Las botas de caza

Equipo de caza

La indumentaria es unos de los puntos a los que normalmente le prestamos menos atención a la hora de salir de caza; un error común del que solemos darnos cuenta cuando ya está avanzada la jornada, es decir, demasiado tarde.
Disponer de un equipo adecuado a nuestras características y al tipo de caza que vayamos a practicar, nos ayudará a cazar más cómodos y en definitiva, a disfrutar más de nuestra afición.

Si algo debe primar a la hora de seleccionar nuestro equipo es la necesidad de sentirnos en todo momento cómodos: las jornadas de caza son largas y en ocasiones realizamos un importante esfuerzo físico, por eso encontrarnos a gusto es algo primordial.

Si esto es importante en la ropa, cuanto más en el calzado… nadie puede disfrutar cazando si cada paso que debe dar se “acuerda” de los zapatos que lleva.
Elegir correctamente las botas es por tanto algo primordial y a lo que no todos los cazadores dan la importancia que merece.

En este artículo trataremos de darle los mejores consejos para que acierte siempre.

Los tipos de botas

Desde las primeras botas de cuero, realizadas de manera prácticamente artesanal, hasta las botas disponibles en el mercado hoy en día, ha llovido mucho… ¡a Dios gracias! (eso dirían nuestros pies si pudieran).

Cada temporada, los fabricantes se afanan en ofrecernos mejoras técnicas y de material que garanticen un calzado más cómodo y con cualidades necesarias como impermeabilidad, transpiración, dureza…

Todas estas innovaciones dan como resultado un mercado muy amplio que pone a nuestra disposición multitud de modelos para nuestra elección, cada uno de los cuales está pensado para cubrir unas determinadas necesidades.

Pero seguro que se preguntará ¿existe la bota “para todo”? en nuestra opinión no. A pesar de que muchas botas tienen características muy similares que las puede hacer parecer iguales, lo cierto es que cada una de ellas ofrece cualidades particulares que determinarán si son o no adecuadas en su caso.

Las características particulares de su pie, el tipo de caza que practique, las horas que debe andar, el terreno sobre el que lo hace, la climatología reinante… son muchas las variables que deben tenerse en cuenta a la hora de adquirir “unas simples botas”. Puede que le parezca algo exagerado, pero le garantizamos que si le presta un poco de tiempo a la elección de sus botas a la larga no se arrepentirá , puesto que le resultará mucho más rentable desde el punto de vista económico y, por supuesto, para sus pies.

La comodidad

Si nos preocupamos por llevar ropas amplias que nos permitan movernos con libertad ¿cómo podemos olvidarnos de la necesidad de primar la comodidad en la elección de nuestro calzado?

Si salimos a cazar con un calzado que nos resulte molesto nuestros pies se resentirán, lo notaremos a cada paso que demos y consecuentemente nos encontraremos mal durante toda la jornada; algo que puede influenciar incluso en nuestra forma de tirar.

Actualmente podemos encontrar en el mercado una gran variedad de botas, que ofrecen diferentes características y que están fabricadas en distintos materiales, cada una de las cuales responde a unas necesidades diferentes.

Por supuesto cada fabricante garantiza en cada modelo la mayor comodidad para sus pies… seguramente sea así, pero sólo para algunos casos, puesto que no todos los pies necesitan lo mismo, ni tampoco necesitaremos el mismo calzado para todas las jornadas; todo eso sin contar que la comodidad es un término sumamente subjetivo y por tanto cambiante.

Aquí es donde se encuentra el “quiz” de la cuestión, en saber cuales son nuestras necesidades específicas así como nuestras características particulares, para seleccionar nuestro calzado en función de ambas variables.

Características

Por supuesto, para poder elegir con garantías de no equivocarnos, primero hay que conocer lo que se nos ofrece.

Si nos ponemos a mirar botas de caza, pronto empezaremos a volvernos locos con los múltiples términos utilizados para definir sus características peculiares: transpiración, impermeabilidad, antideslizantes, gore-tex…

¿Qué quiere decir realmente cada cosa?, ¿qué necesidades particulares cubre? Tratemos de explicarlo lo más concretamente posible, analizando las necesidades que cubre cada término.

Resistencia

¿Quién no quiere un calzado resistente? Sea cual sea la utilidad que vayamos a darle, todos pedimos que dure el máximo tiempo posible. Pero la resistencia resulta más importante si cabe en las botas de caza porque cada vez que nos las ponemos le damos un “tute” considerable. Son muchas horas andando por terrenos de diferente índole que pondrán a prueba la suela, las gomas, el material…

¿Cómo puede un fabricante garantizar la resistencia de sus botas? Principalmente a través de los materiales utilizados; de ahí que casi todas las botas de caza se realicen en pieles de gran calidad (el nobuck hidrofugado, que repele el agua, es un material el alza en nuestros días) que resultan enormemente duraderas si se les realizan los necesarios cuidados.

