BOILES EN EL CARP FISHING

Material

Como para cualquier otro tipo de pesca (o incluso en mayor medida), para la práctica del carp fishing resulta fundamental que acertemos al cien por cien con el uso del cebo. Esto supone no sólo que seleccionemos correctamente el tipo de cebo que vamos a utilizar, sino que éste se encuentre en perfectas condiciones para el uso y que, además, seamos capaces de utilizarlo correctamente (de nada servirá el mejor y más acertado señuelo si no sabemos cómo sacarle provecho).

Pues bien, si hablamos de la pesca de la carpa y sus señuelos, debemos hablar obligatoriamente de los boiles; unos cebos que han demostrado su eficacia sobradamente, si bien, ya sea por la enorme variedad de modelos que podemos encontrar o por las particularidades que entraña su utilización, muchos pescadores no son capaces de sacarles todo el rendimiento que realmente pueden ofrecer. Para que no sea así y para intentar mejorar los resultados de todo carpista, hemos querido dedicar un artículo especial a los boiles.

Esperamos que te sea de utilidad.

 

BOILES CASEROS VERSUS BOILES DE TIENDA

Una de las primeras cuestiones que se nos plantean al hablar de boiles es cuáles resultan más eficaces: los boiles hechos en casa o los que podemos comprar en cualquier tienda de pesca… pues bien, en ésta como en tantas otras cuestiones de pesca, no existe una respuesta única y clara que ueda valernos para todos los casos, ya que depende de múltiples y muy variados factores.

La fabricación de boiles en casa nos permite ciertas “personalizaciones” que no cabe duda de que pueden ser muy eficaces para determinados momentos y situaciones. Pero para que resulten realmente eficaces deberemos ser muy meticulosos y saber bien lo que estamos haciendo (es decir, deberemos tirar muchos boiles a la basura hasta conseguir el que realmente nos ofrezca resultados).

Otro gran problema de los cebos realizados en casa es el de su mantenimiento: resulta realmente complicado que los boiles mantengan sus cualidades durante cierto tiempo, por lo que muchos nos hemos visto obligados a tirar con gran parte del trabajo realizado, aunque éste haya tenido un magnífico resultado de inicio. Esto, además del gasto que supone, puede ser realmente frustrante cuando contamos con este cebo para una jornada de pesca y, en el momento de ir a utilizarlo, nos damos cuenta de que no vale: ¡adiós al día de pesca!

Y esa es sin duda la principal ventaja de los boiles que compramos en tienda: están perfectamente preparados y listos para ser utilizados cuando los necesitamos. No cabe duda de que su estado será el correcto, por lo que no tendremos este tipo de problemas (por supuesto siempre que respetemos fechas de caducidad e instrucciones de conservación).

Esto sin hablar del ahorro en tiempo (y posibles cabreos con uno mismo cuando no salen las cosas como debieran), que hoy por hoy no nos sobra a nadie.

Sin embargo, en el otro lado de la balanza está el hecho de que, si nos decidimos por comprar nuestros boiles, deberemos adecuarnos nosotros a las posibilidades que nos ofrece el mercado y no cabe duda de que no siempre tendremos justamente lo que necesitamos (aunque no está de más que digamos que en nuestros días la variedad de boiles que existe es tan grande que resulta ciertamente complicado no encontrar lo que queremos).

 

FABRICAR BOILES EN CASA

Dicho todo lo anterior, no podemos dedicar un artículo a los boiles, sin hablar de cómo fabricarlos en nuestra casa.

En el tema de la fabricación casera de boiles cada maestrillo tiene su librillo y conviene empezar diciendo que para obtener buenos resultados necesitaremos de mucho tiempo, paciencia y ganas; es decir: lo mejor es intentar tomarse las cosas con calma y tener en cuenta que, como para todo, “la experiencia es un grado”; con seguridad sus primeros boiles no serán perfectos y no podrás obtener de ellos los resultados ansiados, pero no debes flaquear en el primer intento.

Por lo demás, fabricar boiles puede ser tan sencillo o tan complicado como cada uno de nosotros deseemos.

Lo primero a considerar serán los materiales que vamos a utilizar. Y aquí empiezan ya las primeras dudas importantes. Hay quien dice que pueden fabricarse boiles con casi cualquier cosa que se tenga en casa y puede que sea así, pero, ¿dan todos igualmente resultado? Claramente no, lo cual no significa que sea mejor utilizar unos u otros, ya que los resultados pueden verse influenciados por multitud de variables que nada tienen que ver con la “materia prima” utilizada en la elaboración del cebo.

