PUESTA A PUNTO DEL ARMA, PREPARADOS PARA LA TEMPORADA

Armas y municiones

Somos muchos los que ya estamos “contando las horas” para el comienzo de la nueva temporada. Es el momento de comprobar que todo el equipo se encuentra en perfectas condiciones para evitar tener un “susto” el día en que por fin podamos salir al monte…

Sin lugar a dudas, la parte del equipo que más cuidados necesita es nuestra arma. No se trata solo de conseguir buenos resultados, sino de un tema de seguridad, tanto propia como de todos los compañeros: un arma que no está correctamente revisada, limpia y a punto es peligro para todos los que estén cerca.

Aunque sabemos que eres totalmente consciente de la necesidad de una correcta puesta a punto de tus armas, hemos considerado interesante dedicar un artículo más a dar las claves para que nuestras armas estén en las mejores condiciones antes del comienzo de la temporada.

 

DESMONTAR Y LIMPIAR EL ARMA

Sin lugar a dudas, el primer paso para comprobar el correcto estado del arma es que seamos capaces de desmontarla. Algo que en principio puede parecer muy “obvio”, pero que muchos no saben o no se han parado a hacer.

Los pasos a seguir a la hora de desmontar una escopeta semiautomática serían los siguientes:

1/ Buscar una superficie plana y segura, que no tambalee ni sea susceptible de generar movimientos extraños.

2/ Colocar una alfombra o tapete de limpieza de armas. En el mercado encontraremos este tipo de productos que nos permiten apoyar el arma en una superficie correctamente acolchada, evitando así que se raye.

3/ Empezaremos desmontando el arma por el guardamanos. Para ello, hay que desenroscar el tapón y correr la pieza a lo largo del cañón, lo que permite también separar el cañón del resto del arma.

4/ Continuaremos con otras partes del arma, como el cerrojo y el grupo de disparo. Sin lugar a dudas deberemos prestar especial cuidado a estas zonas, ya que son más delicadas, pero igualmente se desmontan de forma sencilla: bastará con sacar el pasador, presionar botón de la leva y tirar del grupo de disparo.

5/ Según vamos sacando las piezas las colocaremos sobre el tapete, para después proceder a su limpieza.

Para limpiar estas partes del arma se recomienda emplear productos específicos, que ofrezca suficiente garantía para realizar el mantenimiento sin estropear nada.

Se recomienda el uso de un pincel pequeño para eliminar la suciedad con el que llegar a todos los rincones, y desengrasar con un quita grasas específico para armas.

En el caso de las superficies roscadas de la escopeta, cañón y chokes, se puede emplear grasa blanca. Para las piezas mecánicas, se recomienda utilizar una cantidad abundante de aceite lubricante para armas para evitar el óxido y la corrosión, al tiempo que se lubrican los mecanismos para su correcto funcionamiento al efectuar los disparos.

6/ Otra parte fundamental es la limpieza de la toma de gases, que es una de las zonas donde se acumula más suciedad. Para ello, se recomienda el uso de un detergente especial, secar con un paño limpio y engrasar con aceite especial.

7/ Por último, hay que limpiar el cañón por fuera, y también por dentro para lo que se puede usar una baqueta. Para ello, se debe utilizar un limpiador para cañones y un aceite especial.

8/ Cuando todas las piezas estén limpias y engrasadas, es de gran importancia hacer el montaje del arma de forma cuidadosa, ya que un mal ajuste de las monturas o anillas sueltas puede generar problemas en la puntería, y sería el momento de proceder a la puesta a tiro.

 

PUESTA A TIRO

La puesta a tiro del arma sin duda es un proceso delicado, del que dependerá la eficacia de nuestra arma: difícilmente podremos acertar un blanco si nuestra arma no está correctamente puesta a punto. A continuación te vamos a explicar las bases de la puesta a punto de un arma, pero si tienes cualquier duda o si simplemente quieres ir sobre seguro, te aconsejamos que dejes esta labor en manos de un experto armero (nosotros mismos podemos ofrecerte este servicio, ¡¡consúltanos!!)

Para realizar el proceso de puesta a tiro, se necesita que el visor esté colimado, es decir, que tenga su sistema óptico alineado con el cañón. Para esto, se emplea un colimador, que es una cámara que contiene una cuadrícula graduada, que sirve para hacer una primera aproximación del visor. También se puede emplear para cambiar los ajustes del visor cuando se cambie de peso o de marca de munición.

Para llevar a cabo esta alineación, hay que colocar el colimador sobre la boca de fuego frente al visor, para alinear las retículas de ambos aparatos, poner los aumentos del visor al máximo y actuando sobre las torretas, de forma que coincidan el centro del visor con el centro del colimador, superponiéndose las retículas de ambos.

De esta manera, se consigue que el visor, que normalmente llega desajustado de fábrica, apunte de forma muy aproximada al rifle, pero no quiere decir que con esto se consiga dar en el objetivo, ya que el proyectil está afectado por otros condicionantes como la rasante del calibre, la desviación del cañón, o la munición, que por su peso y por su diseño se desvía hacia arriba, hacia abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda.

Al llevar a cabo el proceso anterior, se asegura que los primeros impactos entren dentro de un blanco no superior a una diana de un metro por un metro. Así, hay que colocar una diana de este tipo, mejor si es cuadriculada en centímetros, pulgadas o MOAs, a la distancia a la que se vaya a realizar el ajuste, efectuar un disparo de prueba y un segundo disparo de corroboración, y después medir la desviación al centro del blanco y corregirla con la escala de las torretas.

El mantenimiento de un arma por tanto implica desmontar el arma, limpiar sus piezas y engrasarlas con productos específicos, montar cuidadosamente el arma para su correcto funcionamiento y puesta a tiro.

Aunque es recomendable que realicemos esta labor antes del comienzo de la temporada, igualmente recomendable es que la limpieza de las armas se realice siempre después de cada uso, ya de que esta forma durarán más tiempo y garantizarán un uso seguro durante toda su vida.

 

Por último, no queremos olvidarnos de remarcar el hecho de que, durante la limpieza de armas se han producido numerosos accidentes, muchas veces motivados por el hecho de haber guardado el arma cargada. Por lo tanto hay que comprobar siempre que están descargadas y, una vez que están limpias, asegurarse que no han quedado objetos que obstruyan el cañón, ya que podría reventar y ocasionar también lesiones.

Publicado en: Caza, Armas y municiones

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