PESCA DE LA TRUCHA CON PEZ ARTIFICIAL

Técnicas de pesca

La pesca de trucha con señuelos artificiales es una técnica emocionante y efectiva para capturar truchas en ríos y lagos. Los señuelos artificiales pueden imitar insectos, crustáceos, peces pequeños u otros alimentos habituales de la trucha, y su movimiento y apariencia atractivos pueden llamar la atención de las truchas… siempre que seamos capaces de elegirlos y utilizarlos correctamente.

Pero, ¿qué sucede cuando nos encontramos en un río de montaña, con escaso cauce?, ¿puede una trucha de arroyo atacar un pez artificial?…

Si nos dejamos llevar por la “tradición”, en un arroyo utilizaríamos únicamente cucharillas y el pez artificial lo dejaríamos para los ríos de gran tamaño, donde esperamos capturas de más peso. Pues bien, no es por llevar la contraria, pero lo cierto es que la pesca con pez artificial de pequeño tamaño también puede depararnos magníficos momentos y magníficas capturas en estos pequeños ríos.

Para muchos el motivo se encuentra en que simplemente este tipo de señuelo resulta nuevo para las pequeñas truchas de arroyo, lo que provoca que lo ataquen de manera más confiada… puede que ese sea el motivo, no importa, lo realmente importante es que ¡funciona! y la experiencia de pesca que nos ofrece realmente merece la pena.

Conozcamos algo más sobre la pesca con artificial en pequeños ríos: ¿qué equipo utilizar?, ¿qué técnica desarrollar?…


EL TIPO DE PEZ ARTIFICIAL

Los peces artificiales son el señuelo más versátil y sin duda de más facilidad de uso para la pesca de la trucha en particular y de los ciprínidos en general. La comodidad de su utilización se une a unos resultados más que demostrados para la captura de esta especie, lo que le convierte en un cebo idóneo que deberá formar parte del equipo de todo pescador.

Sin embargo, cuando se trata de pescar en arroyos con poca agua, simplemente los desterramos de nuestras opciones, como si fuera imposible conseguir cualquier tipo de resultados con ellos. Y eso, sin duda, es un error.

Como sabemos, en el mercado podemos encontrar multitud de diferentes modelos de peces artificiales, cada marca nos ofrece los suyos y la elección en ocasiones se torna realmente complicada de realizar. Eso no significa que no existan modelos que resulten adecuados para el tipo de pesca que ahora nos ocupa. Para la pesca de truchas en ríos de alta montaña con artificiales, deberemos buscar peces que cumplan dos cualidades fundamentalmente:

  • Tamaño: evidentemente, pequeño. Se recomienda no pasar de los cinco centímetros de longitud.
  • Peso: no conviene pasar de los 4 gramos (pero tampoco por debajo de ese peso).

Partiendo de estas dos premisas, deberemos elegir nuestros peces.

Conviene acudir al río con varios modelos, que seleccionaremos in situ en función de cómo se presenten las condiciones en el momento de la pesca.

Así pues en nuestro equipo deberemos tener:

  • Peces flotantes.
  • Peces de hundimiento lento.
  • Peces sumergibles.
  • Peces con sonajero (que realicen diferentes tipos de ruido).
  • Peces articulados.

Después, teniendo en cuenta las condiciones que nos encontremos en el río, seleccionaremos uno u otro modelo.

  • Zona con poca corriente: peces flotantes y articulados.
  • Zona profunda: modelos sumergibles y suspendidos. También los de hundimiento superlento.
  • Remanso poco profundo: pez flotante.
  • Remanso muy profundo: modelos sumergibles

Otro punto importante a considerar es el de los colores. No existe una norma escrita para ello (depende de multitud de variables como el clima, los colores de la zona…) pero quizás lo más recomendable, a nivel general, sea decantarse por los colores naturales.

 

LA TÉCNICA

Resulta evidente que no es lo mismo pescar con artificial en una zona de aguas paradas que hacerlo cuando hay corriente. Tenemos que ser capaces de mover el pez bajo cualquier circunstancia, evitando que la trucha se dé cuenta del engaño y nos deje “a dos velas”.

Por lo tanto, lo más importante para conseguir resultados con este tipo de pesca es que seamos capaces de adaptar constantemente el señuelo a la postura sobre la que se va a lanzar (según las premisas antes indicadas).

Junto con esta capacidad de adaptación e igualmente importante, tenemos el tema de la recuperación. Y es que es absolutamente necesario que desarrollemos la recuperación con la velocidad adecuada según el pez lanzado y la zona en la que se encuentre.

El principal secreto de la pesca con pez artificial es el de ser capaces de conseguir la máxima precisión la hora de realizar cada lance. El primer y fundamental paso de esta modalidad de pesca es el de intentar colocar el señuelo en la zona que consideremos como un posible punto de pesca.

Dicho esto, en cuanto al lance, desarrollaremos la misma técnica que utilizaríamos pescando con cucharilla. Según las condiciones, podrá ser:

  • Lance normal, con el pez por detrás de la caña, apuntando al lugar donde deseamos colocar el señuelo.
  • Lance de péndulo: en caso de que los obstáculos que tenemos por detrás no nos permitan realizar un lance normal, haremos que el pez bascule hacia delante y hacia atrás hasta que coja la potencia necesaria para salir disparado y caer al agua.
  • Lance lateral: colocamos la caña paralela a la superficie de agua, con la punta a la misma altura que la mano que lanza. Este tipo de lance nos permitirá alcanzar posiciones río arriba en nuestra orilla o en la contraria.
  • Lance de ballesta: sólo lo utilizaremos en caso de que las otras opciones no resulten viables. De cualquier manera, conviene extremar las precauciones para no clavarnos la potera en los dedos.

Sobra decir que, sea cual sea la modalidad de lance que desarrollemos lo más importante es que el pescador tenga la suficiente capacidad y/o experiencia para ser capaz de colocar el pez artificial justo donde desea.

Tras el lance, viene el momento de la recogida y aquí tenemos nuevamente dos opciones:

  • Recuperar con pequeños y rápidos tirones: se trata de simular el movimiento realizado por un pez herido. Este tipo de recuperación lo haremos con peces flotantes.
  • Recuperar con pausas más largas: cuando tengamos un modelo de tipo suspendido convendrá realizar pausas más largas, dando tiempo a que el pez se detenga durante un segundo antes de reiniciar la siguiente serie de golpes de muñeca.

No cabe duda que el momento más difícil será cuando el pez deba trabajar en aguas rápidas, donde el riesgo de enganche es muy alto.

 

EL EQUIPO

Las características principales del equipo para la práctica de ésta técnica serán:

  • Cañas de ballesta: en grafito, con tamaños de 130 y 150 cm.
  • Carrete: freno delantero y trasero.
  • Línea: del 0,16 a principio de temporada, hasta 0,12 a finales.
Publicado en: Pesca, Técnicas de pesca

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