Dicho esto, quizás lo más importante es que seamos capaces de echarle imaginación al asunto. Imaginación que deberá ir asociada a unas buenas dosis de tiempo y paciencia, porque probar diferentes opciones supone que tendremos que tirar a la basura una buena cantidad de ellas, pero es que sólo probando podremos llegar a obtener lo que realmente necesitamos.

Algunas ideas sobre material a utilizar: cualquier tipo de harina (de trigo, de maíz, de soja…), sémolas, salvado, miel, galletas, cereales, quesos, frutas deshidratadas, piensos para animales, cacao, leche en polvo… lo dicho: ¡a echarle imaginación! Todo eso sin contar con los productos especiales para la fabricación de boiles que podremos encontrar en las tiendas de pesca, que nos servirán para darle sabor, olor, consistencia… las opciones y posibilidades son tantas que necesitaríamos un artículo especial sólo para este tema (quizás otro mes…).

Por supuesto, no podremos olvidarnos nunca del elemento básico de toda masa: los huevos.

Pues bien, una vez que hemos seleccionado los materiales que vamos a utilizar, nos pondremos manos a la obra.

La elaboración de boiles no es un proceso complicado, basta con que le dediquemos tiempo y ganas, puesto que lo más importante es que seamos capaces de trabajar bien la mezcla, para ello lo fundamental es que vayamos añadiendo los ingredientes poco a poco, nada de hacerlo de una sola vez y sin dejar de remover en ningún momento.

Una pequeña consideración: no utilices toda la harina, después la necesitarás.

El objetivo es conseguir una masa que esté homogénea y que no se pegue en las manos. Así dicho parece fácil de hacer, pero no siempre es sencillo conseguir que la masa adquiera una consistencia tal que podamos trabajar con ella sin que se nos quede pegada a los dedos. Para comprobar que es así, conviene que nos lavemos las manos, las sequemos bien y volvamos a coger la masa: si no se nos pega estará preparada para hacer nuestros boiles.

Cuando la masa esté “en su punto”, llega el tercer paso: hacer los boiles. Para ello cortaremos la masa en trozos de unos dos centímetros de largo y con cada uno de esos barriletes haremos una bolita que iremos colocando en una fuente, separando unas de las otras para que no se queden pegadas. Sobre ellas espolvorearemos la harina que hemos reservado antes.

Cuando tengamos toda la masa así trabajada, llegó el momento de hervirla. Para ello lo más recomendable es utilizar una cacerola que sea ancha y profunda. La llenamos de agua y dejamos que llegue a ebullición. Cuando sea así le echaremos unas 15/20 bolas, en función del tamaño de la cacerola (es importante no echar demasiadas de una sola vez puesto que no se harían bien). Conviene que removamos para evitar que se peguen al fondo.

Transcurridos unos minutos, las bolas comenzarán a flotar. Cuando lo hagan, las dejaremos así durante medio minuto, para después sacarlas e ir colocándolas encima de un trapo, para que enfríen y se sequen.

Los apartamos y dejamos que reposen entre 24 y 48 horas.

Ya están listos para ir de pesca.

Después vendrá el tema de la conservación; la asignatura pendiente para la gran mayoría de pescadores, que no consiguen mantener sus cebos en correctas condiciones para su uso en posteriores días de pesca.

Pues bien, casi todos sabemos ya que la mejor forma de conservar nuestros boiles es congelarlos. El problema está en cómo se congelan y, sobre todo, en cómo se descongelan.

Para congelarlos deberemos utilizar bolsas perfectamente herméticas. Conviene que el proceso de congelación se realice en el mismo día en que se han elaborado los boiles, para que mantengan sus condiciones de la mejor forma (por supuesto, nunca se meterán en el congelador calientes, debemos esperar a que hayan enfriado bien). Los congelaremos en bolsas que contengan la cantidad necesaria para pescar, de manera que cuando vayamos a descongelar, sólo tengamos que sacar una bolsa.

El proceso de descongelado resulta fundamental para poder conservar las cualidades del cebo. Al igual que sucede con los alimentos congelados, conviene respetar la cadena de frío, lo que supone que habrá que sacarlos del congelador a la nevera con tiempo de antelación. Nunca los descongelaremos dejándolos bajo la acción directa del sol.

