Pesca desde pato

Material

El pato

Este neumático dispone de todo lo necesario para poder pescar sin tener que salir de él, es decir, teniendo todo al alcance de la mano: asiento con respaldo (que suele ser ajustable), bandeja, bolsillos para el equipo… Estos bolsillos deben ser lo suficientemente grandes para permitirnos guardar todos los elementos del equipo; así casi todos los modelos suelen contar con un gran bolsillo superior en el que meteremos los grandes bultos (alimentos, ropa de repuesto…) y un número indeterminado de pequeños bolsillos en los que guardar todo lo que se nos ocurra que podremos necesitar. Las anillas dispuestas a lo largo del pato nos permiten tener a mano útiles como la sacadera, el abrebocas…

En general y teniendo en cuenta su estructura, podemos decir que existen tres tipos de patos:

  • Redondos: sumamente sencillos y por lo tanto prácticos. Pueden llevar en su interior una cámara de rueda o una cámara especial de PVC (más ligeras).
    Son poco voluminosos, por lo que ocupan poco espacio.
    Los más económicos.
  • En forma de “U”: pato que cuenta con una abertura en parte delantera. Esta especial forma hace que resulte mucho más fácil entrar y salir del mismo, al tiempo que facilita el aleteo. Por supuesto estas ventajas hay que pagarlas…
  • Tipo catamarán: el modelo más moderno. Se trata de una especie de catamarán con dos torpedos independientes y un asiento rígido en el medio (lo que nos permite ir más altos que con los otros dos modelos). Este tipo de pato puede manejarse a remo o con motor, dejando de lado las aletas.

Criterios para la elección del pato

A la hora de elegir nuestro pato de pesca, son varias las cosas a tener en cuenta:

  • La capacidad de aire de las cámaras: lo que determinará el peso máximo que puede soportar (un peso en el que se debe incluir al pescador con todo su equipo).
  • El volumen del pato: muy importante en caso de que nos queramos mover por zonas estrechas.
  • Capacidad natatoria: que puede variar enormemente de un modelo a otro. Así si pensamos realizar largos desplazamientos deberemos decantarnos por un pato tipo catamarán o en forma de “U”.
  • Utilización: por supuesto en la elección será importante valorar dónde y cómo desearemos utilizar el pato. Si el lugar al que vamos a pescar cuenta con rocas, abundante vegetación, pinchos… deberemos buscar un modelo resistente y con buenas costuras.
  • Cabida: nos referimos a la cantidad de bolsillos y anillas de las que dispone el pato. Aquí existen múltiples y muy diferentes diseños pero siempre deberemos tener en cuenta que cuanta más capacidad tenga el pato mejor nos permitirá disponer de nuestro equipo al completo.

Equipo adecuado

Además del pato, el equipo para la pesca desde el pato debe completarse con unas buenas aletas adaptables al vadeador, que resultarán el único motor de esta “embarcación”, por supuesto siempre movido por las piernas del pescador.

Existen dos modelos de aletas, las específicas para la pesca con pato y las que habitualmente se utilizan en buceo. Las primeras se adaptan perfectamente al vadeador, permitiendo un aleteo cómodo y sin preocupaciones, mientras que entre la enorme variedad que encontraremos en el mercado de aletas de buceo, seguramente nos resultará mucho más complicado encontrar aquellas que se adapten al vadeador correctamente.

En cuanto al vadeador, la elección entre bota o calcetín dependerá de accesibilidad del terreno, teniendo en cuenta que el de calcetín permite un aleteo mucho más cómodo. Por supuesto debemos ser conscientes de que este tipo de pesca nos hará estar constantemente metido en el agua, por lo que resulta imprescindible que el vadeador sea de neopreno (mucho más si la pesca se realiza en invierno).

No nos olvidaremos de la ropa interior, que deberá ser térmica en invierno y de algodón en verano (para evitar el exceso de transpiración).

