Mantenimiento básico del equipo de buceo

Material

Sin duda contar con unas nociones básicas sobre el mantenimiento y puesta punto de nuestro equipo de buceo debería ser algo casi obligatorio por nuestra propia seguridad, ya que la prevención es la mejor forma de encontrarnos con sorpresas desagradables bajo el agua.

Sin embargo este es un punto no se suele tratar demasiado en los cursos básicos de buceo y por ello no siempre tenemos los conocimientos mínimos que se requieren para mejorar el funcionamiento de nuestro equipo y por tanto nuestra seguridad durante las inmersiones.

Un simple despiste a la hora de guardar nuestro material puede convertirse en un auténtico problema cuando nos dispongamos a usarlo unos meses más tarde. Y desde luego a nadie le gusta tener que anular una inmersión planeada y esperada durante meses porque a la hora de la verdad resulta que el traje tiene cientos de pequeñas grietas, o porque unas pilas olvidadas han oxidado el interior de la linterna…

Y es que mantener el equipo de buceo como nuevo por el máximo tiempo posible depende única y exclusivamente de nosotros mismos y es realmente sencillo: sólo hay que seguir una serie de reglas básicas. Lógicamente no se espera de nosotros que seamos capaces de realizar complicadas maniobras especializadas pero es muy recomendable que seamos capaces de realizar otras maniobras más rutinarias como son los chequeos de las juntas tóricas, latiguillos, manómetros, chalecos, botellas…etc.

HACIÉNDOLO USTED MISMO

Lo ideal sin duda sería que se enseñase a todos los buzos a armar y desarmar completamente todo su equipo. Esto le permitiría comprender mejor no sólo como funciona sino también detectar mucho antes y con mayor precisión los problemas de funcionamiento.

Por desgracia este tipo de cursos a penas existen y los fabricantes suelen orientar sus cursillos de formación hacia tiendas y centros de buceo.

Incluso conseguir repuestos para el usuario particular puede no resultar una tarea sencilla. Hay que reconocer también que en el fondo tampoco sería ni muy realista ni conveniente una formación generalizada, en especial en el buceo recreativo donde el buzo suele tener poco equipo y poco interés en estos temas.

Una premisa básica para reparar un defecto es conocer primero que existe, si por ejemplo no detectamos que un regulador está mal ajustado, o si un manómetro no indica bien la presión hace que sea mucho más difícil mantener en estado óptimo los equipos. Evidentemente cuantos más elementos compongan el equipo, más atentos debemos estar al mantenimiento de los mismos.

Por último, antes de entrar en materia hay que recalcar que la fiabilidad de ciertas reparaciones hay que dejarlas en manos de expertos y ante la más mínima duda debemos acudir a un centro especializado.

PRECAUCIONES NECESARIAS

Existen elementos del equipo que requerirán de cuidados muy especiales e incluso precisarán de una comprobación profesional realizada por técnicos especializados, por supuesto es necesario que los tengamos muy en cuenta, pero también debemos conocer toda una serie de reglas de carácter general que deben cumplirse para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro equipo por el máximo tiempo posible. A la hora de realizar este mantenimiento deberemos tener bien presente cuáles son nuestros enemigos:

  • El agua salada: actúa como un auténtico corrosivo para el material de buceo, por lo que después de una inmersión, siempre deberemos limpiar el equipo con abundante agua dulce. Esto es aún más importante cuando vamos a dejar de utilizarlo durante varios meses; la limpieza con agua dulce es algo prioritario.

  • El sol: cualquier elemento que se deje al sol durante un tiempo quedará prácticamente inservible. El sol desgasta los materiales con los que está realizado el equipo acelerando su desgaste a pasos agigantados.

  • La suciedad: restos de arenas, algas, partículas… pueden estropear hasta el equipo más caso. La limpieza es una tarea básica y necesaria que cualquier buceador debe tener siempre presente.

  • La oxidación: determinadas partes del equipo pueden oxidarse con la acción de la humedad, por ello resulta tan importante realizar un correcto secado de todos los elementos antes de guardarlos y vigilar que el lugar elegido para hacerlo esté correctamente ventilado, sin que haya humedad.

Identificados los principales problemas que pueden poner en peligro nuestro equipo, deberán ser tenidos en cuenta para el correcto mantenimiento de todas y cada una de sus partes.

EL PRIMER PASO: ENDULZAR EL EQUIPO

El primer paso puede parecer obvio y es que todos somos conscientes de la necesidad de endulzar el equipo para evitar que la salinidad del agua marina lo estropee. Sin embargo, no todos sabemos cómo debe realizarse esta tarea de forma adecuada para garantizar que el endulzado es el correcto. Y es que, aunque no lo parezca, existe un orden para hacerlo:

  • En primer lugar, conviene endulzar el material delicado: el ordenador y el regulador principalmente, pero también las cámaras fotográficas y elementos de este tipo.