Las pieles deben ser siempre naturales, ya que su porosidad proporcionará aireación y ventilación suficiente para evitar que el pie esté bañado en su propio sudor, y generalmente su grosor varía entre 1,5 y 2,5 mm.

Una de las zonas más “delicadas” para la resistencia de una bota de caza es la de la unión entre el botín y la suela, después hablaremos de ella.

Impermeabilidad

Deberá exigir unas botas impermeables siempre que vaya a practicar la caza durante jornadas lluviosas o en terrenos húmedos.

Efectivamente, como todos sabemos un material impermeable garantiza que el agua no entre a nuestros pies, algo que puede ser muy bueno en los días de humedad, pero tiene el inconveniente de que, al igual que no deja entrar agua, tampoco la dejará salir, por lo que si usted tiene tendencia a sudar pueden resultar incómodas, sobre todo los días de calor. En estos casos lo que necesitará serán una botas transpirables; pero claro, muchas veces la máxima impermeabilidad unida a la mayor transpiración son cosas muy difíciles de conseguir.

Con el fin de evitar este problema, los fabricantes desarrollaron el denominado GORE-TEX, seguro que ha escuchado en más de una ocasión hablar de él y se habrá dado cuenta de la diferencia existente entre las botas que lo llevan y las que no (nos referimos al precio, claro está)… ¿por qué?, ¿qué es el Gore-Tex?

El Gore-Tex está considerado como uno de los mayores inventos dentro del equipamiento deportivo. Este tejido tiene tres principales cualidades: cortaviento, impermeabilidad y transpiración ¿qué más se le puede pedir?.

Su funcionamiento se basa en una idea muy simple: una gota de agua de lluvia es 20.000 veces mayor que los poros del Gore-Tex, mientras que la molécula del vapor de agua que desprende el cuerpo en sudor es 700 veces más pequeña. El resultado: la humedad no entra y el sudor se expulsa, o lo que es lo mismo, aunque llueva o aunque sude, sus pies se mantendrán siempre secos.

En consecuencia, podemos decir que con el Gore-Tex se garantiza la máxima impermeabilidad pero también la mayor transpiración. Por supuesto, esto hay que pagarlo, pero sin duda compensa.

Podrá ver que otras muchas botas llevan membrana de SYMPATEX, esto es, una membrana transpirable, impermeable y a prueba de viento realizada en poliéster totalmente compacto que no deja pasar el agua. Se basa en el uso unas moléculas hidrófilas e hidrófobas que capturan la humedad y la transportan al exterior del tejido.

Su transpiración “inteligente” y la elasticidad intrínseca hacen que el Sympatex sea una elección ideal para el calzado. La membrana hidrófila incorporada al forro constituye una barrea impermeable contra el agua, agentes patógenos y bacterias que se hallen en medios líquidos.

La suela

En el calzado, todo empieza por la suela.

Efectivamente, la suela es la parte de la bota que pone en contacto nuestro pie con el suelo y en consecuencia deberemos darle toda la importancia que merece.
Una suela adecuada no sólo es necesaria para una mayor duración sino que será signo de comodidad y, lo que es de suma importancia, puede llegar a evitar importantes lesiones.

Las cualidades que deben exigirse a las suelas del calzado de caza son:

Amortiguación: el interior de la suela debe ser de un material tal que permita absorber los choques y el peso del cuerpo. Una buena amortiguación es necesaria para un andar más cómodo y para evitar cargar los tobillos de manera excesiva (lo que suele acabar en lesión).

Es muy importante que nuestra suela tenga la suficiente amortiguación como para absorber los impactos que se producirán caminando por terrenos irregulares, subiendo y bajando montículos, pisando piedras…

Por supuesto descartaremos las suelas con cámara de aire, tan de moda en otros deportes, puesto que son buenas para asfalto o para marchas de corta duración pero nosotros precisamos un calzado de suela bien firme.

Adherencia: permite evitar los incómodos y peligrosos resbalones que, según donde se produzcan, pueden llegar a provocar serios accidentes. El nivel de adherencia depende directamente de la dureza, composición y del diseño del dibujo de la suela y el tacón.

Exigir que nuestra suela presente una óptima adherencia al suelo es algo básico.
Estabilidad: ligada a la adherencia y por supuesto, dependiente de la anchura del calzado (superficie en contacto con el suelo) y de los componentes de la propia suela.

Conviene saber que el dibujo de la suela influye en la estabilidad de la bota.
Resistencia al desgaste: para que nos dure por el máximo tiempo posible.
Flexibilidad: necesaria para garantizar la comodidad.

La gran mayoría de las suelas son de goma o caucho. El caucho es un material que garantiza una enorme adherencia, destacando en este sentido el caucho Vibram.

En cuanto a la unión de la suela con el botín, durante mucho tiempo se ha usado (y sigue haciéndose) el cosido para garantizar una unión sólida y duradera; en nuestros días muchas botas se sueldan mediante la inyección líquida, en la que la suela se adhiere al corte en estado líquido, lo que garantiza la total estanqueidad del zapato, además de la necesaria fuerza en la unión.

