Cómo navegar con visibilidad reducida

Meteorología

Resulta obvio que una disminución de la visibilidad supone siempre un empeoramiento de las condiciones de navegación, por lo que deberemos tener en cuenta una serie de principios con los que garantizar no sólo nuestra seguridad, sino también la del resto de embarcaciones.

No cabe duda de que la primera consideración pasa por realizar un correcto y responsable uso del radar, una herramienta que puede convertirse en nuestros “ojos” cuando las condiciones visuales son muy malas. Por lo tanto, el radar deberá ser utilizado siempre por una persona experimentada que sepa realizar rápidas y correctas lecturas de la información facilitada por el aparato.

Dicho esto, el segundo punto más importante a considerar es la necesidad de mantener una constante vigilancia visual de la zona, algo que no siempre resulta fácil de hacer, puesto que en ocasiones la niebla puede ser muy gruesa y opaca.

Ni que decir tiene que, cuando la niebla hace acto de presencia, todos los tripulantes deberán colaborar y prestar sus ojos para evitar accidentes. Así, no está de más que se coloque gente en diferentes sitios del barco y de forma especial en la proa.

Cuando no seamos capaces de controlar visualmente la zona en la que navegamos, deberemos tomar una precaución que calificaremos como “básica”: reducir la velocidad.

Y es que ir más despacio es la única forma de garantizar que dispondremos del suficiente tiempo de reacción en caso de ser necesario que realicemos una maniobra de urgencia.

Ni que decir tiene, que un buen conocimiento de la zona, así como del tráfico que habitualmente tiene, corrientes, situación de la costa… servirán de gran ayuda para determinar por dónde podemos movernos, aunque no siempre podamos ver lo que tenemos delante.

Además de esto, resultará imprescindible seguir todos estos pasos:

  • Emitir las señales sonoras obligatorias.
  • Colocar serviolas a proa.
  • Reforzar la vigilancia en el puente.
  • Parar de inmediato en el momento en que se escuche cualquier señal de un buque a proa del través.
  • Trataremos de separarnos de las zonas de mucho tráfico o de recalada, así como de los estuarios de los ríos y de las bocanas de los puertos, lugares todos ellos donde el incesante tráfico puede aumentar notablemente el riesgo.

Si nos encontrásemos cerca de la costa y para evitar varar, deberemos seguir estas recomendaciones:

  • Reducir la velocidad.
  • Desconfiar de cualquier corriente que nos resulte desconocida.
  • Lo más prudente resulta navegar llevando el ancla a la pendura con un grillete de cadena y, cuando toque fondo, fondear y esperar a que se despeje la niebla.

Uno de los elementos de seguridad que puede resultarnos más útil es el “Reflector de radar”, con el que conseguiremos que las embarcaciones que dispongan de radar reciban un buen eco señalizando nuestra posición. Esto resulta fundamental sobre todo en los barcos de pequeño tamaño, cuyas medidas y los materiales en los que suelen estar realizados, dificultan enormemente su recepción por los diferentes radares.

Publicado en: Náutica, Meteorología

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