También conocido como hidrocución, el Shock Termodiferencial es un accidente provocado por el agua.
El riesgo aparece a partir de 16º C.
La penetración en el agua de un sujeto con una temperatura corporal de 36,5º C, que de repente se ve obligado a adaptarse a una temperatura de 20º C, puede dar lugar a una crisis de compensación que será mayor cuanto más rápido sea el contacto y más fría sea la temperatura del agua.
Para compensar, el corazón aumenta de manera brutal el ritmo cardíaco, intentando al mismo tiempo incrementar la presión sanguínea.
Si el corazón se muestra incapaz, por no recibir el suficiente oxigeno, puede dar lugar al shock.
Los síntomas de un Shock Termodiferencial son:
- Enrojecimiento y calor en la piel.
- Hormigueos cutáneos.
- Sensación anormal de fatiga, llegando incluso al cansancio profundo.
- Zumbido de oídos.
- Dolor de cabeza.
- Trastornos en la visión.
- Dolores musculares.
- Calambres.
En caso de que notemos cualquiera de estos síntomas deberemos intentar salir del agua cuanto antes.
Para tratar de evitar un shock de este tipo siempre se recomienda no realizar inmersiones después de comidas copiosas ni después de una prolongada exposición al sol.
