Técnicas de escalada

Deportes extremos

El repertorio técnico del escalador es enormemente amplio, aquí recogemos las técnicas más utilizadas.

Principios básicos

Antes de entrar en detalles técnicos específicos, existen una serie de principios básicos que deben ser tenidos en cuenta:

  • Mantener en todo momento tres puntos de apoyo con la roca, como mínimo. Debemos desplazar una extremidad cada vez, buscando un nuevo punto de apoyo inmediatamente.
  • Subir alejando el cuerpo de la pared, lo que nos permitirá divisar mejor los siguientes puntos de apoyo.
  • No cruzar los pies.
  • Mantener la mayor parte del trabajo en las piernas y pies.
  • Realizar movimientos estáticos, es decir, que no sean bruscos.
  • Escalar siempre asegurado.
  • No escalar si el terreno está mojado.
  • No escalar en solitario si no estamos totalmente seguros de nuestras posibilidades.

Escalada en bloques

Esta técnica se utiliza como un acercamiento al mundo de la escalada. Para su desarrollo deberemos seleccionar rocas de mo más de 3 metros de altura, que nos servirán para comprobar temas tan básicos como la adherencia del calzado elegido a la roca, las oscilaciones del centro de gravedad en los desplazamientos en la pared, las presas básicas o la regla de los tres apoyos.

Escalada de adherencia

LUGARES: La escalada de adherencia es la que utilizamos en paredes que no son del todo verticales y/o que no disponen de suficientes presas. Se emplea asimismo para superar canales resbaladizos.

RECOMENDACIONES TÉCNICAS: En estas situaciones será enormemente importante la colocación del cuerpo: la parte inferior del mismo deberá separarse lo máximo posible de la pared y trataremos en todo momento de que el mayor peso del cuerpo se aplique en el punto de contacto de los pies con la roca. Siguiendo estos requisitos será de suma importancia no intentar alcanzar presas que se encuentren muy alejadas de nuestra posición.Si nos encontramos en la situación de tener que acceder a una presa que se encuentra alejada, mantendremos las manos en las presas disponibles y avanzaremos poco a poco, con pequeños pasos. A esto se le llama “superación por adherencia”.

Entrañará mayor dificultad el hecho de intentar avanzar sin disponer de presas de manos. Para ello apoyaremos la palma de la mano en la roca, con los dedos hacia abajo y avanzaremos dirigiendo los pies hacia las manos.

En esta modalidad técnica de escalada resulta casi imposible ir hacia atrás, por lo que toma mayor importancia el saber qué paso va a ser el siguiente, para no
equivocarnos teniendo en cuenta que cualquier movimiento que realicemos de forma precipitada puede suponer una caída.

Por lo tanto en la escalada de adherencia tiene un importante papel el factor psicológico; saber mantener la tranquilidad y el equilibrio interno es esencial para poder practicar esta actividad con el mínimo riesgo.

Escalada en X

  • LUGARES: la escalada en X suele practicarse en chimeneas anchas, en diedros e incluso en placas de gran verticalidad.
  • RECOMENDACIONES TÉCNICAS: habrá que proceder realizando alternativamente un agarre de apoyo y un agarre de tracción. Escogeremos el punto de apoyo que se encuentre aproximadamente a la altura de nuestra cabeza.El centro de gravedad de nuestro cuerpo deberá encontrarse sobre la superficie de apoyo (línea que une los apoyos de los pies), esto nos permitirá economizar fuerzas.

Este tipo de escalada se denomina en X porque el escalador deberá ir realizando un movimiento que imite esta letra, procediendo de la siguiente forma:

  • Colocación de la mano derecha.
  • Colocación del pie derecho.
  • Colocación de la mano izquierda.
  • Colocación del pie izquierdo.

Escalada en fisuras

LUGARES: evidentemente en fisuras.

RECOMENDACIONES TÉCNICAS: este tipo de escalada se realiza mediante empotramientos que, según el ancho que presente la fisura, se realizarán con los dedos, las manos, los puños, los codos, los pies, las rodillas o con el cuerpo entero.Como es natural, si utilizamos los dedos la presión que recaerá sobre ellos será enorme y eso conlleva riesgo de importantes lesiones. Es preferible decantarnos por el empotronamiento de las manos, que deberá realizarse con los pulgares hacia arriba, para lo cual introduciremos los dedos extendidos en la fisura, procediendo a cerrar el pulgar tanto como nos sea posible.

En fisuras que tengan el ancho de la mano podemos empotrar las puntas de los pies, para lo cual los colocaremos de canto. En fisuras irregulares o algo más anchas suele cometerse el error de meter el pie horizontalmente y pisar hasta que se empotra, puede ocurrir que el pie se nos quede enganchado en la fisura.

