La embocadura

Material

La boca es, sin lugar a dudas, uno de los puntos más importantes en el caballo. Conviene que la tengamos vigilada, porque la aparición de cualquier problema en la misma puede dar lugar a otros mucho más serios.

La especial anatomía de la boca del caballo nos permite colocar una embocadura, un sistema de control que, bien utilizado, no daña al animal, mientras que permite un perfecto control por parte del dueño.
Una embocadura bien ajustada, no puede golpear la dentadura, ni el caballo puede agarrarla tan fuerte como para eludir la mano del jinete.
Por ello es tan importante seleccionar una embocadura correcta para nuestro animal, de ella dependerá tanto la comodidad del caballo como nuestra propia seguridad.
Deberá ser del tamaño adecuado para la boca del caballo; algo que en principio resulta obvio; pero no muchos tienen en cuenta que cada caballo tiene sus propias características y que por tanto, la embocadura que le viene bien a uno puede resultar nefasta en su compañero.
Otro tema importante a considerar es el del ajuste de la embocadura, ya que si lo hacemos demasiado fuerte puede rebelarse contra ella y en caso de que lo hagamos se forma suave puede crearnos problemas para el control del animal. Según el tipo de embocadura, ésta actuará sobre diferente parte de la boca del caballo; esto combinado con otras ayudas (la voz, la postura, las piernas…), hace que el jinete pueda establecer un perfecto control sobre el comportamiento del animal, sin provocar en ningún momento dolor; siempre y cuando esté bien ajustada.
Las diferentes modalidades de embocaduras que existen en el mercado pueden dividirse en tres familias: filetes, bocados y pelhams.

En el momento en que las manos, a través de las riendas, aplican presión sobre el bocado, esta presión se transmite al caballo de diferentes maneras, según el tipo de embocadura que se utilice:

  • Filete rígido: sólo actúan sobre las barras de la boca.
  • Embocadura articulada, tendrá efecto de cascanuez sobre la lengua y comprime la comisura de los labios.
  • El bocado rígido hace palanca, transmitiendo presión de los brazos del bocado a la nuca.
  • La cadenilla hace presión sobre la ranura del mentón.
  • La doble brida combina la acción del filete articulado y el bocado rígido, aplicando presión sobre la nuca y la ranura del mentón, así como sobre las barras y la lengua.

Filetes

Existe una gran variedad, desde suaves hasta muy rigurosos. Su severidad viene determinada por los siguientes factores:

  • Grosor: los gruesos son menos rigurosos.
  • Forma: los curvos son más suaves.
  • Forma de las anillas: redondas u ovaladas, éstas últimas se fijan a la pieza que va dentro de la boca y permiten menos juego.
  • Palillos: puede llevarlos o no, los que los llevan son más suaves.
  • Material: los más corrientes son el acero inoxidable y la goma (más suave)

Bocados

Se utilizan combinados con filetes. Suelen tener un paso para la lengua, con el fin de que sean más cómodos para el caballo. Deben utilizarse con cadenilla que deberá ir cubierta (de goma o de cuero, si el caballo es muy sensible) y con una falsa barbada. Hay diferentes tipos:

  • Bocado Tom Thumb Weymouth: la más suave, ya que la pieza de dentro de la boca es gruesa.
  • Bocado de Doma alemán.
  • Bocado de camas móviles: el más común.

Pelhams

Se utilizan como alternativa al filete y al bocado ya que combina la acción que realizan ambos. Es válida sobre todo para caballos que no aceptan el filete pero es muy imprecisa y debe ser utilizada por expertos.

Colocación

A la hora de colocar la embocadura a su caballo, tenga en cuenta los siguientes puntos:

  • Un filete bien colocado deberá colgarse en la boca del caballo de tal modo que la comisura de los labios se frunza ligeramente, pareciendo que el animal sonríe.
  • Para insertar el filete de forma fácil, insertaremos nuestro pulgar en la comisura de los labios del caballo, obligándole así a abrir la boca.
  • El bocado siempre deberá ser fijado con cadenilla y correa.
  • La mejor forma de comprobar que el filete es el adecuado es insertando los índices entre la boca y las anillas del filete, en esa postura, los dedos deberán caber holgadamente.

Problemas

Como ya hemos comentado, la embocadura es un elemento muy personal para cada caballo. Por ello seleccionar la correcta en cada caso puede ser sumamente difícil.
Equivocarnos en esta elección supone, en ocasiones, la aparición de algunos problemas en la boca de nuestro animal o incluso que éste rehuse el bocado; problemas que conviene conocer, para saber cómo detectarlos y cómo actuar frente a ellos:

  • Cortes o llagas en las comisuras de los labios: deberemos vigilar que el tamaño del hierro sea el adecuado, ni muy grande ni muy pequeño. El roce podrá evitarse colocando unas gomas al filete.
  • En caso de que el caballo sacuda la cabeza al ser montado, convendrá que analicemos el correcto ajuste de la cabezada.
  • Si el caballo evade la acción del filete al abrir la boca y mantener la mandíbula rígida, convendrá utilizar una muserola alemana que no deberá ajustarse demasiado baja.

Existen caballos que no se acostumbran a utilizar la embocadura, para esos casos se recomienda el uso de la cabezada sin embocadura, conocida como Hackamore. Ésta actúa sobre las fosas nasales del caballo, mediante un sistema de palanca como en el bocado, haciendo presión tanto sobre la nuca como sobre la zona sensible por encima de los ollares del caballo.
Esta solución únicamente es válida para jinetes expertos, puesto que mal utilizado puede resultar doloroso para el animal.

Publicado en: Hípica, Material

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