En caso de que al sacarlos del congelador observemos que le bolsa contiene hielo, no abriremos la bolsa y los dejaremos descongelar dentro, poniendo atención en removerlos cada cierto tiempo de manera que los propios boiles irán absorbiendo el líquido liberado cuando estaban congelados.

 

TRUCOS Y CONSEJOS PARA LA ELABORACIÓN DE BOILES

Lo cierto es que, tal y como hemos resumido los pasos a realizar para hacer boiles, resulta una tarea sumamente sencilla. Sin embargo cualquiera que haya probado a hacer boiles en casa se habrá encontrado con más de un inconveniente: la masa no coge consistencia, los boiles se deshacen o se pegan unos a otros al hervirlos, generan moho… para intentar evitar que sucedan estas cosas y conseguir que tus boiles den los mejores resultados, vamos a darte algunos trucos:

  • Masa demasiado seca: añádele un poco de leche.
  • Masa demasiado húmeda: añádele un poco más de harina.
  • Masa que se pega a la mesa o a los dedos: añade más harina.
  • Para evitar que la masa se reseque mientras hacemos los boiles, la taparemos con un trapo húmedo.
  • Boiles que no quedan redondos: necesitarás más cantidad de masa para hacerlos.
  • Boiles que se pegan unos a otros: pruebe a echar un poco de aceite en la bandeja donde los coloca antes de hervirlos.
  • Uso de queso: el queso es uno de los mejores atrayentes que podemos utilizar (sobre todo para los barbos). Si lo quieres usar en la elaboración de tus boiles, te recomendamos que primeramente lo calientes hasta fundirlo. Después lo utilizaremos para dar un “baño” a la masa y lo dejaremos endurecer.
  • Para conseguir que tus boiles resulten más apetecibles, te recomendamos que utilices siempre la materia prima más natural que sea posible, es decir, nada de conservantes, colorantes, ni otras cosas por el estilo que los peces enseguida reconocerán y rechazarán.
  • Si prefieres que tus boiles queden duros, deberás dejar que se sequen al aire (evita, eso sí, la acción directa del sol).

 

COMPRAR BOILES

Ya sea por falta de tiempo, porque lo has intentado y no lo has conseguido, porque los boiles que tenías en casa se te han echado a perder o simplemente porque te han demostrado dar buenos resultados en otras ocasiones, lo cierto es que muchos pescadores optan por comprar los boiles en la tienda.

Esta es sin duda una opción perfectamente viable e incluso en muchas circunstancias, la más recomendable. Bastará que tengamos en cuenta unos sencillos puntos para que nuestra elección sea la más adecuada:

  • Vigila que el estado del bote o la bolsa sea el adecuado: evita aquellos que parezcan haber permanecido en las estanterías durante largo tiempo. Deberemos intentar conseguir siempre los boiles más frescos.
  • Algunas bolsas pueden dar muestras de contener gas en su interior: esto puede ser debido a la descomposición de algunos de los componentes que forman el boile, por lo que resulta obvio pensar que ese cebo no estará en condiciones para ser utilizado.
  • Vigila la fecha de caducidad.
  • Nunca compres paquetes que estén rotos o deteriorados.
  • Consulta los materiales de fabricación. Resulta recomendable que los boiles no estén cargados de conservantes o colorantes que sin duda alejarán al pez más que atraerlo.
  • Existen bolsas con cierre hermético que garantizan la correcta conservación de los boiles por más tiempo.

 

ALGUNOS TRUCOS PARA EL USO DE BOILES

Además de todo lo comentado, no estará de más que tengaS en cuenta los siguientes trucos y consejos que a aplicar en el momento de pesca:

Si acude a pescar en grupo y prueban suerte con varias cañas equipadas con diferentes tipos de boiles, en ocasiones resulta algo complicado llegar a saber con cuál de ellos hemos obtenido o no resultado. Esta información es de suma importancia, no sólo para ese momento o jornada de pesca, sino para posteriores salidas, por lo que no está de más que colguemos en el trípode correspondiente un aparejo equipado con el cebo utilizado, lo que nos ayudará a recordarlo sin temor a equivocarnos.

Si las carpas no se clavan y realizan únicamente tímidas picadas, prueba a acortar el bajo y aumentar al máximo el peso del plomo.

Publicado en: Pesca, Material

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