Consejos para guardar el equipo de esquí

Material

Toca decir adiós a la temporada de esquí, y llega el momento de guardar el equipo. Si lo hacemos correctamente ahora realizando un mínimo mantenimiento y teniendo en cuenta una simples pautas para su hibernaje alargaremos la vida útil de nuestro material, algo que sin duda agradeceremos el año que viene. No hace falta mucho trabajo para lograr que nuestro equipo no se deteriore mientras está en el armario.

A continuación abordaremos algunos consejos para mantener nuestro material de esquí en las mejores condiciones de cara al año que viene.

LAVAR Y GUARDAR LA ROPA DE ESQUÍ

Empezaremos por lavar y guardar la ropa de esquí, seguramente sabrás que no debe lavarse demasiado, pero uno de los lavados imprescindibles es el de final de temporada para asegurarnos de que esté en perfectas condiciones al principio de la siguiente. Las manchas cuanto antes se saquen, mejor. Ahora tenemos tiempo de hacer bien las cosas y evitaremos “contaminar” lo limpio con lo sucio.

Antes del primer lavado, deberíamos de haber revisado bien las etiquetas de la prenda ya que cada marca indica sus propios consejos para el lavado y mantenimiento de sus prendas. Todas las prendas llevan las instrucciones precisas de lavado indicadas por cada fabricante y que deben ser al pie de la letra. Esa es una tarea a veces difícil pero no imposible, con paciencia y un poco de atención, es posible.

En general, no es recomendable lavar habitualmente la chaqueta y los pantalones de esquí puesto que están hechos con materiales muy delicados y pierden sus propiedades con el exceso de lavadora.

Lo primero que se debe hacer es quitar restos de barro seco o suciedad adherida de la prenda. Acto seguido, revisar cuidadosamente los bolsillos y asegurarse que todas las cremalleras, incluida la principal, velcros, solapas, cintas, etc. están cerrados. No está de más darle la vuelta a la prenda, de hecho, es muy recomendable.

Es aconsejable lavar toda la ropa con agua fría y un jabón indicado para ese tipo de prenda según la información de la etiqueta, ya que un jabón muy agresivo puede estropearlo. No es aconsejable la utilización de suavizante, ya que los suavizantes destruyen las fibras y pueden hacer desaparecer propiedades de la prenda como la impermeabilidad.

En cuanto a la ropa impermeable, que pierde sus cualidades con el transcurso de los meses y la suciedad que se incrusta en ella, para recuperar su propiedad impermeabilizadora se le puede echar algún producto impermeabilizante que dependiendo del tejido se le echará en seco o húmedo.

Es muy importante que hagamos más de un aclarado, dos o tres veces no viene mal, para que no quede ningún resto del detergente. Generalmente, se puede centrifugar, pero debemos asegurarnos bien de minimizarlo al máximo, es decir, que sea lento y nada agresivo.

Para secarla lo mejor es hacerlo a la sombra en algún lugar al aire libre, ya que el sol estropea los colores y el tejido.Y por supuesto no usar la plancha. Planchar la ropa de esquí, al igual que las prendas térmicas como forros polares, es un gran error ya que se estropean. Dadle su tiempo y no tengáis prisa en guardar la ropa en el armario. Los restos de humedad pueden ser fatales además de ser causantes de mal olor.

A la hora de guardar la ropa en el armario, es conveniente añadir algunas bolas anti-humedad para evitar polillas y malos olores. Con esto será más que suficiente para tener el equipo listo para la próxima temporada.

EFECTOS NOCIVOS DEL CALOR EN NUESTRO EQUIPO

Ahora vamos con el equipo, principalmente con el hibernaje del equipo buscamos protegerlo frente a la corrosión y la sequedad, debido a las altas temperaturas que generalmente tenemos en España en verano.

Aunque a primera vista podamos no apreciar ningún tipo de problema, el calor puede causar graves daños a nuestros esquís o a cualquier parte del equipo, y sin duda estos daños los notaremos nada más comencemos a deslizarnos por la nieve. Los efectos más habituales del calor sobre el equipo de esquí son:

  • Esquís que no se agarran bien a la nieve.
  • Falta de deslizamiento.
  • Botas que pierden su forma.
  • Fijaciones más duras de lo habitual.

