La Otomicosis es una infección del conducto auditivo externo, causada por bacterias u hongos, que constituye aproximadamente el 10% de las otitis externas. En principio puede afectar tanto a hombres como a mujeres y puede aparecer a cualquier edad, si bien está demostrado que a partir de los 50 años es más frecuente en mujeres que en hombres. Además, en personas con otras afecciones previas como seborrea o psoriasis, la presencia de este hongo sin duda es más común.
El lavado continuado con agua y el constante uso de aparatos que cubren nuestros oídos provocan que cualquier buceador tenga un alto riesgo de sufrir Otomicosis.
La manifestación de una otomicosis incluye picazón, descamación, exidación purulenta y derrame de líquido denso y cremoso.
Además, si el paciente se pica o se “busca” porque cree tener algún cuerpo extraño en el oído, también aparecerá inflamación, edema o fisuras.
Cuando el estado es avanzado, el paciente tendrá molestias para masticar y para oír.
Por supuesto, hay que acudir al médico para que diagnostique la enfermedad y recete el medicamento adecuado.
A nivel profiláctico entre los buceadores está muy extendido el uso de alcohol boricado, utilizado para secar y desinfectar el oído después de las inmersiones. Si lo utilizas debes saber que algunos profesionales no lo recomiendan por ser demasiado fuerte, así que conviene tener mucho cuidado.