Tampoco puede faltar un elemento básico de seguridad, el chaleco salvavidas, o si se prefiere, un neumático de reserva, por si acaso…
Material para el arreglo de cualquier pequeño pinchazo nunca está de más.

Especies

Como ya hemos señalado, una de las ventajas del uso del pato es la enorme versatilidad que nos ofrece en cuanto a las diferentes capturas que podemos realizar.

Ni que decir tiene que las especies más perseguidas con esta pesca son la trucha, el lucio y el black-bass, es decir, las propias de la pesca a mosca para la que inicialmente se desarrolló este instrumento. Pero el uso del pato se ha extendido de tal manera que actualmente se utiliza para la pesca de otros muchos peces, entre los que podemos pescar la carpa, el barco o incluso los siluros, tal y como hemos podido ver en aguas francesas.

Técnica

Los lances de mosca no son excesivamente largos, de ahí que no resulte extraño que el pescador de mosca se encuentre habitualmente con un problema: alcanzar aquellos peces que nadan lejos de su situación. Con el objetivo de solucionar este tema nacieron los patos.

Su función principal fue por tanto, acercar al pescador a los peces, integrándolos para ello en su propio medio.

Varios son los adjetivos que calificarían la acción de pesca desde pato:

  • Versatilidad: permite la pesca de diferentes especies; trucha, lucio, back-bass, carpa… hasta los increíbles siluros han sido pescados de esta forma.
  • Movilidad: el uso de una embarcación como el pato permite al pescador unas enormes posibilidades de movimiento, muy superiores tanto a las disponibles para el pescador de a pie como para el que desee pescar desde embarcación.
    Por supuesto, se trata de desplazamientos lentos, limitados por las posibilidades que nos ofrezca el lugar, lo que en ocasiones puede convertirse en un impedimento para poder alcanzar nuestros objetivos.
    Esto limita además el uso del flotador únicamente a pequeños embalses o ?charcas? y, en caso de querer pescar en grandes pantanos, deberemos limitar la acción de pesca a una pequeña zona, saliendo del agua si queremos desplazarnos grandes distancias.
  • Sencillez: el uso del flotador no supone ninguna complicación, simplemente nos valdremos de él para poder movernos con total libertad.
  • Comodidad: la acción de pesca resulta realmente cómoda, por la posición que tenemos así como por la posibilidad de contar con todos los elementos de pesca al alcance de la mano.
    Sin embargo para muchos los lances a grandes distancias resultan difíciles, por la postura que el pato nos obliga a mantener.
  • Deportividad: pescar desde un pato nos coloca prácticamente en la misma posición que tiene el propio pez. Efectivamente, supone la mejor forma de integración con el medio acuático, ni que decir tiene que esto supone un importante desgaste físico por parte del pescador, que deberá contar con unas piernas de hierro si no quiere acabar agotado a las mínimas de cambio.
    El pescador necesitará también de mucho aguante si desea conseguir buenos lances, puesto que la postura en la que los hombros apenas quedan a dos cuartas de la superficie provoca que lanzar resulte no sólo difícil sino también sumamente cansado.
  • Resultados: el flotador nos obliga a meternos en el medio acuático, actuando como si nosotros fuéramos el propio pez. Desplazándonos de esta forma por las orillas conseguiremos espantar muchos menos peces que haciéndolo a pie.
  • Economía: efectivamente, la compra de un pato no supone un gran desembolso de dinero y por supuesto es una inversión mucho menor a lo que supondría la adquisición de una embarcación. Además, su mantenimiento es mínimo y no necesita de un medio de transporte especial ni de un lugar donde guardarlo.