BUSCAR UN LUGAR ADECUADO

El primer paso será decidir dónde vamos a guardar el equipo ya que suele resultar bastante voluminoso y por tanto complicado de guardar. ¿Dónde colocarlo en un piso pequeño?, ¿cómo hacer que esté bien guardado sin que nos moleste todo el verano?

Debemos tener en cuenta que podemos pasar unos seis meses sin tocar los esquís, por lo que deberán guardarse en un lugar que no nos obligue a estar moviéndolos cada dos por tres, puesto que lo único que conseguiríamos es aumentar considerablemente las posibilidades de que lleven un buen golpe.

Además, deberemos buscar un lugar en el que estemos seguros de que no habrá humedad, pero donde tampoco se alcancen altas temperaturas y mucho menos podremos dejarlos expuestos a la acción directa del sol.

Es importante no guardar el material en espacios húmedos como sótanos, garajes, etc. Los cantos podrían oxidarse con facilidad, un óxido que podría penetrar en la suela y, en consecuencia, dañar el esquí.

Por todo esto, en caso de disponer de trastero, éste será sin duda el lugar más adecuado, si bien deberemos tener mucha precaución para no ir poniendo cosas por encima, puesto que el riesgo de dañar los esquís de esta forma es muy alto.

Ante la falta de espacio, muchos optan por colocar los esquís debajo de la cama; no es una mala opción, pero algo incómoda a la hora de limpiar y, si el equipo no está perfectamente enfundado, se ensuciará más de lo deseado. Además deberemos tener mucha precaución con posibles patadas y para que nadie le “barra” o “friegue” por encima.

¿Tiene algún armario no empotrado en su casa? Pruebe a colocar allí sus esquís: es una zona a la que no se tiene acceso fácil, por lo que nadie andará tocándolos y no molestarán a nadie. Además suele ser una zona protegida de la humedad y del calor excesivo. Un armario de ropa de suficiente tamaño o los típicos grandes armarios de salón pueden convertirse en el mejor rincón donde guardar el equipo completo.

LIMPIEZA DEL EQUIPO

La limpieza de cada una de las partes del equipo resulta fundamental para garantizar su correcto cuidado, ni que decir tiene que deberá limpiarse después de cada uso, pero con mucha mayor dedicación y empeño cuando vayamos a guardar el equipo durante largo tiempo.

Los esquís: Es la parte del equipo que más desgastamos durante la temporada y por eso necesitan de una gran atención y cuidado. Los cantos deben quedar libres de óxido y suciedad , conviene limpiarlos después de cada uso, para evitar que la suciedad los deforme o desgaste en exceso. Para ello utilizaremos un trapo que nos garantice la eliminación de la suciedad y de la humedad (para evitar la oxidación). Para librarnos de manchas o de restos de ceras, podemos utilizar un disolvente poco potente, como por ejemplo la acetona.

Existen además en el mercado productos especiales que garantizan una correcta limpieza de las tablas; sobre ellos sólo un consejo: lea atentamente las instrucciones de uso, respetando los tiempos y modos de aplicación.

Las botas son muy importantes, además de caras, por lo que es aconsejable limpiarlas periódicamente con un paño, agua y jabón suave por el exterior; No use detergentes químicos, puesto que pueden estropearlas.

Para los botines es mejor sacarlos y lavarlos ya que generalmente guardan mucha humedad y mal olor… para guardarlos asegúrese de que estén secos y hágalo en un lugar limpio y seco, lejos de la humedad y de la luz del sol.

Es aconsejable dejar todos los cierres abiertos al máximo, para que así no cedan con el tiempo, es la mejor manera de que sus botas permanezcan como nuevas. Si algún elemento está desgastado o roto es mucho mejor cambiarlo en este momento y no esperar varios meses para hacerlo.

Las fijaciones: deberán limpiarse siempre que observemos algo de suciedad en ellas o, al menos, una vez por temporada. Para hacerlo sólo utilizaremos agua (sin ningún tipo de producto), eso sí, sin hacerles caer un chorro a presión, puesto que puede dañarlas seriamente.

