Cetrería: ¿Qué ave elegir para cazar?

Tipos de caza

La cetrería es una modalidad de caza que está en auge, sin duda la combinación de naturaleza, aves, y caza en el sentido más salvaje de su palabra hacen de esta modalidad una actividad apasionante como ninguna. Y lo mejor de todo, cada vez más al alcance de cualquier aficionado.

Sin duda, si está pensando en adentrarse en la caza con aves tendrá un montón de interrogantes, el primero de ellos y fundamental: ¿qué ave de presa elegir?.

¿Azores, gavilanes, halcones, harris, cernícalos? ¿Cuál es mejor para cazar? Evidentemente depende de numerosos factores que deben ser tenidos en cuenta: especies que queremos cazar, características del terreno que el ave va a cubrir, la experiencia que tenemos y el tiempo que podemos dedicar a su entrenamiento etc

A continuación abordaremos todas estas claves para ayudarle a elegir el ave ideal para cazar.

LA ELECCIÓN DEL AVE DE PRESA

Evidentemente la principal decisión que debemos tomar cuando comenzamos a practicar la cetrería es el ave de presa que vamos a manejar. Tenemos que tener en cuenta diversos factores a considerar: ¿Qué presas vamos a cazar?, ¿Con qué campos de vuelo contamos? ¿Qué disponibilidad para entrenar tenemos? ¿Cuál es nuestra experiencia previa? ¿qué presupuesto tenemos?

¿ALTANERÍA O BAJO VUELO?

El terreno y zonas de vuelo que tengamos dispoonibles y accesibles en nuestro día a día van a marcarnos la modalidad de cetrería que vamos a practicar.

La altanería requiere unas condiciones de terreno más específicas, los halcones que se suelen utilizar en esta modalidad suben a grandes alturas para lanzarse en picado sobre las presas por lo que debemos contar con campos amplios de vuelo sin peligros cercanos.

El bajo vuelo nos deja más flexibilidad en este aspecto, viñedos, bosques, campos de encinas, pinares, olivos, frutales etc todo este tipo de terrenos pueden ser válidos para esta modalidad de caza.

Dentro de esta modalidad hay diversas variantes como el bajo vuelo desde puño, halcones mano por mano, bajo vuelo a la inglesa ( modalidad muy extendida) y prácticas con harris y pequeñas aves como cernícalos o gavilanes sobre todo a codorniz, urracas y otras presas de este tamaño.

¿QUÉ PRESAS QUEREMOS CAZAR?

Una vez que nos decantamos por la modalidad de cetrería que vamos a practicar hay que tener en cuenta las presas que vamos a cazar. Hay dos aspectos clave a tener en cuenta: el tamaño de la presa y si esta es de pelo o pluma. Si bien este segundo factor solo es importante si practicamos bajo vuelo.

Si queremos practicar la altanería sobre patos o faisanes necesitaremos ejemplares grandes, normalmente hembras y con pesos superiores a los 800 gramos.

Sin embargo si vamos a cazar urracas, palomas o perdices los machos de peregrinos, híbridos o los shaneen son perfectamente válidos.

En el bajo vuelo la decisión se complica, para cazar a pluma, pensando que el pájaro salga del puño, tendremos que utilizar aves realmente rápidas y explosivas. De esta forma, para cazar perdices, palomas e incluso patos tendremos que usar azores, cuanto más rápidos mejor.

En el pelo hay más flexibilidad y se abren las posibilidades: machos y hembras de harris, azores o incluso águilas de cola roja son perfectamente válidos para esta modalidad. Solo un apunte, si entre nuestras presas se encuentran las liebres tendremos que tener muy en cuenta la batalla que éstas presentan por lo que las hembras de estas aves son las más apropiadas para su caza.

DIFICULTAD DE MANEJO

Otro factor clave en la elección de nuestra ave de presa es la dificultad de manejo y entrenamiento. En este sentido por ejemplo los gavilanes son la especie más complicada de adiestrar debido a su fragilidad y delicadeza, por supuesto no son nada recomendables para principiantes.

Los azores, debido a su agresividad y poderío también presentan bastantes dificultades en su manejo, además son aves que no permiten demasiados errores en su adiestramiento.

Los halcones, cernícalos, halcones aplomados, yankees o hibridaciones entre ellos son aves más sencillas de trabajar por lo que a menudo son los más utilizados por los cetreros principiantes.

Por otra parte la dedicación necesaria específica de cada especie también es un factor a considerar, hay que tener claro que la cetrería requiere una dedicación constante. Debemos ser conscientes de que las aves estarán 365 días al año con nosotros por lo que deberemos estar preparados tanto en lo referente al acondicionamiento del lugar donde van a estar como el tiempo que necesitamos dedicarles.

CARACTERÍSTICAS DE LAS DIFERENTES AVES

Halcones y sus hibridaciones: Los halcones y sus híbridos (peregrinos, barbary e hibridaciones con gerifalte) son aptos para la altanería. Sus presas pueden ir desde las más pequeñas como palomas o perdices a las más grandes como faisanes o patos.

Necesitan terrenos amplios para su entrenamiento diario, son de manejo fácil pero para conseguir un buen halcón para altanería requiere de gran constancia y mucha técnica.

