Los prismáticos de caza

Equipo de caza

Los prismáticos de caza son elemento del equipo que muchas veces nos planteamos si es necesario, en nuestro afán por reducir el peso de la mochila de caza. Sin embargo creemos que esto es un gran error ya que es un elemento del equipo fundamental para según qué modalidades cinegéticas.

En concreto si practicamos el rececho, en monterías e incluso para las esperas nocturnas podremos encontrar una gran utilidad en este elemento. Por supuesto en función de nuestras necesidades tendremos que poner especial atención a unas características concretas, por ello a continuación abordaremos todas las claves que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir unos prismáticos de caza.

¿QUÉ DEBEMOS TENER EN CUENTA?

De forma general podemos hablar de dos características principales que definen las prestaciones de unos prismáticos. Éstas son los aumentos (el zoom) y el diámetro óptico.

Por ejemplo, un modelo 7×42 quiere decir que el aumento (zoom) es 7 veces la imagen observada y 42mm es el diámetro de los objetivos. Los objetivos son los responsables de la luminosidad del prismático, cuanto mayor sea el objetivo, mayor es su luminosidad y viceversa.

  • LOS AUMENTOS: Al hablar de aumento, se hace referencia al aumento aparente de un objeto visto a través de los prismáticos, comparando a la observación sin ellos. O lo que es lo mismo, el aumento es la capacidad que tiene el prismático para acercarnos la imagen.

Siguiendo con el ejemplo anterior: con unos prismáticos que cuenten con una ampliación de 7, un objeto situado a 700 metros parecerá encontrarse a 100 m. El coeficiente de aumento de un prismático se indica en la primera cifra de su nombre. Una vez sabido esto, conviene tener en cuenta que el aumento ideal siempre estará por encima de 7.

Además, muchos prismáticos nos ofrecen zoom, o lo que viene a ser lo mismo, aumentos variables, que se expresan de la siguiente forma: 10-30, 8-12, 10-15…., lo que significa la posibilidad de variar la cantidad de aumento en función de la distancia a la que se encuentre el objeto, para conseguir la mejor calidad de visión posible.

  • EL DIÁMETRO ÓPTICO: Con el nombre de diámetro óptico llamamos al diámetro del objetivo expresado en milímetros, de tal forma que cuanto mayor sea este diámetro, la imagen aparecerá más luminosa, lo que supone que la imagen será más nítida, permitiendo una mejor visión con poca luz. Se indica en la segunda cifra del nombre de los prismáticos.

  • DIÁMETRO PUPILAR: Corresponde al pequeño anillo que observaremos dentro del ocular de los prismáticos. Si el diámetro pupilar es grande influirá positivamente en la luminosidad de la imagen y en la estabilidad.

Dividiendo el diámetro del objetivo entre los aumentos, nos da el diámetro de la pupila de salida. Conviene saber que a mayor aumento e igual diámetro del objetivo, la llamada “pupila de salida”, será más pequeña. Este concepto tiene mucha importancia puesto que el diámetro que presente la “pupila de salida”, define el campo observado, es decir, el ángulo que forma el campo observado será mayor o menor. A menores aumentos e igual diámetro del objetivo, Más campo se abarca y mayor es la luminosidad que recoge el instrumento.

En unos prismáticos de 7×42 la pupila de salida del prismático es de 6mm, que es lo que mide la pupila del ojo humano y, por lo tanto, la estabilidad de la imagen será máxima. Por el contrario, si cogemos un prismático de 10×42 la pupila de salida será de 4,2mm, lo cual hará que la imagen sea menos estable y necesitemos apoyar los prismáticos si queremos ver perfectamente la imagen observada.

  • EL CAMPO DE VISIÓN: El campo de visión define la anchura de la zona observada a una distancia de 1.000 m. (se indica en metros o en grados). A mayor coeficiente de aumento, el campo de visión se reduce.

Los prismáticos más comunes para su uso en la caza son los comprendidos entre los 7 a los 10 aumentos y en objetivos, desde los 30 mm hasta los 56mm. Así pues, unos prismáticos para rececho suelen ser de 8 a 10 aumentos y un objetivo de 30mm o 42mm de diámetro. Para montería usaremos unos de 7 o 8 aumentos y objetivo de 42mm de diámetro. Y para esperas nocturnas usaremos preferentemente unos 7 o 8 aumentos por 50mm o 56mm de diámetro del objetivo.

CALIDAD Y EL TRATAMIENTO DE LENTES

Una vez que tenemos claro las características anteriores debemos fijarnos en la calidad y tratamiento de las lentes. En este sentido conviene saber que se fabrican principalmente dos tipos de lentes:

Orgánicas: fabricadas con plástico o productos similares. Su calidad es baja.

Minerales: Las lentes minerales permiten fijar los tratamientos de éstas con mayor garantía, ya que para eso son sometidas a procesos térmicos imposibles en lentes orgánicas. Para prismáticos de calidad deberán exigirse lentes “multitratadas” o “esféricas”.

De hecho, las lentes no tratadas pierden alrededor del 30% de la luz recibida, lo que sin duda afecta a la luminosidad y a la nitidez de los contornos de los objetos observados.

Los tratamientos dados a las lentes permiten reducir las pérdidas de luminosidad, al tiempo que mejoran los colores y filtran una parte de los U.V. Se trata de mejorar la transmisión de los colores y de la luz para un mejor contraste.

LOS PRISMAS

Los prismas son una especie de lentes de forma prismática que transmiten y desvían la luz en el interior del prismático. Resultan de especial calidad las que han sido objeto de tratamientos, en general denominados “bak-4” o “revestidos”.

En este sentido existen prismas de dos tipos:

BAK-7: prisma en borosilicato, calidad estándar.

