EQUIPO PARA LA CAZA DEL CORZO A RECECHO

Tipos de caza

Para disfrutar de la experiencia de la caza a rececho en toda su profundidad hay que cazar lentamente, rastreando con sigilo de depredador cada recodo del monte. Haciéndolo de esta forma, en cualquier momento, inexplicablemente ajeno a la presencia del cazador, podemos vernos sorprendidos por la aparición del corzo.

Pero si queremos conseguir una correcta aproximación sin ser detectados, es necesario contar con la ayuda del equipo adecuado.

En este artículo haremos un repaso de las características que debe tener un equipo de rececho para que nos ayude a conseguir los mejores resultados.

 

EL CORZO

El “duende del bosque”, con este simpático apodo se conoce a una de las especies de mayor tradición cinegética de cuantas habitan en nuestro país: el Corzo. Se trata  del cérvido más pequeño que habita Europa y Asia. De cornamenta pequeña, proporcional a su tamaño, hace las delicias de muchos cazadores que año tras año lo recechan.

A pesar su reducido tamaño, el corzo es uno de los trofeos más exitosos y deseados por cualquier cazador.

Su peso no suele sobrepasar los 30 kilos en los machos ni los 25 en el caso de las hembras; mientras que su altura en la cruz no va más allá de los 75 cm

Herbívoro considerado prácticamente forestal, saldrá a campo abierto en contadas ocasiones, para añadir a su dieta de hojas de arbustos y árboles bajos, algunas hierbas. De la alimentación mencionada, depende mucho su tamaño, siendo los corzos cántabros los más grandes, y los andaluces los más pequeños.

Los machos empiezan a caer su cuerna en otoño, terminando de crecer por completo a finales de primavera.

Se trata de una especial territorial. El terreno dominado por un macho, suele rondar las 7 hectáreas.

En cuanto a la época de celo, se desarrolla en los meses de julio y agosto y las crías (de 1 a 3), nacerán en mayo o junio, permaneciendo junto a la madre hasta el nacimiento de las siguientes. En algunas zonas de nuestro país esta época de celo se denomina “ladra”, nombre que adopta a causa del ladrido similar al de un perro que emiten los machos.

El corzo es un animal herbívoro rumiante bastante selectivo y buscador de herbáceas. Cuida mucho su alimentación, por lo que selecciona únicamente aquella materia vegetal que le ofrezca un alto poder nutritivo junto con un bajo contenido en fibras.

Destaca también por sus hábitos nocturnos, puesto que es únicamente con la oscuridad cuando el corzo sale a los pastos para alimentarse; pasando el día encamado o rumiando todo el alimento obtenido durante la noche.

Es de costumbres rutinarias, por lo que podremos verle recorrer prácticamente los mismos caminos y acudir a los mismos abrevaderos y comederos todos los días a las mismas horas.

 

EL EQUIPO PARA LA CAZA DEL CORZO A RECECHO

Los instrumentos y el equipo del que hagamos uso condicionarán en gran medida que la jornada de caza se culmine con éxito o. al contrario, se convierta en un rotundo fracaso.

Para disfrutar de la experiencia de la caza a rececho en toda su profundidad hay que cazar lentamente, rastreando con sigilo de depredador cada recodo del monte. Haciéndolo de esta forma, en cualquier momento, inexplicablemente ajeno a la presencia del cazador, podemos vernos sorprendidos por la aparición del corzo.

Pero si queremos conseguir una correcta aproximación sin ser detectados, es necesario contar con la ayuda del equipo adecuado.

ROPA Y CALZADO

Para la caza del corzo a rececho en lo relativo a la vestimenta, debe utilizarse ropa cómoda y adecuada a la época del año en la que nos encontramos. La teoría de ir siempre abrigado nunca falla, ya que para dejar capas atrás siempre hay tiempo. Las prendas deberán ser ligeras y poco llamativas, cuánto más ligeras, cómodas y transpirables sean, mejor. Pero sobre todo deben ser “sordas”, es decir, que con el roce al andar o moverse por el monte hagan poco o ningún ruido. Es recomendable usar tejidos silenciosos, discriminando los sintéticos por los utilizados toda la vida, como la pana o el algodón…

Por ello, y como las prendas impermeables son excesivamente ruidosas, un simple chubasquero de bolsillo en la mochila servirá para prevenirnos del típico chaparrón primaveral.

El calzado, al igual que la ropa, cuánto menos pese mejor. Como para cualquier otra modalidad cinegética en la que se requiera andar, se escogerán botas cómodas y bien adaptadas al pie.

Es fundamental que nuestro calzado transpire, pero a la vez que sea impermeable, esto se consigue con el uso de membranas tipo Gore-tex. Debe tenerse en cuenta que, hasta bien mediado mayo a pesar de que no haya llovido, en muchas zonas del norte de España los prados y pastizales aparecen por la mañana cubiertos de rocío.

Las botas tienen que estar hechas a nuestro pie, las estrenaremos antes del rececho para evitar posibles rozaduras que hagan de la jornada de caza una tortura.

Otro tema importante en cuanto al calzado es la suela: es muy importante que nos permita andar con total comodidad pero que al mismo tiempo garantice que no resbalamos, es decir, que podamos caminar con total seguridad por todo tipo de terrenos.