En cuanto a lo que se refiere a la acción de pesca en si misma, para muchos se define como la auténtica pesca deportiva, la única modalidad en la que el pescador se enfrenta a su presa en su propio medio, con todas las dificultades que sin duda esto conlleva. La primera es la de alcanzar el agua con éxito; efectivamente no resulta sencillo zambullirse en el agua con un artilugio como el pato (sobre todo si éste es cerrado); lo más adecuado es hacerlo con las aletas colocadas y el pato alrededor de la cintura, caminando hacia atrás; pero está claro que esto sólo lo podremos hacer si disponemos en las orillas de un lugar sin mucha pendiente y con un terreno que nos lo permita, lo cual no siempre sucede. Cuando no sea así, deberemos optar por dos soluciones distintas, según el caso; o bien entramos en el agua con el pato puesto pero sin aletas, las cuales nos colocaremos después cuando ya estemos flotando en el agua, o bien buscamos una zona en la que cubra poco, nos ponemos las aletas y después intentamos introducirnos en el pato por la cabeza.

Una vez solucionado el problema de la colocación del pato, deberemos pasar al del desplazamiento. Piernas semiextendidas y movimiento de cintura para girar son los puntos básicos que debemos conocer. Una vez que se controlan estos movimientos, la posición en el asiento resulta cómoda y podemos estar en él durante horas.
Horas que aprovecharemos sin duda para realizar el mayor número de lances posible, algo que no siempre resulta sencillo. Efectivamente debido a la proximidad del agua el lanzado puede complicarse en ocasiones más de lo deseado, además de resultar algo cansado. Los lanzados deben elevarse e inclinarse obligatoriamente para evitar que un anzuelo vaya a parar a nuestro flotador, lo que podría provocar un accidente del todo indeseable.

En cuanto al resto de la técnica es exactamente la misma que desarrollaríamos pescando a pie, con la única salvedad de que el clavado deberá ser más enérgico, para solventar los problemas de inestabilidad que nacen de la pesca desde un punto tan móvil como es el pato. Una falta de estabilidad que sin duda multiplica las sensaciones que percibe el pescador, haciendo única cada pelea por la captura de un pez, sea cual sea su especie.

Seguridad

Uno de los mayores inconvenientes nombrados por muchos pescadores reticentes al uso del pato es la inseguridad que les produce este elemento. Sin embargo, nada más lejos de la realidad si se respetan una serie de normas básicas de seguridad:

  • No se debe utilizar nunca en aguas en las que haya corrientes: los motivos resultan obvios, quedar a merced de los caprichos de aguas movidas no le resulta agradable a nadie.
  • Se hinchará siempre la segunda cámara de aire.
  • Evitaremos la pesca en los días de viento, el cual puede desplazarnos de nuestra posición sin desearlo.
  • No aventurarse en lugares desconocidos o de difícil acceso.
  • Cerraremos siempre la cincha situada entre nuestras piernas, lo cual impedirá que podamos caernos.
  • Debemos ser conscientes de nuestras posibilidades físicas y nunca pescaremos hasta quedar del todo agotados, puesto que después puede complicarse en exceso la salida del agua.
  • Realizaremos un correcto control y mantenimiento del pato, revisando periódicamente la cámara de aire para comprobar que no existen pinchazos y, en caso de que aparezca alguno, ponerle solución inmediata.
  • Pescar acompañados: por supuesto no resulta imprescindible, pero siempre es recomendable. La presencia de un compañero no sólo supondrá una enorme ayuda en caso de necesitarla sino que sin duda hará que la jornada de pesca resulte mucho más divertida.

Como habrá comprobado, no se trata de normas de seguridad de complicada realización, todo lo contrario, sólo son recomendaciones que parten del sentido común y que nos pueden librar de gran cantidad de problemas.

Consejos

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Resulta recomendable el uso de un vadeador que nos aisle del frío y nos permita movernos sin miedo a las pequeñas rozaduras que siempre pueden producirse por contacto con ramas, piedras, etc.

A la hora de elegir las aletas, tenga en cuenta si va a utilizar o no un vadeador, ya que la talla de la aleta puede variar.

Ante la presencia de fuertes vientos, se recomienda mantener un pataleo constante pero sin agobios para no cansarnos en exceso pero poder mantener la situación sin alejarnos en exceso de la zona.

Publicado en: Pesca, Material

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