BAK-4: prisma en baryum. Vidrio de calidad superior al BAK7. Dejan pasar más luz con menos distorsión de luminosidad.

¿QUÉ PRISMÁTICOS PARA CADA MODALIDAD DE CAZA?

Una vez que todos los parámetros de elección nos son familiares y tenemos claro qué debemos pedirle a un modelo para que se adapte a nuestras necesidades toca hablar de qué necesitaremos de forma general en función de la modalidad de caza que practicamos.

PRISMÁTICOS PARA RECECHO

Sin duda cuando pensamos en unos prismáticos para cazar pensamos en un rececho. En esta modalidad de caza el uso de prismáticos es fundamental ya que nos van a ayudar a localizar a nuestros objetivos y una vez localizados valorar correctamente los mismos con total precisión. Además, no sólo podemos otear y localizar las piezas, sino que además son fundamentales para ver la orografía del terreno, zonas de paso, veredas o sendas que toma la caza y las cuales debemos seguir para llegar a las zonas donde realizaremos el rececho.

A la hora de recechar el uso que mayoritariamente le vamos a dar es la observación detenida del entorno para seleccionar adecuadamente el objetivo de caza una vez localizado. Por tanto necesitaremos modelos con cierta potencia, algo que puede no ser tan necesario en una montería o incluso en una espera pero que será fundamental en esta modalidad de caza.

Sin embargo no podemos pasarnos de aumentos tampoco pues el campo de visión es otro factor importante que debemos tener en cuenta en la elección. En este sentido optaremos por modelos de diez o doce aumentos, si bien también puede ser válido algún modelo de calidad de ocho aumentos.

Esto no quita que con unos prismáticos 8×42 u 8×56, no podamos recechar un corzo perfectamente. Simplemente en nuestra opinión, recechar el corzo con un x10 o un x12, nos puede dar cierta ventaja para localizar al corzo.

El segundo factor que debemos tener presente es el peso y tamaño de los prismáticos. Tengamos en cuenta que cada gramo cuenta a la hora de pasar una exigente jornada de rececho. Por tanto y teniendo siempre presente la luminosidad mínima que vamos a necesitar optaremos por un modelo de 700/800 gramos máximo.

Además tenemos la posibilidad de acompañar a los prismáticos de un arnés que llevaremos a los hombros y por detrás de la espalda, que harán más cómodo el recechar. Son accesorios recomendables y a un precio accesible.

El siguiente aspecto fundamental en la elección de un modelo concreto debe ser la ergonomía y comodidad de uso del prismático. Para ello debemos fijarnos en que estén engomados (aporta grip y protección a la óptica frente a posibles golpes) y que sean ergonómicos en el agarre, por ejemplo con los laterales de las palmas abombados, anatómicos y antideslizantes, proporcionan un agarre excepcional en cualquier situación y ayudará a que podamos sujetar los prismáticos con una sola mano sin necesitar las dos.

Por último nos gustaría destacar que existen modelos que llevan medidor de distancia incorporado, un elemento que en esta modalidad de caza es muy útil y que permite “ahorrarnos” el llevar además el telémetro por separado.

En resumen: Buscamos unos binoculares de primeras marcas, ligeros y revestidos de goma, con elevado índice crepuscular, y entre 10 y 12 aumentos serán la elección adecuada. Un prismático 10×42 o 12 x50, prisma techo o back 4, incluso porro, engomados,resistentes al agua, con las lentes correctamente tratadas, con un peso de 700 u 800 gramos máximo. Junto a los prismáticos recomendamos el uso del arnés porta prismáticos, nuestra espalda lo agradecerá.

PRISMÁTICOS PARA MONTERÍA

En una montería los prismáticos nos van a permitir realizar una inspección en profundidad de la zona, esto nos va a ayudar a detectar las zonas más querenciosas y podremos planificar las zonas de tiro y seguridad.

Además podremos localizar de forma fáicl a otros compañeros de montaría mejorando la seguridad de la misma. Adicionalmente podremos estar más informados de como va transcurriendo la jornada viendo otros lances con todo lujo de detalle. Ojo, nunca se debe usar el visor para inspeccionar el terreno y localizar a otros compañeros de montería, nunca, aun cuando el rifle esté descargado.

También hay que destacar que los prismáticos tienen una gran ventaja sobre el visor. Mientras éste último tiene visión monocular que no nos permite tener sentido de profundidad, el prismático tiene visión binocular (estereoscópica), lo cual nos aporta sentido de amplitud y profundidad.

PRISMÁTICOS PARA ESPERAS NOCTURNAS

En este caso la luminosidad es esencial pues un modelo específico para condiciones de baja luminosidad o mejor aún un modelo de visión nocturna o térmica nos será de gran ayuda pues podremos realizar inspecciones visuales de forma periódica y tener la zona de espera perfectamente controlada.

OTROS PUNTOS A TENER EN CUENTA EN LA ELECCIÓN

Además de todo lo comentado anteriormente, convendrá tener en cuenta una serie de cualidades que deberemos “exigir” a nuestro prismático:

– Estanqueidad: algunos modelos ofrecen cualidades estancas que sin duda agradeceremos.

Algunos ofrece posibilidad de inmersión total y otros de anti-condensación.

– Resistencia: necesitaremos unos prismáticos robustos y lo más resistentes posible. Además convendrá que resistan a la intemperie.

Para ello deberemos valorar el uso de modelos con armadura metálica y pondremos especial atención a la calidad de las lentes.

– Ergonomía en el diseño: de forma que nos resulten cómodos de coger y sostener durante un rato. Los prismáticos con textura de goma suelen ofrecernos estas cualidades.

– Peso: Siempre se agradecerá que los prismáticos pesen lo menos posible.

– Estabilización de la imagen.

Publicado en: Caza, Equipo de caza

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