 COMPLEMENTOS

Respecto a las partes del equipo consideras “complementarias”, en nuestra opinión una buena mochila de rececho debería estar equipada, como mínimo con lo siguiente:

  • Una navaja de buen corte.
  • Loción o spray antimosquitos.
  • Una pequeña linterna de bolsillo.
  • Un rollo de cuerda.
  • Un paquete de pañuelos de papel.
  • El teléfono móvil.
  • Toda la documentación de caza necesaria (guía del arma, licencia de caza, permiso de armas, seguro obligatorio, precinto y autorización del titular del coto…)

ÓPTICA

Si queremos tener éxito en un rececho es imprescindible que podamos observar la mayor parte de terreno que nos resulte posible. Para ello nada mejor que contar con unos buenos prismáticos.

De hecho, creemos muy importante insistir en la enorme importancia de disponer de unos buenos prismáticos, un producto en el que no se debe escatimar, dentro de nuestro presupuesto, a la hora de su adquisición.

Binoculares de primeras marcas, ligeros y revestidos de goma, con elevado índice crepuscular, y entre 8 y 10 aumentos, serán la elección adecuada.

Si nos decantamos por usar catalejo, a pesar de ser un elemento caro y proporcionalmente pesado, puede decirse que resulta muy útil para juzgar a distancia y con gran precisión a un ejemplar, ahorrándonos en muchas ocasiones esfuerzos o aproximaciones inútiles.

MUNICIÓN

Punto importante a tratar es la munición más adecuada para la caza de esta especie; una de las cuestiones más importantes que se le plantean a cualquier cazador. Sin lugar a dudas en el mercado encontraremos multitud de diferentes ofertas ¿cómo saber cuál es la más adecuada en este caso?

Las armas deberán ser proporcionadas en su calibre, al tamaño y vitalidad del corzo, debiendo desecharse calibres excesivos.

En primer lugar debemos saber que los cartuchos pequeños permiten la construcción de armas ligeras y manejables (lo cual siempre es de agradecer). Además, como es bien sabido, el retroceso se incrementa al aumentar el peso del proyectil; por lo que los pequeños calibres siempre nos reportarán la ventaja de no producir apenas retroceso. Debe saber que está demostrado que, con cartuchos que provocan poco retroceso, se puede disparar de manera más constante y precisa. Además, la precisión de los calibres pequeños es muy elevada.

Otra innegable ventaja la encontramos en la favorable balística externa. Lo que, unido a las velocidades de salida del proyectil y a la velocidad de giro del mismo, consigue una trayectoria muy tensa, lo que nos ofrece la posibilidad de alcanzar grandes distancias sin necesidad de efectuar cálculos de trayectoria, cuando se dispara más allá de 100 metros. Ventajas todas ellas sumamente estimables en la caza del corzo.

Buscamos calibres de buena rasante y adecuada energía (entre 2000 y 3000 julios a 100 m) como el 22/250R, el 243 Win., el 6,5×57, el 270 Win. Y ya rozando el límite de lo adecuado el 7×64 o el 30-06 con sus pesos de bala más ligeros en el último caso.

Si bien es cierto que el corzo (contra la creencia general) no es en absoluto blando, se los abate mejor con calibres medianos o pequeños. Es verdad que los calibres pequeños resultan más sensibles a la influencia del viento, sin embargo la distancia de tiro en el caso del rececho al corzo no suele ser excesiva (entre 50 y 150 metros habitualmente) por lo que la influencia del viento no resulta tan relevante como en las cacerías de alta montaña.

A cambio de este inconveniente, el disparo con calibres ajustados tiene como consecuencias una mayor precisión de tiro y mejores agrupaciones en la inmensa mayoría de los cazadores, mejorando así su categoría como tiradores.

EL RIFLE

Las armas ideales para rececho de corzo son sin duda los rifles de cerrojo o los “monotiro”.

Como para cualquier otro rececho, debe ser lo más ligero posible, de manera que al cabo de un par de horas no suponga una excesiva carga para el cazador. Deben estar dotados en todo caso de un visor de alta calidad, con buena luminosidad e índice crepuscular (pues en bastantes ocasiones habrá que disparar en malas condiciones de luz) y, preferiblemente aumentos variables. La mayoría de los disparos los realizaremos con poca luz, y es precisamente en estas condiciones adversas en donde encontraremos la diferencia entre una buena óptica y una regular.

 

LAS MEJORES HORAS PARA RECECHAR

Como ya hemos comentado anteriormente, el corzo es un animal que presenta mayor movilidad al amanecer y en el crepúsculo. En estas horas será más fácil su localización. Por lo tanto, en las madrugadas antes de que despunte el alba sería necesario estar en el campo, pero cuidado, no es conveniente que comencemos el rececho si todavía no se ve adecuadamente, pues es más que probable que pasemos de largo a ese corzo que con tanta insistencia venimos buscando. En los atardeceres debemos tener paciencia y aguantar en el sitio que pensemos que el animal tiene su querencia hasta que ya no haya luz, pues los machos, y más aún los grandes, salen de la espesura cuando hay muy poca luz. Es su manera de defenderse de su principal depredador, el hombre.

De todas formas no pensemos que sólo seremos capaces de localizar un corzo a primerísima hora de la mañana o a última de la tarde. Son muchas las veces que se localizan comiendo tranquilamente en un sembrado a las diez de la mañana. Dependerá en gran medida de la presión a la que estén sometidos en la zona en la que cazamos. Como norma general, diremos que se suele dar por terminado el rececho a eso de las diez y media de la mañana, comenzándolo nuevamente por la tarde a eso de las siete.

 

Ir acompañado de un profesional nunca viene mal, pero en esta modalidad de caza, es crucial para un desarrollo exitoso. El conocimiento del terreno, y de la querencia de los animales definirá el resultado final, y a falta de conocimientos al respecto, nada mejor que un buen auxiliar, como son los guardas de caza.

Publicado en: Caza, Tipos de caza

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