  • Procederemos después con el chaleco.

  • Por último, limpiaremos el equipo ligero. Esta parte es la que suele tener más suciedad e incluso arena por lo que, si la laváramos de primera, estaríamos ensuciando el agua y, lo que es peor, pondríamos en peligro los otros elementos más delicados.

EL TRAJE

Siga los siguientes consejos antes de guardarlo:

  • Lavarlo con agua dulce tras su utilización . En esta operación se deberá tener mucho cuidado con las válvulas de inflado y de desinflado.

  • Secarlo a la sombra, en un lugar ventilado. Durante el secado, tendremos especial atención en colocar la capucha hacia abajo, de manera que no se formen cúmulos de agua.

  • Si no lo va a utilizar durante un periodo relativamente largo de tiempo, antes de guardarlo deberá limpiarlo por dentro.

  • Lávelo a máquina, con un ciclo corto en el que no debe incluirse el centrifugado y a un máximo de 30º. Utilice un detergente delicado.

  • Déjelo secar al aire libre, en un lugar donde no reciba la luz del sol de forma directa. Antes de guardarlo deberá comprobar que está perfectamente seco, en todas sus partes.

  • Lubrique los mangos y los cierres de las cremalleras con silicona en spray o los productos específicos que encontrará en cualquier tienda especializada.

  • Guárdelo en un sitio seco y fresco, sin que reciba la luz solar y a poder ser que esté ventilado pero sin humedad.

  • Lo más adecuado es guardarlo colgado, para evitar dobleces que puedan terminar en grietas. Si esto le resulta imposible, trate de doblarlo con sumo cuidado, vigilando que se genera el menor número de pliegues posible.

Hay que remarcar que es tan importante el secado como el lavado. Por muy limpio y sin sal que hayamos dejado el traje, de nada servirá si éste se guarda algo húmedo, puesto que los hongos y bacterias pronto aparecerán, cebándose con el traje que pronto cogerá ese desagradable olor que puede repercutir en problemas posteriores.

Por eso es muy importante que después de lavarlo procedamos a colgarlo en una percha, preferiblemente al aire libre, expuesto a corrientes de aire que lo ventilen, pero nunca dejar que el sol le dé de pleno, porque su acción desgasta enormemente el material.

OCTOPUS Y REGULADOR

Resaltaremos aquí la importancia de realizar revisiones profesionales del regulador cada 80 inmersiones o bien cada 2 años. Es la única forma de garantizar el correcto funcionamiento de este aparato, algo que sin duda resulta fundamental para cualquier buceador.

Un regulador con fuga o alguna tórica dejando una estela de burbujas no es lo ideal a la hora de comenzar una inmersión. Por tanto un adecuado chequeo pre-buceo es la medida mínima que debemos observar. Lo cierto es que la gran mayoría de los problemas pueden detectarse antes de bucear si hacemos una inspección cuidadosa de nuestro material.

Hay estudios que sostienen que muchos reguladores no operan dentro de los parámetros de la norma EN250, generalmente por problemas de mantenimiento, compatibilidad de equipos, malos ajustes etc.

Además, existen una serie de precauciones básicas que deberemos tener en cuenta a la hora de hibernar el regulador, una de las piezas más delicadas del equipo de buceo, por lo que conviene vigilar con esmero su mantenimiento:

La primera regla que debemos cumplir es la de lavarlo adecuadamente y con agua dulce después de cada inmersión. Por supuesto antes de hacerlo colocaremos el tapón de la conexión a la botella para evitar la entrada de agua. Para ello no resulta conveniente aplicar chorro de agua a alta presión.

Cuando estemos seguros de que hemos eliminado cualquier resto de salitre o residuo, lo secaremos para después colgarlo a la sombra en un lugar seco. Lo colocaremos con la segunda etapa hacia abajo, para escurrir cualquier posible resto de agua que haya podido quedar en las mangueras.

Además de esto, deberemos respetar tres reglas de oro en el uso habitual del regulador:

  • Para su transporte, guárdelo siempre separado del resto del equipo y con sumo cuidado.

  • Nunca coja las botellas por el regulador (ni aún estando en el agua).

  • Nunca deje el regulador expuesto al sol ni a latas temperaturas.

Como decíamos antes, a parte de este mantenimiento que podríamos definir como “diario”, es preciso que cada regulador pase una serie de inspecciones periódicas más técnicas, necesarias para garantizar un correcto funcionamiento a lo largo de su vida útil y mantener la garantía.

