Preparación mental para competir

Psicología

La competición supone una situación totalmente distinta a cualquier otra.
Al competir estamos poniendo a prueba nuestras posibilidades como jugadores y, en consecuencia, el nivel de presión que debemos soportar es muy superior al que experimentamos en cualquier otro momento de juego. Una presión que sufren tanto profesionales como amateurs, aunque el nivel técnico exigido sea diferente.
Existen algunas técnicas que nos ayudan no sólo a soportar la presión de la competición, sino que incluso nos permitirán salir airoso de ese trance .
En esta sección le damos algunos consejos al respecto que estamos seguros le serán de interés.

El entrenamiento psicológico

Desde hace algunos años el lado psicológico del deporte está tomando una mayor importancia en todas las disciplinas. Cada vez más a menudo escuchamos hablar de jugadores que no rinden por estar deprimidos o de rachas de mal juego que se asocian a malas temporadas anímicas Esto se da en todos los deportes y desde luego el golf no es ninguna excepción.
Efectivamente, el golf es ante todo un deporte mental y como tal debe ser tenido en cuenta. En consecuencia hablar de entrenamiento psicológico no debe resultarnos algo extraño; al igual que entrenamos nuestro swing o nos preparamos físicamente, debemos ser conscientes de que la preparación mental resulta necesaria si queremos afrontar con éxito una competición.
Tanto es así que en muchos casos ha quedado demostrado que existen barreras mentales que impiden que un jugador desarrolle con éxito su juego cuando compite, mermando los resultados y provocando que no avance según lo esperado. En estos casos el entrenamiento psicológico se hace necesario.
Se definen como barreras psicológicas algunos comportamientos como:

  • La incapacidad de desarrollar el juego habitual si hay público. Algo que se acrecienta si entre los que miran se encuentran personas importantes para el jugador: la pareja, el padre, la madre Parece que la presencia de estas personas, por el que dirán o qué pensarán, cobra mayor importancia que el propio juego y, en consecuencia, se pierde totalmente la concentración necesaria para competir.
  • La presencia constante de dudas: antes y después de jugar; ¿cómo jugaré este hoyo? o ¿lo tendría que haber hecho de otra forma? Son preguntas muy habituales que para algunos pueden llegar a convertirse en una auténtica obsesión. Y debemos ser conscientes de que lo más importante para jugar al golf es estar seguro de lo que uno hace en cada momento.
  • Ansiedad en el momento de competir: le gusta jugar al golf, disfruta con ello cada vez que practica, pero a la hora de competir todo son dudas y los resultados están muy por debajo de los habituales. Una ansiedad que puede llegar a dejar al jugador paralizado ante un golpe que en principio no reviste ninguna complicación.
  • Pérdida de concentración en los momentos más importantes: ante un golpe decisivo parece no saber lo que hay que hacer, se bloquea y simplemente le pega a la bola, sin saber lo que está haciendo.
  • Pérdida de interés por el golf: desmotivación; el jugador llega a no saber por qué está jugando a este deporte, ni siquiera si realmente le gusta.
  • Problemas tras una lesión física: sucede muchas veces que el jugador recibe el alta médica, por lo que teóricamente se encuentra con todas sus cualidades físicas perfectamente a punto, pero sin embargo no es capaz de alcanzar el nivel de juego que tenía antes de la lesión. Efectivamente, las lesiones pueden herir la confianza y generar dudas durante la competición.

Todas estos puntos son claros síntomas de que existe un problema psicológico y, por tanto, habrá que luchar contra él. Para conseguir pasar ese bache resultará necesario un entrenamiento especial.
Debemos tener bien presente que el control emocional es un requisito previo necesario para conseguir buenos resultados y para alcanzar ese control resulta imprescindible realizar un correcto entrenamiento psicológico.

Cómo entrenar

Existen ciertos ejercicios que nos servirán para preparar una competición desde el punto de vista psicológico:

  1. Establezca objetivos: resulta totalmente necesario que salgamos a competir teniendo bien claras cuales son nuestras metas, porque sólo así podremos realizar un análisis de lo que debemos hacer para conseguirlas y podremos valorar si el resultado es o no el correcto.
    Ni que decir tiene que ese objetivo no puede ser siempre el de ganar; deberemos estudiar a nuestros competidores, el campo donde se desarrollará el juego, la modalidad de competición lo que nos ayudará a determinar en qué situación queremos estar cuando finalice la competición: pasar el corte, entre los 10 primeros, el primero Así como otros muchos objetivos: no hacer ningún doble-bogey, patear correctamente
    El marcar estos objetivos nos servirá para guiarnos durante la competición, ayudándonos a saber en cada momento lo que debemos hacer.
  2. Analizar nuestro comportamiento anterior: después de cada competición dedique un tiempo a analizar los resultados obtenidos, anote dónde ha fallado y cuál ha sido su mayor éxito. Esto le servirá para conocer más en profundidad sus puntos fuertes y débiles y podrá trabajar en ellos.
    Aunque al principio le parezca absurdo el ir anotando todo esto, con el tiempo podrá ir comprobando cómo ha avanzado y eso le ayudará a ganar autoconfianza.
  3. Impóngase presión psicológica durante los entrenamientos: cuando entrenamos la situación es la ideal, nada nos presiona y un fallo no se convierte en un drama, nuestra mente está relajada y por ello podemos pensar y actuar con mayor claridad y decisión. El problema se encuentra cuando tenemos sobre nosotros la presión del público, de los resultados en definitiva, de la competición. Si previamente no hemos ensayado una situación similar, el mundo se nos vendrá encima.
    Por eso es recomendable que algún tiempo del que dedicamos a practicar lo hagamos como si en una competición nos encontráramos: realice una rutina de calentamiento, trate de terminar todos los pats, anote correctamente la tarjeta en definitiva, compórtese como si estuviera compitiendo; trate de imponerse presión.

Cuando los nervios aparecen

Todos los jugadores han sentido en alguna ocasión mientras competían lo que puede denominarse un ataque de nervios ; de repente aumenta el ritmo cardíaco y manos y piernas empiezan a temblar como si tuvieran vida propia. Esto se debe a que el nivel de activación del organismo se encuentra por encima de lo normal y en consecuencia, reacciona.
Pero lo importante es ¿se puede jugar así al golf? Para muchos resulta imposible, aunque evidentemente sí es posible, si bien los resultados finales dependerán de cómo seamos capaces de afrontar estos momentos críticos .
El jugador que se hunde pensando que va a ser incapaz de dar un golpe y pierda la confianza en sí mismo lo único que conseguirá es un resultado nefasto y un nerviosismo aún mayor cuando tenga que afrontar la siguiente competición.
Ante un ataque de nervios, deberíamos ser capaces de mantener la calma y tratar de concentrarnos únicamente en el siguiente golpe que debemos realizar, olvidándonos de los nervios. Para esto existen ciertas técnicas de relajación basadas en la realización de respiraciones profundas que poco a poco le ayudarán a olvidarse de los nervios y temblores y concentrarse en lo que está jugando.

Publicado en: Golf, Psicología

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