Las plantillas

Si hay algo que definitivamente pueda garantizar la adaptación de la bota al pie y por tanto la comodidad, son las plantillas que se utilicen.

La plantilla es la parte de la suela que se va a mantener en contacto directo con el pie, de ahí que cumplan una importante función en cuanto a estabilidad del calzado y absorción de impactos.

Al estar en contacto directo con el pie, es la zona donde más humedad se retendrá, de ahí la importancia de buscar unas plantillas que garanticen la eliminación del sudor.

Además, las plantillas sirven para ayudar a paliar algunos de los problemas que la mayoría de la población sufre en los pies: pies planos, pies cavos…

La mayoría de las botas de caza traen plantillas anatómicas extraíbles, esto significa que se adaptan a la “anatomía” del pie y que cuentan con la ventaja de poder sacarlas con facilitad para lavarlas siempre que resulte necesario.

Muchas plantillas son de EVA, esto es: Etil Vinil Acetato. Se trata de una goma fácil de moldear y por tanto ajustable al pie, con la cualidad añadida de que puede ser lavada sin que se estropee. Esta goma es muy ligera, al tiempo que proporciona amortiguación al calzado.

En este apartado merece la pena señalar la posibilidad que en Alvarez le ofrecemos de personalizar sus plantillas para su calzado de caza.

La horma

Llamamos horma o corte a la parte superior del calzado, que cubre y envuelve el pie, ajustándose en el empeine. Una horma adecuada nos permitirá un mejor control del calzado, sea cual sea la situación en la que nos encontremos. Una horma no apropiada producirá rozaduras que a su vez supondrán un andar anormal para evitar el dolor, lo que terminará produciendo posteriores daños musculares o, aún peor, lesiones.

En el calzado de caza debemos dejar de lado la estética a favor del confort y trataremos de decantarnos por una horma de cuero.

El cuero posee tres características importantes:

  • Firmeza para la sujeción.
  • Adaptación al contorno con el uso.
  • Porosidad que permite la ventilación del pie.

La caña

Es la principal responsable de la seguridad de nuestro tobillos, por lo que resulta sumamente importante seleccionar correctamente su altura.

Como norma principal diremos que para sostener bien el pie y darle el apoyo necesario, la bota debe abarcar hasta más arriba de los tobillos.

Si el terreno por el que vamos a andar es muy irregular resulta necesario que el cordón se ate por encima de los tobillos. Debe ser lo suficientemente alto para sujetar el tobillo pero permitiendo siempre un libre movimiento de flexo-extensión del pie.

Otras características

Por último, antes de decidir la compra de sus botas, le recomendamos que tenga en cuenta otras características que, aunque no las consideramos tan importantes como las anteriores, sí deben conocerse:

Cordones: ¿también hay que tener en cuenta los cordones? Pues sí, aunque pueda parecer exagerado unos buenos cordones resultan algo básico para garantizar la comodidad de las botas.

Si los cordones de nuestras botas no tienen la suficiente fuerza, no podrán garantizar un correcto agarre del pie puesto que irán resbalando y haciendo ceder el nudo que hayamos hecho.

En este sentido conviene saber que existen cordones hidrorrepelentes (repelen la humedad) y de dureza extra.

Ganchos antioxidantes: poco calzado pasa tanto tiempo a la intemperie como el de caza. Si los ganchos no se oxidan siempre ofrecerán una impresión diferente, pareciendo nuevas por más tiempo. Unos ganchos oxidados no sólo ofrecen una mala estética, sino que terminan estropeando los cordones y volviéndolos inservibles.

Cuello acolchado: sobre todo en los botines o botas de media caña, siempre resulta recomendable que el cuello esté acolchado para garantizar que no produzca incómodas heridas. Existen modelos en los que este cuello además de estar acolchado dispone de esponja repelente al sudor, lo que siempre aumenta su comodidad.

El peso: aunque en el momento de comprarlas parece que no tenga tanta importancia, debemos tener en mente un dato: cada kilómetro que andamos, las botas se mueven unas 2000 veces (aprox.) Con un peso adicional de solo 200 gramos, esto nos da por kilómetro 400 k. que hay que imponer adicionalmente a cada pie… ¿verdad que ahora valora más que sus botas pesen poco?

Refuerzos: puntera, talonera y cambrillón. son importantes para mantener la forma del zapato y para evitar un mal movimiento del pie.

Lengüeta: sirve como protección para el empeine contra golpes del exterior, debiendo garantizar la mayor impermeabilidad. Hay que tener en cuenta que una lengüeta excesivamente acolchada restará en firmeza a la sujeción de los cordones.

Completa tu equipo con las botas que más se adapten a ti. Visita nuestra Web de caza y escoge las que cumplan tus requisitos.

Publicado en: Caza, Equipo de caza

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