metros, el azul y el verde.
- Por debajo de 12 metros, el violeta y el morado serán la mejor opción.
Por muy clara que parezca el agua en la superficie, no tiene porqué ser así si bajamos unos cuantos metros, por lo que la pesca a profundidad nos exige siempre el uso de colores claros, que además deberán resaltar sobre el color dominante del fondo, para que resulten mejor perceptibles para el pez.
LA PRESIÓN DE PESCA
Cuando hablamos de “presión de pesca” nos referimos a la frecuencia y cantidad de pescadores que rondan la zona.
Debemos ser conscientes de que el pez recuerda con bastante claridad cuando han sido atrapados por un señuelo, un recuerdo que según muchos son capaces de transmitir a sus descendientes a través de su carga genética. Efectivamente, todos habremos experimentado en alguna ocasión como un cebo que funciona de maravilla durante una temporada, deja de ser eficaz a la siguiente.
Ni que decir tiene que, cuanto mayor sea el pez, dispondrá de mayor memoria, por tanto de más información y en consecuencia resultará mucho más difícil su captura. Esto debe tenerse muy en cuenta si nuestro objetivo es la pesca de los grandes ejemplares. Así si somos unos de los pocos afortunados en alcanzar una zona de poca presión, podremos optar por probar inicialmente con señuelos de colores llamativos, con los que garanticemos que el pez es atraído.
Por supuesto, si somos conscientes de que la zona cuenta con una importante presión de pesca, resultará absurdo realizar este tipo de pruebas. Muy por el contrario optaremos por cebos de colores naturales, similares a los peces presa que se encuentren en la zona o a los propios alevines de los predadores que deseemos pescar. En estas condiciones únicamente nos decantaremos por cebos brillantes si el día se presenta nublado o bien si pescamos a cierta profundidad.
LOS COLORES DEL LUGAR
¿Qué es más efectivo, decantarnos por los mismos colores de la zona en la que pescamos o tratar de que nuestros señuelos resalten, utilizando colores totalmente distintos? En esto existen opiniones para todos los gustos.
Hay quien defiende que se deben utilizar colores diferentes, para hacer que los cebos resalten, llamando así la atención de los peces; mientras que otros afirman justamente lo contrario: resulta más efectivo utilizar cebos del mismo color que el que presente en el medio, puesto que es la única forma de garantizar que no causarán desconfianza en los depredadores.
Pues bien, consideramos que lo más oportuno para tomar una decisión en este sentido es el tener en cuenta la presión de pesca que sufre ese lugar en concreto. Efectivamente, si existe presión significará que los peces habrán adquirido una serie de costumbres y, por lo tanto, desconfiarán con mayor facilidad, por lo que lo oportuno será decantarnos por colores similares a los del medio.
En caso de que la zona tenga poca abundancia de pescadores (y a pesar de lo que podamos pensar, todavía las hay), podremos atrevernos con cebos de colores diferentes a los que aparecen en la naturaleza del lugar.
CONSEJOS GENERALES
Además de todas las consideraciones expuestas, conviene que tenga en cuenta una serie de consejos a nivel general, que estamos seguros le serán de gran ayuda:
- Trate de informarse al máximo sobre la zona de pesca: especies presentes y su apariencia, temperatura que suele haber, profundidad, estado de las aguas… Todos estos datos le serán de gran ayuda.
- Vaya siempre a pescar con una variedad de colores. No decimos que vaya cargado hasta los dientes, pero sí conviene disponer de diferentes opciones para cambiar la elección realizada en principio, en caso de que no funcione.
- En caso de que pase más de media hora sin sentir ninguna picada, cambie de color. Utilice colores que nunca haya usado en esas aguas, puede que se lleve una agradable sorpresa.