DEJARLO TODO PREPARADO

Cuando hablamos de preparar el equipo para que pase la época de calor en las mejores condiciones, no nos referimos únicamente al hecho de limpiarlo bien y colocarlo medianamente ordenado. Conviene tener una serie de precauciones especiales con cada elemento del equipo:

TABLAS: Lo más recomendable en cualquier caso es acudir a un taller de esquí en donde prepararán nuestras tablas para que, pase lo que pase, parezcan nuevas cuando volvamos a utilizarlas.

En el taller relajarán la tensión del muelle hasta ponerla al mínimo para que éste no pierda potencia ni elasticidad. Además prepararán los cantos, dándoles una pasada por la máquina de piedra cerámica para después impregnarlos de algún producto especializado que los proteja de la temida oxidación.

En caso de que exista alguna ralladura, deberá repararse con la correspondiente máquina de inyección de plástico, para realizar un posterior encerado de protección. Deberán guardarse así, sin llegar a rascar la tabla, de manera que el esquí permanezca con una capa de cera que le servirá como la mejor protección.

Ni que decir tiene que para finalizar correctamente el trabajo deberemos guardar las tablas en su correspondiente funda. También es conveniente guardarlos por separado, si se puede, para evitar las rozaduras. Siempre es mejor guardar los esquí separados el uno del otro. En caso de guardarlos unidos por los frenos de las fijaciones, hay que verificar que la parte central de las tablas no queden pegadas entre sí. Se debe respetar la ligera forma de arco del esquí.

BOTAS: Hay que ser cuidadoso con las botas porque hay que cuidarlas muy bien debido a sus numerosos engranajes. Lo fundamental a la hora de guardarlas es asegurarse de que no están nada húmedas.

Las suelas de las botas también hay que revisarlas anualmente, para comprobar que al caminar con ellas por asfalto u otra superficie agresiva, no se hayan deteriorado excesivamente porque esto podría afectar a cómo encajan en las fijaciones y por lo tanto, a la seguridad.
 En algunos modelos de bota, el talón y la puntera son reemplazables.

Por último si no queremos que nuestras botas se deformen, deberemos tener una serie de precauciones:

  • Extraer los botines y dejar que se sequen por completo. Para este secado conviene dejarlos al aire libre, sin estar expuestos a una fuente de calor directa como radiadores o secadores de pelo.
  • Cuando comprobemos que están totalmente secos, sin resto alguno de humedad, los volveremos a colocar en su carcasa, procurando que queden perfectamente ajustados y, muy importante, sin pliegues.
  • Cerraremos los ganchos, tratando de evitar las deformaciones, para lo cual les aplicaremos la mínima tensión.
  • Las guardaremos en su correspondiente funda.

BASTONES: Son los elementos del equipo al que menos atención prestamos. Antes de guardarlos tenemos que asegurarnos de que no hay ninguna base rota, y si la hay la sustituimos, o, si están torcidos, enderezarlos. Revisar que las correas y las arandelas estén en óptimas condiciones. En caso de rotura existen repuestos.

MÁSCARAS Y CASCOS: Las máscaras y cascos deben guardarse separados y, a ser posible en una bolsa para proteger de los golpes. Deja la máscara bien limpia para la próxima temporada, simplemente necesitas un líquido especial y un trapo para cristales y quedarán listas para estrenar de nuevo.

OTROS CONSEJOS

  • Guardar todo el equipo en sus correspondientes fundas de protección resulta totalmente necesario para garantizar su correcto estado al final de la temporada estival.
  • Asegurarnos de que todo el equipo está seco.
  • Alejar el equipo de la humedad.
  • Alejarlo de fuentes de calor directas.
  • No mantenerlo expuestos a la acción directa del sol.
  • En cuanto a la ropa, bastará con limpiarla siguiendo estrictamente las indicaciones dadas por el fabricante para cada pieza y guardarla totalmente seca y perfectamente doblada.
  • Nunca está de más realizar una revisión del equipo a mitad de vacaciones, para comprobar que todo sigue estando en perfecto estado.

Por último, comentar la necesidad de realizar una correcta regulación de las fijaciones y el rascar la cera protectora de la suela de la tabla antes de comenzar la temporada.

Si hemos seguido todo lo comentado, nuestros esquís estarán como nuevos la temporada que viene.

Publicado en: Esquí, Material

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