Avancarga

Tiro

El Tiro Deportivo con armas de antiguas de avancarga es una modalidad deportiva en auge; y es que cada día son más los aficionados atrapados por esta forma de tiro. Mucho es lo que se puede contar sobre la avancarga; en este artículo sólo se trata de contemplar los principios de esta afición que supone una vuelta atrás en el tiempo.

Pinceladas históricas

En toda la historia del ser humano, las armas han tenido siempre una función importante. Ya fuera para defenderse o para cazar, el hombre ha imaginado y creado desde su principio diferentes utensilios que utilizaba como arma.
La irrupción de la pólvora en la historia de la humanidad supuso la gran evolución en cuanto al sector armamentístico; a pesar de que en principio fue utilizada para fuegos artificiales, pronto se descubrió las grandes posibilidades que podía aportar. Así el hombre fue inventando armas que utilizaban la pólvora, la primera de ellas son las conocidas como Cañones del Monje, que no eran más que un tubo de hierro cerrado por un extremo, colocado sobre una base de madera y con un orificio en el extremo cerrado por el que se prendía fuego a la pólvora. Este arma, de grandes dimensiones, debía ser manejada por dos personas, una de ellas lo sujetaba y apuntaba, mientras la otra le daba el fuego necesario.
A pesar de que no existen documentos que puedan concretar el sitio y año concreto en que estas armas fueron introducidas en Europa, leyendas orales y escritos vienen a señalar España como el primer lugar del continente en que la pólvora fue utilizada como arma.
Estas primeras armas de fuego, pronto fueron siendo mejoradas. El ingenio del hombre, generalmente en relación directa a las guerras que han asolado la historia, fue evolucionando sobre este primer concepto hasta llegar a las armas que hoy conocemos.
Para ello hubo que pasar por las Armas de Mecha que ya ofrecían la posibilidad de ser utilizadas por una sola persona. Posteriormente se pasó a las Armas de Chispa por rueda que fueron seguidas directamente por las Armas de Pedernal. Ya en los siglos XVI y XVII encontramos las Armas de Pistón, que ofrecían un funcionamiento excelente y que además eran tan cuidadosamente fabricadas que fueron consideradas auténticas obras de arte. En pasos sucesivos fueron apareciendo el cartucho metálico para utilizar en los fusiles de aguja. La aparición de las percusiones anular y central fue el gran paso que llevó a la irrupción de las armas de Retrocarga, las armas de Repetición llegarían tras el descubrimiento de la pólvora moderna sin humo.

Clasificación de las primeras armas

Las primeras armas de fuego se veían diferenciadas las unas de las otras por su utilización en el combate y por su facilidad para el transporte. De esta forma, la primera clasificación existente es la que diferencia entre armas LIGERAS (también llamadas portátiles) y armas PESADAS.
A pesar de su denominación, las ligeras tenían un gran tamaño y peso. Además entre ellas y en función del servicio que ofrecían, se diferenció entre almas largas y cortas. Las primeras de ellas era de gran peso y quienes las utilizaban necesitan ambas manos al tiempo que debían colocar primeramente una horquilla sobre la cual apoyar el arma, manteniéndola sujeta mientras los mecanismos de ignición (muy lentos en su principio) trabajaban para producir el disparo. Este tipo de armas era el utilizado por las fuerzas militares.
Las armas cortas nacieron para satisfacer la necesidad de determinada gente con dinero, que se veía obligada a viajar en un tiempo en que los bandidos y atracadores llenaban los caminos. Así y como forma de protección surgió el arma corta, antecedente de pistolas y revólveres.
Poco a poco este arma fue introduciéndose también en el campo militar, ya que se comprobó su gran facilidad de uso y de transporte, que permitía ser utilizada desde el propio caballo. Mientras las armas ligeras evolucionan con gran rapidez y adquieren nuevos usos; las pesadas avanzan mucho más lentamente. Destinadas casi en exclusiva para una utilización de tipo militar, principalmente para el asedio y cuidado de las ciudades, es normal que este tipo de arma no evolucionara tanto como la anterior, de un uso mucho más popularizado.
Tres eran los principales problemas del arma pesada, que en consecuencia se convirtieron en las mayores obsesiones para su mejora; estos son:

  • La calidad de la pólvora, ya que mejorándola se conseguiría mayor precisión y alcance.
  • La lentitud del sistema de carga, que lleva a la búsqueda de sistemas primitivos de retrocarga.
  • La puntería, buscar una trayectoria para el tiro fue una de las mayores preocupaciones, así se consideran sistemas de puntería que van a ir evolucionando, desde el alineamiento del cañón al ojo hasta el cálculo de ángulos con niveles o plomadas.

