El origen del esquí

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El esquí es un deporte del que todos podemos disfrutar. Gracias a su diversidad de modalidades, niveles y el amplio abanico de estaciones que podemos elegir tanto en España, Portugal y en Europa en general; es fácil encontrar aquella opción que se adapta a tus gustos.

Pero no solo eso, el esquí es una actividad que te permitirá sociabilizar y disfrutar con la familia, los amigos, la pareja… conocer nuevas personas y por supuesto, nuevos lugares maravillosos.

Sin embargo, a pesar de que actualmente está considerado como un deporte y/o como un hobby, su inicio no fue planificado para tal fin.

Al igual que sucedió con una gran parte de los inventos del hombre, el esquí nació hace siglos con el objetivo principal de subsanar una necesidad de transporte. Por aquel entonces la nieve resultaba ser un problema para poder realizar los trabajos, traslados, intercambios de mercancías, comunicaciones, entre otros…

Así, el esquí comienza su historia de una manera realmente apasionante, desembocando después en la creación de un deporte extraordinario que a día de hoy continúa creciendo y originando nuevas modalidades para esquiar.

EL NACIMIENTO DEL ESQUÍ

Adentrándonos en el pasado, nos remontamos a la fecha en que ni imaginábamos la revolución industrial, cuando la nieve era capaz de dejar aldeas enteras incomunicadas durante largos periodos, poniendo en riesgo la vida de las personas, imposibilitando la caza, el comercio, la recolección de comida, el intercambio de productos, entre otros muchos asuntos.

El ingenio del hombre y la necesidad de superar esta situación dan origen a un vehículo primitivo con la capacidad de deslizarse por la nieve.

El origen exacto de estos “deslizadores” ha sido tema de no pocos debates y polémicas. En Noruega se encontraron petroglifos de los años 2500 a.C donde mostraban hombres “esquiando”, sin embargo, el esquí más antiguo confirmado por científicos fue encontrado en Rusia con una fecha aproximada de los años 6000 a.C. Otros hallazgos históricos y arqueológicos pertenecen a Noruega y al año 3200 a.C, Sierra Nevada, E.E.U.U año 1860 a.C, Altai, China año 8000 a.C.

Por supuesto, se trataba de rudimentarias tablas de deslizamiento, muy alejadas de lo que hoy conocemos por “esquís”.

Y es que debemos dar un gran salto en la historia y avanzar hasta el año 1900 para encontrar los primeros esquís, fabricados con madera y fijaciones de cuero, que tenían un aspecto más similar a las tablas actuales, si bien estos primeros eran mucho más largos que los actuales. Para este momento histórico ya se había descartado el uso principal relacionado con el origen de los esquís (transporte), e incluso unas tablas de este tipo habían sido empleadas por los rusos en la milicia, y posteriormente por el ejército alemán.

Pero es tras la Primera Guerra Mundial cuando el esquí abandona la exclusividad que representaba, según la cual únicamente las clases sociales más altas podían disfrutar del deporte. Y el hecho de hacer más accesible esta actividad a todas las posiciones económicas de la población, permitirá también su expansión a nivel mundial.

Y así llevamos al año 1924, cuando se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de Invierno en Chamonix, Francia, lo que sería la primera puesta en escena del esquí como deporte oficial.

INICIOS DEL ESQUÍ ALPINO

Por su parte, el esquí alpino se originará en los Alpes, convirtiéndose en una revolución para su época. La modificación del esquí que se conocía en ese entonces incorporaba cambios en las fijaciones, dando origen a la nueva modalidad para esquiar. El esquí alpino fomentó la ampliación de personas entusiastas por el deporte, tanto de forma recreativa como de competición.

Posteriormente, esta modalidad dio vida a otras a través de sus variaciones, como el esquí de Travesía en la primera década del Siglo XX; o el esquí Acrobático, siendo una mezcla entre el esquí alpino y el nórdico, entre otros.

El fundador es el inglés Arnold Lunn, consiguiendo que esta modalidad fuera aceptada por la Federación Internacional de Esquí en el año 1930.

ORÍGENES DEL ESQUÍ EN ESPAÑA

En España, las primeras prácticas de esquí como actividad lúdica se remontan al año 1903 en Puerto Navacerrada, Madrid; si bien se trataba de una actividad muy limitada para ese entonces.

Posteriormente, en 1930, empiezan a surgir nuevos grupos más autónomos en Sierra Nevada, podemos decir que estos grupos aprendían sobre la marcha e iban desarrollando sus habilidades mientras simplemente disfrutaban de esquiar.

Y de esos pequeños grupos de “autodidactas”, en el año 1970 surgirán las primeras victorias españolas en competiciones oficiales, como las del deportista Paco Fernández Ochoa, ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1972 celebrados en Japón.

Cabe destacar que los primeros españoles en subirse a un par de esquís fueron los pertenecientes a la población de Sallent Gállego, un municipio ubicado al norte de la provincia de Huesca y sus tablas eran de origen francés.

Como todos sabemos, la práctica del esquí se hizo popular a un ritmo acelerado, dándole vida al esquí en esa zona de España, así como en otras muchas.

EL ORIGEN DE LAS ESTACIONES DE ESQUÍ

Entre el siglo XIX y el XX se inauguran las primeras estaciones de esquí, muchas de las cuales aún se mantienen a día de hoy en funcionamiento, como es el caso de la estación de Formigal con 53 años desde su inauguración.

El objetivo inicial de las estaciones de esquí era ofrecer un lugar óptimo para que los esquiadores profesionales y de competición pudieran desarrollar sus destrezas. Posteriormente, debido a la creciente demanda de nuevos esquiadores, estas estaciones vieron la oportunidad de ampliar sus pistas y adecuarlas a cada nivel por grupos de esquiadores. De esta manera garantizaban un mejor funcionamiento, rentabilidad y mejora en cuanto a la oferta de servicios.

En nuestro país, la primera estación de esquí se ubicó en la zona de Font Canaleta en La Molina allá por el año 1943; y cuatro años después, en 1947, instalaron el primer telesilla: Turo de la Perdiu, un monoplaza de diseño suizo. Esta instalación fue posible con la llegada de la electricidad en esa zona.

Con el pasar del tiempo, las estaciones fueron expandiendo sus servicios, adaptándose a las necesidades profesionales de los esquiadores y creando nuevos servicios para aquellos que disfrutaban del esquí como hobby o pasatiempos. Y todo este crecimiento también fue dando vida a la restauración, redes hoteleras y comercios desarrollados alrededor de cada una de estas estaciones de esquí; lo que las convierte en auténticos motores de la economía de cada zona en la que se ubican.

Todo este desarrollo fue a la par de una oferta cada vez mejor y más amplia de servicios y de mejoras de cara a los esquiadores: se crearon nuevas pistas para principiantes, niños y familias esquiadoras, el objetivo es que todos pudieran disfrutar de las sensaciones que produce el esquí.

Actualmente España cuenta con 38 estaciones de esquí repartidas entre Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Andalucía, Comunidad de Madrid y La Rioja.

Publicado en: Esquí, Consejos

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