Azores y sus subespecies: Utilizados principalmente para el vuelo bajo. Trabajan bien tanto la pluma como el pelo siendo muy versátiles para cazar casi cualquier especie. Simplemente tendremos que escoger una hembra o un macho (por el tamaño) para utilizarlos con unas presas o con otras. No es un ave fácil de manejar, y hay que saber gestionar adecuadamente su punto de agresividad y desconfianza natural. Necesitan muchas horas de entrenamiento.

Águila Harris: Se trata del ave de presa más versátil, flexible y moldeable por lo que es una de las más utilizadas en cetrería. Gran sociabilidad, inteligencia, velocidad, y rapidez de reproducción hacen de esta ave la predilecta para esta disciplina en la modalidad de vuelo bajo.

Su abanico de presas es bastante amplio siendo muy efectivas para la caza de conejos y liebres. Son menos agresivas y vistosas en la caza que los azores.

Halcones aplomados: De gran belleza y muy manejables gracias a su tamaño, ideales para modalidad de mano por mano a perdiz, palomas o urracas. De fácil manejo son aptos tanto para principiantes como para cetreros expertos. Destacan por su persistencia en la caza ya que no abandonan la presa nunca.

Cernícalos, yankees e hibridaciones: Muy aptos para principiantes, su vuelo es eléctrico y son muy divertidos. Dan gra flexibilidad y facilidad en el manejo debido a su reducido tamaño.

Gavilanes: Se trata de la especie más delicada, no apta para novatos ya que son desconfiados y difíciles de manejar. Como principal ventaja es que son todoterreno.

AMANSAMIENTO

Una vez que dispongamos de un ave, lo primero que deberemos hacer es tratar de amansarla.

Para ello suele seguirse el siguiente método: al llevarnos al animal a casa lo dejaremos en vela durante dos o tres noches. En estos primeros días es conveniente que se encuentre siempre a su lado alguien que pueda socorrerle en caso de que le ocurra algo y para evitar cualquier problema lo mejor es colocar al ave lo más cerca posible del suelo; de esta forma evitaremos que se “cuelgue”.

En ese tiempo deberemos darle muy poca comida, únicamente la necesaria para que no enferme, pero ni un gramo más. Además en esos días mantendremos al animal a oscuras, tapándole con una caperuza cuando haya algo de luz, de forma que el animal se acostumbre a vernos únicamente cuando come y a comer cuando no ve. Para darle de comer lo subiremos al guante (siempre con la caperuza puesta si hay luz) y le dejaremos dar unas picadas a un trozo de carne que tendremos en la mano.

El siguiente ejercicio de amansamiento deberá realizarse al aire libre para intentar que el ave pierda cualquier temor al ruido de la calle: coches, personas, etc… Para ello nos colocaremos en algún lugar seguro, vigilando que si tenemos “espectadores”, éstos se mantengan en todo momento a cierta distancia para evitar cualquier tipo de accidente. Una vez que estamos seguros de ello retiraremos la caperuza al ave y emitiremos un chasquido que invite a comer.

Es conveniente que el ave no venga saciada al ejercicio, es decir, deberá tener algo de hambre ya que así responderá mejor a nuestros requerimientos. En cuanto a la comida la más adecuada es aquella que contenga huesos y plumas ya que de esa forma le costará más picotear y comer en ella, alargando considerablemente el ejercicio. Si notamos que se cansa de picotear en ella le daremos un poco de carne magra, pero sólo un poco, para después volver al roedero.

Repetiremos este ejercicio tantas veces como sea necesario hasta que el ave se acostumbre perfectamente y permanezca tranquilo ante el bullicio de la calle y la gente.

VENIR AL GUANTE

Debemos entender este ejercicio como una “segunda fase”. En consecuencia no podremos comenzarla hasta estar totalmente seguros de que el ave está perfectamente amansada y se mantiene totalmente tranquila aún a pesar de que puedan existir ruidos o personas cerca.

Comenzaremos a adiestrar al ave para que venga a comer a nuestra mano en un lugar “seguro”, es decir, en una habitación o similar en la que no podamos tener interferencias que distraigan al animal.

Una vez allí colocaremos al animal en la percha y anudaremos la punta de la lonja al guante. En el puño colocamos un buen pedazo de carne que atraiga la atención del ave, pero a una distancia tal que no sea capaz de picotearle desde donde se encuentre, además le invitaremos a comer por medio de un chisquido. Al ver la comida el ave intentará conseguirla por todos sus medios y esto hará que estire el cuello al máximo tratando de alcanzar la sabrosa comida, al ver que con ello no es capaz, andará a lo largo de la percha en un nuevo intento por alcanzar el bocado.

Finalmente se decidirá a saltar sobre el guante, lo cual debemos entender que supone un enorme esfuerzo para el ave puesto que con el rompe la distancia establecida con el hombre. Este ejercicio deberá ser por tanto bien recompensado y la mejor forma de hacerlo es por medio de la comida, así que le daremos unas jugosas picotadas y con un chasquido le invitaremos incluso a repetir.

El ejercicio deberá ser repetido tantas veces como se considere necesario para estar completamente seguros de que el ave lo hará siempre que se lo pidamos, es evidente que el aprendizaje viene por medio de la repetición. Debemos estar totalmente seguros de que el ave será capaz de responder al ejercicio en cualquier momento y lo estaremos en el momento en el que desde cualquier lugar en el que se encuentre el ave, permanecerá con la vista fija a nuestro guante.

Etiqueta: Cetrería
Publicado en: Caza, Tipos de caza

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