Práctica de la cetrería

Tipos de caza

A pesar de que cada Comunidad Autónoma dispone de una ley propia que regula la actividad cinegética de forma particular, hoy por hoy podemos afirmar que la captura de aves para cetrería está totalmente prohibido en toda España.

En consecuencia, la única forma de conseguir un ave para la práctica de la cetrería es por medio de su compra.

En esta sección expondremos los pasos para comenzar la práctica de la cetrería de forma adecuada.

Amansamiento

Una vez que dispongamos de un ave, lo primero que deberemos hacer es tratar de amansarla.

Para ello suele seguirse el siguiente método: al llevarnos al animal a casa lo dejaremos en vela durante dos o tres noches. En estos primeros días es conveniente que se encuentre siempre a su lado alguien que pueda socorrerle en caso de que le ocurra algo y para evitar cualquier problema lo mejor es colocar al ave lo más cerca posible del suelo; de esta forma evitaremos que se “cuelgue”.

En ese tiempo deberemos darle muy poca comida, únicamente la necesaria para que no enferme, pero ni un gramo más. Además en esos días mantendremos al animal a oscuras, tapándole con una caperuza cuando haya algo de luz, de forma que el animal se acostumbre a vernos únicamente cuando come y a comer cuando no ve. Para darle de comer lo subiremos al guante (siempre con la caperuza puesta si hay luz) y de dejaremos dar unas picadas a un trozo de carne que tendremos en la mano.

El siguiente ejercicio de amansamiento deberá realizarse al aire libre para intentar que el ave pierda cualquier temor al ruido de la calle: coches, personas, sirenas… Para ello nos colocaremos en algún lugar seguro, vigilando que si tenemos “espectadores”, éstos se mantengan en todo momento a cierta distancia para evitar cualquier tipo de accidente. Una vez que estamos seguros de ello retiraremos la caperuza al ave y emitiremos un chasquido que invite a comer.

Es conveniente que el ave no venga saciada al ejercicio, es decir, deberá tener algo de hambre ya que así responderá mejor a nuestros requerimientos. En cuanto a la comida la más adecuada es aquella que contenga huesos y plumas ya que de esa forma le costará más picotear y comer en ella, alargando considerablemente el ejercicio. Si notamos que se cansa de picotear en ella le daremos un poco de carne magra, pero sólo un poco, para después volver al roedero.

Repetiremos este ejercicio tantas veces como sea necesario hasta que el ave se acostumbre perfectamente y permanezca tranquilo ante el bullicio de la calle y la gente.

Venir al guante

Debemos entender este ejercicio como una “segunda fase”. En consecuencia no podremos comenzarla hasta estar totalmente seguros de que el ave está perfectamente amansada y se mantiene totalmente tranquila aún a pesar de que puedan existir ruidos o personas cerca.

Comenzaremos a adiestrar al ave para que venga a comer a nuestra mano en un lugar “seguro”, es decir, en una habitación o similar en la que no podamos tener interferencias que distraigan al animal.

Una vez allí colocaremos al animal en la percha y anudaremos la punta de la lonja al guante. En el puño colocamos un buen pedazo de carne que atraiga la atención del ave, pero a una distancia tal que no sea capaz de picotearle desde donde se encuentre, además le invitaremos a comer por medio de un chisquido. Al ver la comida el ave intentará conseguirla por todos sus medios y esto hará que estire el cuello al máximo tratando de alcanzar la sabrosa comida, al ver que con ello no es capaz, andará a lo largo de la percha en un nuevo intento por alcanzar el bocado.

Finalmente se decidirá a saltar sobre el guante, lo cual debemos entender que supone un enorme esfuerzo para el ave puesto que con el rompe la distancia establecida con el hombre. Este ejercicio deberá ser por tanto bien recompensado y la mejor forma de hacerlo es por medio de la comida, así que le daremos unas jugosas picotadas y con un chasquido le invitaremos incluso a repetir.

El ejercicio deberá ser repetido tantas veces como se considere necesario para estar completamente seguros de que el ave lo hará siempre que se lo pidamos, es evidente que el aprendizaje viene por medio de la repetición. Debemos estar totalmente seguros de que el ave será capaz de responder al ejercicio en cualquier momento y lo estaremos en el momento en el que desde cualquier lugar en el que se encuentre el ave, permanecerá con la vista fija a nuestro guante.

Etiqueta: Cetrería
Publicado en: Caza, Tipos de caza

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