AVALANCHAS: Conocerlas para prevenirlas

Salud y seguridad

Las avalanchas son, sin lugar a dudas, una de las manifestaciones más poderosas de la naturaleza.

Se trata de un fenómeno que ocurre más a menudo de lo que pensamos y con consecuencias que muchas más veces de las esperadas pueden resultar fatales.

En este boletín te ofrecemos información a detalle sobre las avalanchas y los consejos principales para prevenir y evitar cualquier peligro o amenaza de avalancha.

Y es que, a pesar de que las estaciones de esquí están muy atentas a este tipo de fenómenos para salvaguardar la vida de los esquiadores, nunca está demás ser precavidos, estar bien informados y sobre todo saber cómo actuar en caso de vernos inmersos en un acontecimiento de estas características.

¿QUÉ ES UNA AVALANCHA?

También llamada “alud”, la avalancha consiste en una masa de nieve, que puede tener tamaños y densidades diferentes, y que se desplaza de forma rápida y violenta a través de la ladera de una montaña.

Lo primero que conviene tener en cuenta es que cuando una avalancha de comienzo, su desarrollo será inevitable e imposible de detener.

Dicho esto, hay que ser conscientes de que existen distintos tipos de avalanchas, las cuales conllevan distintos niveles de peligrosidad; asimismo, conviene saber que el inicio de estos fenómenos suelen darse dentro de puntos concretos de la montaña con unas características propias que facilitan su identificación si sabemos cómo hacerlo.

Técnicamente dentro de la estación de esquí estamos bastante protegidos de este tipo de fenómenos, sin embargo, para aquellos esquiadores que disfrutan de la travesía u optan por un esquí más extremo fuera de pista, se recomienda una mayor precaución así como un mayor conocimiento de estos fenómenos, sus causas y cómo afrontarlos.

 

TIPOS DE AVALANCHAS

Los aludes se diferencian unos de otros por ciertas características de la nieve, así se puede determinar su nivel de peligrosidad. Identificamos a continuación los tipos de avalancha:

  • Nieve polvo: formados por la nieve reciente, siendo altamente destructivo y uno de los aludes más peligrosos. Tienen su origen tras una fuerte nevada, mezclándose con cristales de nieve y aire. Este tipo de avalancha se inicia en un punto cualquiera de la montaña, alcanzando alta velocidad en pocos segundos. Mientras cae, tiene un efecto visual similar a un aerosol. Puede llegar a alcanzar los 100 o 300 kilómetros por hora.
  • Placa: sin duda es uno de los tipos de avalancha más comunes. Consiste en una placa de nieve compacta que logra desprenderse del manto general de nieves. Aunque no suelen ser de grandes dimensiones, pueden ser altamente peligrosas. Comúnmente son activadas tras el paso de un esquiador.
  • Fusión: suelen ser comunes en la primavera o a finales del invierno, esto se debe a que el agua aumenta su volumen dentro del manto de nieve. Se caracterizan por ser lentos y bastante previsibles. Su activación se da por el aire o viento caliente, también puede ser por sobrepeso del manto de nieve o bien, por la intensidad del sol.

 

CRITERIOS PARA DETERMINAR SI UN TERRENO ES PROPICIO PARA LA FORMACIÓN DE ALUDES

– Inclinación: existirá peligro cuando la pendiente supere los 20º.

– Viento: una pendiente que se encuentre bajo la acción del viento es más propicia al alud. Deberemos poner especial cuidado si se producen repentinos cambios de viento.

– Orientación: son peligrosas tanto las pendientes expuestas al sol como las que se encuentran a la sombra.

– Tipo de pendiente: cuidado especial con los siguientes tipos:

– Gran pendiente sin anclajes naturales aparentes.

– Pendiente convexa.

– Cambio de pendiente.

– Pendiente entrecortada por rocas.

– Naturaleza de suelo subyacente: escombros finos, pizarra, prado…

– Bosque poco denso.

– Barranco, paso angosto, pasillo…

 

CRITERIOS PARA DETERMINAR SI LA NIEVE ES PROPICIA PARA LA FORMACIÓN DE ALUDES

– Espesor: existirá peligro si nos encontramos ante un espesor importante de nieve fresca no asentada

– Consistencia: cuidado ante:

– La nieve poco homogénea en capas superiores.

