HIPOTERAPIA VERSUS EQUINOTERAPIA, BENEFICIOS Y DIFERENCIAS

Consejos

Tanto la Hipoterapia como la Equinoterapia consisten en el empleo del caballo para realizar actividades con personas y conseguir diferentes beneficios.

Y es que, todo aquel que haya estado en contacto con caballos es conocedor de los enormes beneficios que estos animales pueden reportarnos; estas dos disciplinas han conseguido profesionalizar esta labor para obtener resultados imposibles de imaginar con otras terapias.

A continuación, aprendamos algo más sobre cómo los caballos pueden ayudarnos a reparar numerosas y muy diferentes dolencias.

 

HIPOTERAPIA VERSUS EQUINOTERAPIA

La diferencia entre estas dos terapias radica en que la Hipoterapia se practica con personas con afecciones físicas o psicológicas bajo un diagnóstico y acompañado de un terapeuta para perseguir unos objetivos concretos, y la Equinoterapia se centra básicamente en que la persona aprenda a montar y al mismo tiempo obtenga los máximos beneficios que le aporta el estar en contacto con el caballo.

 

LA HIPOTERAPIA

La Hipoterapia es una especialidad de la Kinesioterapia, que estudia el movimiento, la anatomía y la biomecánica del cuerpo, y se emplea para tratar a pacientes con dificultad de movimiento físico y también de origen neurológico.

En la actualidad, la Hipoterapia está indicada para afecciones físicas como parálisis cerebral o lesiones medulares, y psíquicas como autismo o ansiedad, y sus efectos se fundamentan en el movimiento físico, la conexión afectiva con el caballo y el contacto con la naturaleza. Asimismo, el empleo de esta terapia se desaconseja en casos de epilepsia, mareos o temor al propio caballo.

La terapia consiste en sesiones en las que con actividades como saludar al caballo, montarlo solo o acompañado del terapeuta, o despedirlo ofreciéndole una recompensa, se obtengan una serie de objetivos fijados previamente como la creación de un vínculo, el aumento de atención o mejoras físicas.

 

LA EQUINOTERAPIA

Podemos considerar que la Equinoterapia nació en la Grecia Clásica, ya que desde entonces ya se aconsejaba montar a caballo como método para prevenir y curar diversas dolencias del cuerpo y de la mente.

Dentro de la Equinoterapia podemos encontrar diferentes variantes como la Equitación Pedagógica y la Equitación Adaptada.

La Equitación Pedagógica busca que la persona aprenda a montar y desarrolle un vínculo de afectividad hacia el caballo.

Por su parte, la Equitación Adaptada está orientada a personas que practican equitación como un deporte, pero por sus afecciones físicas o psíquicas necesitan adaptaciones para subir al caballo o durante la monta. También se distingue la Equinoterapia Social, que sería aquella terapia que se centra en la afectividad.

Entre los beneficios físicos de la Equinoterapia destacan el desarrollo de la musculatura, el incremento de la fuerza, la resistencia, el equilibrio y la coordinación. Respecto a los beneficios psicológicos, permite asociar sensaciones físicas con nuevas reacciones psicológicas.

 

LOS BENEFICIOS DEL CONTACTO CON LOS CABALLOS

¿Por qué resulta tan beneficioso el contacto con los caballos?

El primer y más básico motivo reside en el propio movimiento realizado por el caballo. El caballo transmite un movimiento similar al movimiento humano anterior posterior (de arriba abajo), cráneo-caudal (hacia delante y hacia atrás) y latero-medial (hacia los lados).

Además, transmite impulsos rítmicos a la cintura pélvica, la columna vertebral y los miembros inferiores, provocando el equilibrio del tronco del paciente.

Por otro lado, el caballo, que cuenta con una temperatura normal de 38,5º C, transmite su calor, haciendo que se caliente la musculatura, aumente el flujo sanguíneo y la estimulación del paciente.

Pero no solo eso; el hecho de estar en contacto con el caballo, hace que aumente la atención y la motivación por realizar estos ejercicios, como consecuencia de la relación emocional que se establece con el animal y las ganas de comunicarse con él.

Casi todas estas sensaciones están relacionadas con el área psicoafectiva, aunque también con la estimulación cognitiva y con la expresividad.

De estas terapias podemos encontrar beneficios como el desarrollo de la comunicación, el aumento de la atención, el enfrentamiento a temores personales, aumento de la confianza en uno mismo, disminución del impulso agresivo, aumento de la responsabilidad, estabilización del tronco, mejora del equilibrio, aumento de la coordinación, y aumento de la fuerza muscular, entre otros.

El caballo es el animal elegido para la realización de estas terapias por ser un animal tranquilo y de grandes dimensiones, lo que hace que se deba confiar en él para acercarse y montar.

El hecho de progresar en este acercamiento, mejora la autoestima del paciente, su seguridad, el autocontrol, la comunicación… ayuda también a aumentar la atención, al tiempo que se ejercita el cuerpo y se desarrollan vínculos afectivos con el caballo.

Publicado en: Hípica, Consejos

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