La evolución

Nos encontramos ya en la fase de evolución de las armas. Una vez que se comprueba el mundo de posibilidades que ofrece el sector armamentístico, no son pocos los que se ponen manos a la obra para tratar de avanzar en este campo.
De esta forma surgen las ARMAS DE MECHA. En principio se trata de armas utilizadas por dos personas, una para encarar, sujetar y apuntar y otra para dar fuego a la pólvora.
Después se inventaría el denominado Serpentín?, una pieza en S que soporta la mecha encendida y que ante la presión de un primitivo gatillo cae sobre el fogón en el que se encuentra la pólvora, incendiándolo; de esta forma el fuego se propaga por el conducto e incendia la pólvora del interior, dando lugar al disparo. Este sencillo elemento servirá para que el arma pueda ser portada por una única persona, que deberá permanecer quieta durante el tiempo que dure el disparo.
De esta forma se mejoró en gran medida el manejo del arma, pero seguían existiendo determinados problemas como el del transporte. A ello se sumaban los grandes problemas que surgían para su uso al aire libre, puesto que el viento o la lluvia llegaban a apagar la mecha muy a menudo.
Llegados aquí el principal problema del fabricante era el de encontrar un sistema de encendido que permitiera realizar un disparo rápido. No son pocos los experimentos y pruebas que los armeros de la época (nos encontramos allá por el año 1500) deciden realizar hasta dar con la solución: las ARMAS DE RUEDA. Estas armas se basan en dos principios: la posibilidad de conseguir un potente chorro de chispas al raspar con rapidez las piedras de pirita, que además seguirá una dirección fija si el roce se mantiene durante un tiempo, y la utilización de un muelle espiral que hace girar una rueda sobre un eje durante el tiempo necesario para producir este chorro de chispas que dirigido sobre la pólvora produce el disparo final.
Además de todo este mecanismo, estas armas eran diseñadas y finalizadas con todo tipo de lujos, con decoraciones en oro, marfil, nácar y piedras semipreciosas.
Todo ello hacía de estas Armas de Rueda algo prácticamente exclusivo de las clases altas, lo cual unido a los numerosos problemas técnicos que presentaban (que sólo podían ser resueltos por fabricantes muy especializados); hizo que los armeros tuvieran que esforzarse en conseguir una mejora de estas armas.
Tras diferentes estudios, los fabricantes caen en la cuenta de que el sílex y el hierro al golpearse entre sí producen gran cantidad de chispas. De esta forma empiezan a aparecer por toda la geografía europea diferentes sistemas basados en esta idea: una llave de percusión que maneja una piedra tallada de sílex y una pieza de hierro sobre la que golpea; un golpe que desencadena gran cantidad de chispas que encienden la pólvora. Todo ello con un margen de seguridad suficiente y con un tiempo de ejecución muy corto. Y además con la gran ventaja de que se trata de un sistema enormemente barato y de fácil arreglo en caso de que el arma sufriera cualquier desperfecto.
Son las ARMAS DE SÍLEX. En la misma época aparecen diferentes sistemas por toda Europa, de entre los cuales dos son los que hay que destacar:

  • Sistema español o de Miguelete?. Para muchos el mejor de todos, ya que todas las partes del mismo (rastrillo y tapa de cazoleta) son una única pieza; de tal forma que sólo es necesario echar hacia delante el rastrillo, verter la polvorilla y accionarlo hacia detrás. Para disparar asimismo sólo es necesario montar el martillo y accionarlo.
  • Sistema de los Países bajos, Schnaphaunce o Chenapán. A pesar de ser muy similar al sistema español, en este el rastrillo es una pieza separada, por lo que para cargar el arma hay que echarlo hacia delante, quitar la tapa de la cazoleta, verter la pólvora, poner la tapa y colocar el rastrillo de nuevo en su sitio.

Estos nuevos sistemas supondrán la gran introducción de las armas en todo el mundo y el cambio en las tácticas militares de prácticamente todos los ejércitos.
A pesar del gran avance que supone la popularización de estas armas, siguen existiendo problemas y entre ellos el más importante es el de la ignición. De esta forma surgen las ARMAS DE PISTÓN, un sistema que pronto se expandiría dando lugar a numerosos y diferentes sistemas: de piezas sueltas, cápsulas de tipo tubo, píldoras explosivas… Todo ello hasta la solución definitiva del pistón y la llave que lo percuta, sistema que simplifica enormemente el mecanismo del arma, quedando únicamente el martillo y una pieza saliente en la que se coloca el pistón, este es, la chimenea; elemento hueco que se enrosca al cañón y conduce la chispa desde el pistón hasta la recámara.
Estas armas suponen un gran avance en el problema de la rapidez de la carga, al tiempo que solucionan la ignición segura al aire libre.

A partir de aquí la evolución de las armas es mucho mayor y más rápida hasta llegar a nuestros días.

Publicado en: Caza, Tiro

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