– La nieve compacta en capas superiores (cede bruscamente ante el bastón).

– La nieve muy húmeda (empapada de agua).

– La nieve reciente.

– Análisis de la nevada: deberemos tener en cuenta la intensidad de la misma, tratar de analizar el espesor de nieve sin asentamiento, así como el viento reinante.

 

CRITERIOS PARA DETERMINAR SI LAS CONDICIONES METEOROLÓGICAS SON PROPICIAS PARA LA FORMACIÓN DE ALUDES

– Precipitaciones: precaución ante la lluvia o ante las nevadas continuas de gran intensidad.

– Temperatura: el aumento de la temperatura es un peligro potencia.

– Viento: tanto si es fuerte como si sopla caliente deberemos prestarle una especial atención.

– Visibilidad: mucho cuidado con la niebla, que nos supondrá una enorme dificultad a la hora de encontrar un itinerario seguro.

 

EQUIPOS DE SUPERVIVENCIA

Los equipos de supervivencia están pensados especialmente para aquellos esquiadores a los que les gusta aprovechar la montaña en su totalidad, lo que les puede llevar a encontrarse en zonas que pueden resultar peligrosas.

Hoy en día existe una gran cantidad de equipos de supervivencia, de distintos niveles y precios. Asimismo también tenemos a nuestro alcance toda una serie de equipos que nos permitirán determinar el estado al que se encuentra la nieve (algo fundamental para saber el riesgo al que nos exponemos), u otros equipos que facilitarán nuestra localización en caso de que se produzca una avalancha.

Teniendo en cuenta que la variedad es muy amplia, dentro de los equipos de supervivencia más importantes remarcamos los siguientes:

  • Equipo de evaluación de nieve: existen muchas marcas que ofrecen este equipo, su principal función es determinar si existe o no riesgo de avalancha. Comúnmente el kit de evaluación de nieve contiene termómetro de nieve, un indicador de inclinación de la vertiente, una lupa y una tarjeta de clasificación de los cristales de nieve. Con todos estos instrumentos podemos determinar la calidad del manto y verificar si es seguro o no.
  • Crampones: si bien es cierto que cuando queremos esquiar pensamos en nieve, sin embargo, durante la travesía en la montaña podemos encontrarnos con ciertas zonas en donde lo que hay es hielo. Por eso es fundamental contar en nuestro equipo con unos buenos crampones que nos permitan atravesar las canaletas de hielo, ya sea en subida o en bajada.
  • Cable de sierra: es sencillo de encontrar, deberá tener unos diez metros y será de metal. Este equipo permite cortar cornisas y plataformas en las cumbres, de esta manera evitamos utilizar los pies, siendo mucho más cómodo y seguro.
  • Mochilas anti avalancha: es un equipo muy similar a un Airbag, si nos vemos envueltos en una avalancha, esta mochila se infla para mantenernos a flote. Su sistema de activación es a través de un asa que produce el inflado. No evitará ser arrastrado por la avalancha pero sí puede evitar que quedes hundido en ella. Existe gran diversidad de marcas que ofrecen este tipo de mochilas. No es un producto barato, pero sin duda vale lo que cuesta ya que llevarla encima puede suponer la diferencia entre la vida o la muerte.
  • Bola de avalancha: es muy similar a la mochila, puede ser fosforescente o roja. Su funcionamiento es en modo boya, ya que los rescatistas solo tendrán que tirar de una cuerda para alcanzar al esquiador. Esta bola se infla con rapidez en cuanto el alud se activa.

 

CONSEJOS A TENER EN CUENTA

Como la mayoría de los fenómenos naturales, las avalanchas son bastante difíciles de predecir y salir de ellas ilesos no es tarea fácil.