Entre una y otra revisión nunca está de más comprobar que el regulador no remite silbidos o ruidos cuando inhalamos, puesto que si lo hace es un claro síntoma de que necesita reparación. Atención prestaremos también al estado del filtro cónico de entrada de la primera etapa, si está oxidado o tiene residuos debemos enviar cuanto antes el regulador a reparar, puesto que ese filtro es un fiel reflejo del estado de todo el equipo.

EL JACKET

La compra de un jacket supone un importante desembolso económico, por lo que a nadie le hace gracia comprobar que, tras unos meses guardado, queda inservible o no ofrece todas las garantías con las que se adquirió. Para evitarlo, siga estos sencillos consejos:

A pesar de que el chaleco es un instrumento estanco, lo cierto es que es prácticamente imposible que no penetre algo de agua en su interior, sobre todo si utilizamos cualquiera de las válvulas de sobrepresión. El agua salada es el mayor enemigo de nuestro chaleco y eso conviene tenerlo claro para intentar evitar complicaciones.

En principio, bastará con sacar del chaleco toda el agua entrante tras finalizar la inmersión; si bien suele suceder que quede algo dentro (sobre todo de la sal que acompaña el agua que resulta mucho más que peligrosa). Por eso siempre es recomendable que además de endulzar el chaleco por fuera, echemos agua en el interior del saco, lo que podemos hacer bien por inmersión o bien introduciéndola a través de la tráquea (siempre con precaución de apretar el botón de salida del aire, pues de lo contrario el agua no entrará).

Conviene dejar ese agua en el interior durante cierto tiempo, con el fin de que la sal se deshaga y salga con el agua, cuando vaciemos el chaleco. Cuando lo vayamos a guardar deberemos tener la precaución de hincharlo un poco, puesto que no conviene guardarlo totalmente vacío (para evitar que se peguen las zonas del globo).

Recapitulemos:

  • Guarde la vejiga ligeramente hinchada y, por supuesto, sin ningún tipo de residuo en su interior.

  • Desmonte las válvulas, poniendo mucho cuidado en no desenganchar el soporte que las fija a la vejiga. Una vez desmontadas, las válvulas deberán limpiarse con abundante agua dulce, tras lo cual las secaremos bien y las volveremos a montar en su sitio.

  • Verificamos el mecanismo de tracción de la purga, cambiando el cordón en caso de que lo consideremos importante.

  • Resulta importante también el desmontar, engrasar y volver a montar cada uno de los tornillos y roscas con los que cuenta el chaleco.

  • Ponga mucho cuidado en no dejar nada en los bolsillos, ya que si permanece algún elemento en su interior durante un largo periodo puede causar daños al chaleco.

EL ORDENADOR DE BUCEO

Gracias a su robustez y especial diseño, el ordenador de buceo apenas requerirá de mantenimiento, si bien siempre es recomendable mantener una serie de “buenos hábitos” que sin duda prolongarán la vida del aparato:

  • El ordenador no debe dejarse nunca al sol, puesto que cualquier sobrecalentamiento será perjudicial para el mecanismo. Por ese motivo tampoco es recomendable dejarlo durante largo tiempo en el coche.

  • Nunca lo guarde dentro de una bolsa con humedad, puesto que de esta forma el aparato no podrá evaporar el agua, pudiendo incluso ponerse en marcha. Por eso no es de ningún modo recomendable guardar el ordenador en la bolsa después del buceo.

  • Recuerde enjuagarlo con agua dulce después de cada inmersión para eliminar la sal. Ponga especial atención en los contactos de puesta en marcha del aparato y de sus memorias, secándolas bien con un paño seco.

  • Cuando vaya a guardarlo durante algún tiempo, deberá buscar un lugar fresco y seco. Su embalaje original es un buen sitio.

  • No utilice aerosoles químicos, puesto que pueden dañar enormemente la caja de plástico del ordenador.

HERRAMIENmantTAS NECESARIAS

Sobra decir que no necesitaremos una caja llena de herramientas para ir a bucear, pero sí es conveniente contar con un mínimo de herramientas para hacer algún ajuste o reparación menor de urgencia.

Desde este punto de vista no viene mal contar con alguna herramienta multiuso, no son caras y nos sirven para los latiguillos, sacar tóricas, desenroscar los tapones de los puertos de la primera etapa etc.

Por supuesto en tiendas especializadas, encontraremos kits más elaborados con más herramientas específicas que nunca están de más. Pero eso ya dependerá de cada usuario ya que no es lo mismo bucear desde centros usando sus recursos que hacerlo por libre, en estas situaciones algo mal colocado o un olvido puede dejarnos sin bucear.

Además de esto, llevar bridas plásticas, alguna boquilla extra para el regulador, correas de repuesto etc pueden salvarnos una jornada de buceo.

Publicado en: Buceo, Material

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