Las botas para vadear

Material

Sin duda las botas para vadear son uno de los elementos de nuestro equipo más importantes, a pesar de que muchos pescadores no suelen darle la importancia que merece su elección. Lo cierto es que es un elemento de seguridad muy importante y de su correcta elección dependerá que nuestra jornada de pesca sea segura o un calvario lleno de resbalones indeseados.

Debemos saber que las botas son un elemento de seguridad muy importante cuando practicamos la pesca, ya que gracias a ellas disfrutaremos de la necesaria sujeción de nuestros pies al cauce del río, incluso al andar sobre rocas mojadas o resbaladizas. Unas buenas botas evitarán que nos demos un chapuzón indeseado y, en el peor de los casos, que nos caigamos con desenlace incierto. Por ello siempre le recomdaremos que adquiera la mejor bota que se pueda permitir.

Las botas de vadear eran utilizadas fundamentalmente por los pescadores de mosca pero actualmente tanto pescadores de río como de mar se decantan por su utilización por la gran adherencia que proporcionan. De hecho cada vez más pescadores de spinning marítimo se calzan botas de vadeo para ir a pescar a los resbaladizos cantiles que debido a la acción del mar suelen estar recubiertos de musgo y algas sumamente resbaladizas. A continuación repasaremos las claves que debemos tener en cuenta en su elección y mantenimiento.

¿SUELA DE FIELTRO O DE GOMA?

El primer factor a tener en cuenta, y posiblemente el más importante junto con la elección correcta de la talla es la elección de la suela.

Su correcta elección nos proporcionará un buen agarre en los ambientes tan exigentes en los que nos vamos a mover.

La mayoría de modelos vienen provistos de una gruesa suela de fieltro que aporta adherencia, puede incorporar varios tornillos insertados a rosca. El material de estos tornillos puede variar pero los fabricados en tungsteno serán la opción más recomendable a la hora de reforzar el agarre de la suela sobre las superficies cubiertas de musgo.

Este fieltro posee una vida útil determinada. El desgaste se produce al compactarse el polvo y la arena adherida por el uso sobre terreno seco, adhiriéndose por el propio peso del usuario, perdiendo su capacidad antideslizante sobre piedras mojadas. Es conveniente revisar el estado del fieltro al final o al comienzo de cada temporada para cambiarlo en forma oportuna y evitar caídas desafortunadas.

Debemos saber que las suelas de fieltro de las botas de vadeo se adaptan mejor a las formas de las piedras y son muy propicias para caminar sobre rocas resbaladizas y escarpadas. Esta capa brinda una buena tracción para evitar los deslizamientos y también confort. Además, se secan rápidamente una vez que el calzado está fuera del agua.

Por otra parte las suelas de goma se usan en muchas botas de vadeo debido a que son muy resistentes y nada se les pega. Además, son excelentes para evitar que entre el agua y para evitar que se adhieran los desechos del río. Eso sí deben contar con tornillos para evitar resbalones sobre las piedras mojadas. En líneas generales aportan más durabilidad a costa de una menor adherencia respecto al fieltro.

Hay comunidades en las cuales el uso de suelas de fieltro está prohibido, con lo que deberemos observar esta norma. Si elegimos botas con suela de goma no nos tendremos que preocupar por este tema. Además las suelas de goma son mejores cuando salimos del agua, ya que el agarre en barro, hierba o asfalto es superior. En ambos casos como indicamos les podremos añadir clavos de tungsteno para mejorar su agarre tanto dentro como fuera del río.

En definitiva, la elección de fieltro o goma es cuestión de gusto de cada pescador.

OTRAS CLAVES EN SU ELECCIÓN

Una vez que tomemos la decisión obre el material de las suelas repasaremos otras claves a tener en cuenta para acertar en nuestra elección:

La talla correcta: Un aspecto que parece una tontería pero que más de un pescador pasa por alto es que debemos elegir la talla teniendo en cuenta la ropa que vayamos a utilizar regularmente, en este caso los calcetines y/o escarpines que utilicemos pues esto hace variar la talla entre uno y tres números más de nuestra talla habitual.

Por otra parte no siempre las tallas se encuentran en números europeos por lo que debemos tener claro la equivalencia con las numeraciones existentes.

Además muchos modelos de botas de vadeo ya vienen sobre dimensionados para albergar ese medio centímetro “extra” de neopreno de nuestro vadeador, por lo que la talla elegida será la misma que el número de calzado que utilicemos habitualmente. Es importante aclarar este aspecto antes de decirnos por el número adecuado.

Sabremos que las botas nos quedan bien cuando el pie no baila. De lo contrario, se desgastarán de las cintas de sellado de nuestro calcetín de neopreno. Por otro lado, tampoco debemos elegir botas muy ajustadas ya que después de seis u ocho horas de uso sufriremos un dolor de pies insoportable por lo que ante la duda siempre es recomendable optar por el número siguiente.

