Introducción
A pesar del temor que pueden despertar algunas aves, en realidad son animales frágiles que precisan de importantes cuidados y de un mantenimiento constante.
Como bien suele decirse el cetrero lo es las veinticuatro horas del día. Estos animales precisan de una atención total por parte de su cuidador; un ala rota, una pata quebrada o unas plumas estropeadas pueden hacer que un ave de presa resulte inútil como cazadora.
Cómo comprobar que el ave está sana
Nadie mejor que el cetrero podrá determinar si su ave está o no sana. Comprobar que su comportamiento y su aspecto son los de siempre es determinante para saber en qué estado se encuentra el animal; por eso es tan importante estar pendiente de él en cada momento para poder advertir cualquier cosa que pueda considerarse anormal.
Existen una serie de puntos que le ayudarán a determinar si el ave se encuentra en perfectas condiciones. El aspecto general de un ave sana deberá ser el siguiente:
- Ojos limpios y redondos.
- Cera, párpados y patas de color amarillo o anaranjado.
- Plumaje brillante.
Junto con la observación de estos puntos, deberemos prestar atención a los excrementos del animal ya que a través de ellos podemos llegar a determinar si existe alguna enfermedad (que de ser así será casi con total seguridad de carácter nuticional).
Si observamos que nuestro animal no cumple alguno de los puntos anteriores deberemos ponernos sobre aviso y extremar las precauciones y si se llegase a considerar necesario tendremos que ponernos en contacto con el veterinario para hacer una revisión.
Alimentación adecuada
Según diferentes estudios realizados al respecto, el 25% de la mortalidad de aves de presa en cautiverio está causada por una mala alimentación. Además la mayor parte de las enfermedades que sufren estos animales provienen o están relacionadas con deficiencias nutricionales.
Con las aves, al igual que con cualquier ser vivo, siempre será mejor prevenir que curar y en consecuencia el cetrero deberá tomar medidas profilácticas para evitar la aparición de cualquier enfermedad.
Las medidas más adecuadas a tomar son las siguientes:
Mantener siempre el lugar en el que habita el animal en perfectas condiciones higiénicas.
Ejercitar al ave; al igual que el hombre, el ave precisa de cierto ejercicio para poder quemar el alimento. Darle siempre una alimentación adecuada: la alimentación del ave dedicada a la cetrería deberá ser de muy buena calidad, en suficiente cantidad y también variada. La cantidad debe estar en relación directa con el tamaño del ave, así como con la actividad que desarrollo, su estado físico…Como referencia pueden tomarse los siguientes porcentajes:
Ave de peso entre 100-200 g.: 18-25% de peso vivo al día.
Ave de peso entre 200-800 g.: 7-11% de peso vivo al día.
Ave de peso entre 800-1.000 g.: 3,5-6% de peso vivo al día.
De cualquier forma estos porcentajes deben tomarse como referencia y nunca al pie de la letra, el cetrero será quien determine la cantidad precisa que necesita el animal; lo cual deberá hacerse atendiendo a la actividad diaria realizada por el ave, a su condición física, salud… Puntos determinantes que nadie mejor que el cetrero puede conocer.
Los problemas nutricionales que más comúnmente aparecen en el ave destinada a la cetrería son los siguientes:
Inanición: debida fundamentalmente a un abuso del ayuno para el entrenamiento del ave. Es de difícil diagnóstico puesto que puede presentarse de muy diversas formas: debilidad, plumaje erizado, anemia, emancipación..
Desbalances de calcio-fósforo: tanto el calcio como el fósforo son dos elementos fundamentales en la alimentación del ave, si éstos faltan se presentan diferentes problemas de tipo óseo. Los signos que pueden presentarse más comúnmente son: encurvamiento de huesos largos, la cera, párpados y patas pierden su coloración típica y se presentan fracturas al mínimo esfuerzo. Deficiencias de vitaminas A. B. D y E Anemias.
La muda
Es normal asustarse cuando por primera vez observamos que nuestra ave comienza a perder su magnífico plumaje. No debemos entender de inmediato que se trata de alguna enfermedad ya que puede ser debido a que el ave a entrado en su periodo de muda.
La súbita pérdida de plumas por parte de un nueva ave no debe ser motivo de alarma, de hecho existen algunos pájaros como los halcones que mudan su plumaje una vez al año, desapareciendo todas las plumas de vuelo que son sustituidas por otras nuevas.
Debemos ser conscientes de que no todas las aves mudan por igual, algunas ni siquiera llegan a perder todo el plumaje antes de que comience a salir el nuevo. Lo más habitual es que la muda se realice en primavera o verano, época en la que los pájaros necesitan volar menos para poder encontrar la preciada comida.
Un ave puede pasar la muda en su percha sin ningún problema, si al hacerlo se encuentra en una habitación tranquila y apartada de distracciones el riesgo de que las plumas se rompan se minimiza lo cual es siempre mejor. Puede dejarse al ave sola durante todo ese periodo o bien acompañarle para darle de comer por lo menos dos veces al día; en principio esto último parece más adecuado ya que se mantiene siempre vigente la tan importante relación ave-hombre, al tiempo que también nos aseguraremos de que no olvide su entrenamiento.