Cómo evitar la deshidratación en el caballo

Cuidados del caballo

La deshidratación en los caballos puede producirse de forma fácil y rápida en el verano, cuando las temperaturas alcanzan los picos más altos, afectando de forma directa al rendimiento del equino y a su salud.

De hecho, si los niveles de deshidratación son muy altos, puede incluso provocar la muerte del animal.

Por eso, cuando las temperaturas ronden los 40ºC debemos de prestar mayor atención a nuestros caballos, sobre todo si compiten, si se ejercitan o si deben realizar trabajos más o menos intensos.

A continuación te daremos una serie de recomendaciones, consejos e indicaciones para determinar si tu caballo está deshidratado y por supuesto, las formas para evitar que esto suceda.

¿POR QUÉ OCURRE LA DESHIDRATACIÓN DEL EQUINO?

El caballo es uno de los animales con mayor capacidad de sudoración, siendo ésta su técnica natural para evitar el calentamiento corporal excesivo. Con la sudoración aumenta también la respiración, lo que supone una constante forma de deshidratación del cuerpo. Cuando el caballo empieza a sudar, no solo pierde agua, sino también sales naturales que su cuerpo necesita, así como también electrolitos.

Al realizar una sesión intensa de ejercicio, ya sea por práctica para competición o por trabajo, el caballo pierde alrededor de ocho litros de agua. Si este ejercicio se realiza en días o momentos con altas temperaturas tan propias del verano, la pérdida de líquido puede alcanzar los quince litros por hora.

Si esto se produce, el agua no será suficiente para recuperar e hidratar al caballo de forma completa y deberemos recurrir a otros recursos.

Dicho esto, conviene saber que el nivel de deshidratación dependerá de factores como:

  • La intensidad del ejercicio, entrenamiento o trabajo.
  • Las horas a las que realice la actividad física.
  • La temperatura en el momento de realizar la actividad.
  • El nivel de luz solar directa en el caballo.

Todo esto nos indicará cuándo debemos de parar la actividad, cuánto se pueden alargar los descansos, suministrar agua o bien, incluir electrolitos.

CÓMO DETECTAR LA DESHIDRATACIÓN

Lo más importante en caso de deshidratación, es detectar a tiempo que ésta se está produciendo.

Cuando el caballo tiene un 3% de deshidratación, su cuerpo ya empezará a resentirse, su capacidad cognitiva disminuye, pueden aparecer cólicos, estreñimiento, malestares… entre otras dolencias.

Existen diversas maneras de determinar si el caballo está padeciendo deshidratación en una fase inicial o bien si se encuentra en una fase más avanzada (por supuesto, en este caso, se deberá acudir de inmediato a un veterinario para evitar posibles repercusiones en la salud del caballo).

Veamos a continuación la forma de comprobar el nivel de deshidratación en el caballo:

  • Pellizcamiento: es una técnica antigua que se utiliza en conjunto con otras que veremos más adelante. No es totalmente fiable, por eso se emplea en conjunto con otros métodos de comprobación, pero es sumamente fácil de realizar, muy rápida y ciertamente concluyente en caso de que el nivel de deshidratación sea alto. Consiste en presionar con nuestros dedos la piel del cuello del caballo por unos segundos, si esta piel al soltar tarda en volver a la normalidad, el caballo estará deshidratado.
    También se aplica para las encías, haciendo un poco de presión con los dedos por unos segundos, se espera y mientras más tarde en volver al color natural, más deshidratado estará el caballo.
  • No comer: la falta de apetito puede ser un síntoma de deshidratación, sin embargo, también puede estar asociado a otra enfermedad o padecimiento.
    De cualquier manera, siempre que tu caballo muestre poco apetito conviene que lo vigiles de cerca porque es una clara muestra de que un problema le está “rondando”.
  • Desorientación: como habíamos indicado anteriormente, cuando el caballo alcanza el 3% de deshidratación, empieza a disminuir su capacidad cognitiva, produciendo desorientación, apatía, mareos, cansancio… entre otros síntomas. Si observas esto en tu caballo, debes llamar inmediatamente al veterinario ya que se trataría de un alto nivel de deshidratación.
  • Congestión nasal: observar las membranas mucosas del caballo te pueden orientar en su nivel de deshidratación, si tiene congestión o las mucosas están rojizas o algo irritadas, es síntoma de deshidratación.
  • La orina: método infalible y muy utilizado, cuando el caballo está deshidratado orina muy poco y cuando lo hace, es con una tonalidad oscura. En este caso, conviene proceder cuanto antes para corregir la deshidratación o bien, llamar directamente al veterinario.
  • Prueba de plasma: es la más fiable de todas, consiste en una muestra de sangre realizada por el veterinario para identificar el nivel de proteínas y glóbulos rojos del caballo.

¿CÓMO EVITAR LA DESHIDRATACIÓN?

Existen diversas formas para evitar que el caballo de deshidrate, todas ellas deben ser tenidas muy en cuenta en los días en los que las temperaturas alcancen los picos más altos o ronden sobre los 40ºC.

Principalmente y durante todo el año, el caballo debe de disponer en todo momento de agua fresca, con fácil acceso y siempre a su alcance. Nunca se le debe restringir el agua ni descuidarla.

Puede ocurrir que el sabor del agua cambie por factores naturales, climatológicos o relacionados con el suministro por tubería. En estos casos el caballo puede evitar beber agua por su sabor diferente, conviene estar siempre pendiente de estos síntomas, para cambiarla y mantener al caballo hidratado.

Un truco infalible en estos casos, es mezclar el agua con un sabor que sea agradable para tu equino, como puede ser zumo de manzana o zanahoria.

Si tu caballo por naturaleza bebe poco, se puede complementar con una alimentación basada en henolaje. Consiste en un forraje especial que ha sido conservado, por lo tanto tiene más humedad que el heno normal. De esta forma, mientras tu caballo de alimenta también estará hidratándose. Este tipo de alimentación también evita que sufra de cólicos.

Si no dispones de henolaje, puedes empapar el heno que tengas con un poco de agua.

Durante el entrenamiento, trabajo o ejercicio físico, es importante enfriar al caballo lo antes posible, teniendo especial cuidado en los días de más calor. De esta forma, evitamos la sudoración excesiva que conlleva a la deshidratación del caballo.

Ofrecerle sombra es perfecto no solo para preservar su hidratación y evitar la sudoración excesiva, sino también para prever la aparición de manchas o quemaduras.

¿CUÁNDO INCLUIR LOS ELECTROLITOS?

Los electrolitos se utilizan para prevenir la deshidratación y para tratarla. Pueden ser tomados vía oral como suplementos sólidos o líquidos.

En el caso de deshidratación que supere el 5%, se deberán suministrar por vía intravenosa, y serán aplicados por supuesto y de forma exclusiva por el veterinario.

En el caso de incluir los electrolitos como prevención a la deshidratación, se deberá suministrar agua primero y después los electrolitos.

Ojo a las épocas en las que el caballo sude poco: el exceso de electrolitos no es bueno para el animal, no conviene que nos pasemos.

En algunos casos, el caballo puede rechazar el sabor de los electrolitos en el agua, en esos casos deberás enmascarar el sabor con otro que sea de su agrado y nunca forzar al caballo, ya que esto puede traer como consecuencia que evite beber agua incluso, cuando es natural.

Etiqueta: Salud hípica
Publicado en: Hípica, Cuidados del caballo

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