Material de fabricación: Por supuesto, la calidad de los materiales empleados en la fabricación de las botas es un aspecto fundamental teniendo en cuenta que el desgaste que sufrirán en entornos muchas veces bastante abrasivos. Por ello suele merecer la pena decantarse por modelos un poco más caros pero que cuenten con materiales más duraderos.

Existen botas fabricadas en todo tipo de corduras, de cueros sintéticos, cuero natural o una combinación de ellos. Los materiales sintéticos son más duraderos, les afecta menos la humedad y el roce de las piedras. Además, normalmente son más económicos. No obstante, las botas de cuero se adaptan mejor a nuestros pies.

Otro factor a tener en cuenta serán los tornillos, el material por excelencia como veíamos es el tungsteno que aporta mucha más dureza y resistencia que el acero o otras aleaciones de peor calidad que tendrán como consecuencia el desgaste del material al cabo de poco tiempo.

Confort/Ergonomía: Este factor ha mejorado mucho con los años, las primeras botas de vadear eran bastante incómodas pero en la actualidad en este apartado las botas de vadear han mejorado mucho en los últimos años. Su diseño de boca grande y horma ancha nos permite meter y sacar nuestro pie con gran facilidad. Interiormente están recubiertas de materiales blandos, normalmente de neopreno para hacerlas más confortables.

Sistema de cordones: Existen diferentes tipos de cordones: los tradicionales, deben ser gruesos y duraderos; los elásticos, muy cómodos de poner y quitar; y los más modernos del tipo BOA, cordones de cable metálico de presión uniforme, muy rápidos de ajustar y soltar.

Peso: Este factor también es muy importante, hay que tener en cuenta que vamos a llevarlas en nuestros pies durante muchas horas, por lo tanto cuanto más pesadas sean mayor cansancio nos causarán.

EL CAMBIO DE SUELAS

Es bastante habitual que el desgaste de la bota se presente de forma mucho más acusada en las suelas, en muchas ocasiones nos encontraremos con unas botas en perfecto estado pero que tienen las suelas mucho más desgastadas. A continuación le explicamos como realizar el cambio de suelas de una forma sencilla.

En primer lugar necesitamos contar con los siguientes materiales:

Alicates.

Cuchillo bien afilado.

Lija.

Suelas nuevas de fieltro.

Cola de contacto.

Papel de periódico y cinta de embalar.

Un trozo de cartón.

Pasos a seguir:

1 – Con las botas limpias y bien secas. Lo primero que haremos será ayudándonos de los alicates quitar los tornillos de las botas y en caso de querer aprovecharlos guardarlos con cuidado de no perderlos.

2 – Con el cuchillo y con mucho cuidado recortaremos las zonas en las que estaban los clavos hasta igualarlas de altura con el resto de la suela, para a continuación proceder a lijar un poco toda la suela para acabar de igualarla.

3 – Usando de modelo la bota recortaremos las plantillas nuevas dejando 1 cm. de demás por cada lado.

4 – Tras limpiar perfectamente las suelas de las botas daremos una capa generosa de cola de contacto tanto a la suela de la bota como a la plantilla.

5 – Dejamos secar la cola 24 horas.

6 – Repetimos la operación del encolado y dejamos secar otras 24 horas.

7 – Rellenamos las botas con el papel de periódico para que no se deformen al poner las suelas y sujetarlas con la cinta de embalar y preparamos unas plantillas con el cartón que nos servirán para que la cinta no se nos quede pegada al fieltro.

8 – Les damos una tercera capa de cola, tanto a las suelas como a las botas, mejor por parejas, y esperamos 5 o 10 minutos hasta que la cola se pueda tocar con el dedo y casi no se quede pegada, entonces juntamos la suela con su bota, ejercemos presión con fuerza durante unos minutos y a continuación los sujetamos fuertemente con la cinta de embalar para dejarlos secar otras 24 horas.

9 – Quitamos todo el embalaje, recortamos las suelas al ras de las botas y ponemos los tornillos.

10.- Los tornillos debemos colocarlos separados en torno a 1,5 o 2 centímetros de distancia del borde de la bota. Al menos debe colocarse un tornillo entre el talón y la parte delantera del pie pues ésta es una zona crítica en los desplazamientos.

OTROS CUIDADOS

Por último, recogemos algunos consejos básicos para aumentar la vida útil de nuestras botas:

  • Como todos los productos naturales o sintéticos hay que evitar que las botas se sequen con la luz directa del sol. Siempre es mejor que lo hagan a la sombra.

  • Tampoco es nada recomendable que las botas pasen semanas dentro de nuestro coche, ya que se verán sometidas a bruscas temperaturas.

  • Eliminar siempre que se pueda el barro y arena de las botas, por interior y exterior idealmente al acabar la jornada de pesca.

Publicado en: Pesca, Material

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