Con el objetivo de minimizar consecuencias en caso de vernos atrapados por una avalancha, hemos ideado una serie de consejos que te serán de ayuda ante una situación de peligro:

  • Si tu pasión es el esquí de montaña fuera de pista, procura ir siempre acompañado.
  • Estar informados es fundamental, determinar si en el día anterior ha ocurrido una avalancha puede prevenirte y evitar tu viaje a la montaña.
  • En caso de estar en presencia de un alud activado mientras esquías, trata de escapar dirigiéndote hacia un costado. Si no es posible y te ves envuelto en la avalancha, trata de despojarte de todo lo que puede provocarte hundimiento, en especial los bastones.
  • Determinar cuáles son las zonas con nieve venteada acumulada recientemente, así como también cuáles son las laderas con pendiente pronunciada.
  • Si esquías fuera de pista, lleva siempre contigo tu equipo de seguridad anti avalancha. Es recomendable que te informes y tengas muy claro el cómo utilizarlo.
  • Intenta agarrarte fuertemente a un árbol o canto rodado fijo al suelo. En caso de no poder hacerlo, calcula la posibilidad de enterrarse bajo la nieve.
  • Aunque no resulte fácil de conseguir, tienes que intentar por todos los medios que no te entre el pánico; lo único que conseguirás es que tus movimientos se vuelvan torpes y en estos momentos necesitarás de la máxima rapidez de reflejos que te sea posible. Además, en caso de quedar atrapado en la nieve, el nerviosismo te hará gastar unas energías que sin lugar a dudas vas a necesitar.
  • En caso de verte arrastrado por la avalancha, cierra la boca y trata de respirar por la nariz, para impedir la entrada de nieve a la garganta.
  • Es fundamental intentar permanecer en las capas superiores de la superficie. En caso de que veamos que nos vamos enterrando trataremos de “nadar” en la nieve, agitando los brazos de forma vigorosa.
  • Coloca uno de sus brazos estirado sobre la cabeza. En caso de quedar enterrado, esto podría servirte para alertar a los rescatadores de tu posición.
  • En caso de verte envuelto por un alud, debes tapar con tus manos la nariz y la boca. En el momento en que la avalancha pierda velocidad o esté lo suficientemente lenta, trata de hacer un hueco con tus manos, así evitarás la asfixia mientras te rescatan.
  • En ocasiones y dependiendo de la magnitud de la avalancha, pueden haber réplicas. Estar atentos a esta información evitará verte envuelto en una situación de peligro.
  • Lleva contigo el móvil, siempre protegido ya que las bajas temperaturas suelen afectar la batería.
  • Utiliza siempre ropa de alta visibilidad, preferiblemente que sean la última capa de ropa, como la chaqueta y el pantalón.

 

EL RESCATE

Tras una avalancha la rapidez del rescate resulta de vital importancia para la salvaguardia de la integridad física de quienes se han visto involucrados.

Si una persona se encuentra enterrada en la nieve, debemos ser conscientes de que no resistirá más de media hora, en estas ocasiones realmente el tiempo se vuelve oro. El 93% de las víctimas de una avalancha permanecen vivos al cabo de los primeros 15 minutos. A partir de ese momento la supervivencia disminuye drásticamente, de manera que a los 45 minutos de una avalancha permanecen vivos un 25% de los afectados.

Por ello, en caso de vernos atrapados por una avalancha, lo más importante será intentar no perder el contacto visual con el resto de los compañeros, lo cual nos ayudará a determinar la posición de cada uno en caso de necesitar desenterrar.

Marcaremos con un bastón o baqueta el último punto en el que se logró ver a la persona perdida y se realizará una prospección rápida y precisa.

En caso de que de esta forma nos resulte imposible localizar a nuestro compañero, deberemos utilizar métodos técnicos: Existen dispositivos específicos que ayudan al rescate de víctimas sepultadas por la nieve. El más conocido es el ARVA (Aparato para el Rescate de Víctimas de Aludes). Es un aparato electromagnético receptor y emisor de señal, con un alcance máximo de 60 metros. Se debe portar sobre la primera capa de la ropa, a la altura del pecho, nunca dentro de la mochila.

El dispositivo debe llevarse siempre encendido y en modo “emisión”, y sólo en caso de tener que buscar a alguien sepultado en la nieve tras una avalancha se pasa al modo “recepción” para, a través de unas señales del ARVA de la víctima, poder localizarlo.

Otra posibilidad es el uso de los denominados sistemas Recco. El Recco se compone de dos elementos, un detector y un receptor. El detector es utilizado por los equipos de rescate y salvamento, mientras que el reflector se incorpora cada vez más en chaquetas, cascos, botas y demás material de esquí. El detector localiza a la víctima (que deberá llevar un reflector en alguna prenda) mediante un sistema parecido al de los radares.

En Europa la mayoría de estaciones de esquí cuentan con sistemas Recco.

Publicado en: Esquí, Salud y seguridad

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