Si nos encontramos con una fisura muy grande para nuestra manos, podremos valernos de los puños. Para ello introduciremos la mano horizontalmente en la fisura y cerraremos el puño. Esta es sin duda una modalidad técnica que requiere de mucha práctica.

En fisuras de tamaño aún mayor, introduciremos todo el brazo para después girar el codo. Esta posición suele presentar bastante inestabilidad por lo que es
recomendable únicamente para momentos de reposo.

Escalada de chimeneas

  • LUGARES: denominamos chimeneas a las grietas anchas que nos proporcionan el espacio suficiente para todo el cuerpo. Podemos distinguir entre chimeneas estrechas, de oposición y de extensión; en función de su anchura.
  • RECOMENDACIONES TÉCNICAS: en primer lugar debemos señalar que, sea cual sea la anchura de la chimenea, el escalador no deberá introducirse en lo más profundo de la misma. Escalaremos de forma tranquila, sin movimientos bruscos que puedan ponernos en peligro y tratando de controlar nuestras fuerzas en todo momento.
  • Escalar en chimeneas estrechas: ambas piernas o ambos brazos deberán moverse al mismo tiempo. La parte superior del cuerpo consigue empotrarse, avanzamos
    enderezando las piernas al tiempo que soltamos la parte superior.
  • Escalar en chimeneas de oposición: apoyaremos los pies contra una de las paredes de la chimenea y la espalda y las manos contra la otra pared; para avanzar apretaremos las piernas fuertemente contra la pared situada al frente, los brazos mantendrán el cuerpo en su posición mientras desprendemos la espalda de la pared. Volvemos a colocar la espalda algo más arriba contra la pared y subimos las piernas en pequeños pasos. Para conseguir avanzar más rápido podemos colocar una pierna en la pared trasera.
  • Escalar en chimeneas de extensión: son las chimeneas más anchas, en ellas avanzaremos colocando el brazo y el pie derecho en una de las paredes de la chimenea y las extremidades de la izquierda en la otra pared. Si los muros son lisos, conseguiremos el apoyo con la palma de las manos y apoyando la mayor parte posible de la suela de los pies. Los pies se colocarán con la punta hacia arriba, las manos a la altura de los hombros y con el pulgar señalando hacia abajo. Al alzar una pierna deberemos aumentar la presión sobre la mano contraria.

Escalada dinámica

La escalada dinámica se basa en la posibilidad de sacar el máximo rendimiento a los momentos de inercia; es decir, pasamos del típico movimiento estático y meditado de la escalada a otro dinámico basado en la utilización del impulso corporal.

Esta técnica se basa en que el momento del agarre y de la carga del peso se produzcan exactamente en el punto en el que el movimiento cambia de sentido, instante que se conoce con el nombre de “punto muerto”. Para conseguirlo deberemos tener preparado el cambio de agarre cuando se va llegando al final de la trayectoria ascendente. Asimismo es necesario que la mano que se queda en la roca se afiance al máximo.

Evidentemente esta es una técnica que sólo deben utilizar escaladores experimentados, que requiere de una perfecta coordinación de los movimientos.

Es imprescindible que quien desee dominar esta técnica domine previamente las caídas, teniendo en cuenta que es mucho más difícil dominar una caída que aparece tras un impulso que otra “normal”.

Existen diferentes tipos de lanzamientos que podemos utilizar:

  • Lanzamientos con aceleración vertical: para preparar el movimiento nos encogeremos al máximo, trataremos de conseguir que la aceleración apunte directamente hacia
    arriba, tras habernos afianzado en el agarre inferior mantendremos el superior con lo que evitaremos el posible desplazamiento pendular.
  • Lanzamientos con aceleración hacia la pared: se emplean en escalada sobre pequeñas regletas y ligeramente extraplomada. La aceleración en este caso es más bien hacia la roca (no hacia arriba). Los dos pies deberán mantenerse en la roca.
  • Lanzamientos con aceleración pendular: técnica adecuada para escalar extraplomos con agarres grandes o en techos. Para poder realizarlos aceleraremos el cuerpo en una trayectoria circular alrededor del brazo extendido, para ello será necesario disponer de un óptimo agarre. Es un buen lanzamiento, que nos ahorrará gran cantidad de esfuerzo.
  • Saltos: se pueden realizar desde el suelo o desde la posición de escalada. Si lo hacemos en escalada la presa a alcanzar deberá tener forma similar a un buzón ya que debe aguantar el movimiento del escalador. Nos impulsaremos paralelos a la parede intentaremos agarrarnos con una sola mano, mientras la otra guía la dirección del salto y reduce la posible oscilación.

Escalada en extraplomos y techos

Sólo podrán realizar escaladas en extraplomos y techos las personas cuya fuerza física se lo permita.

La técnica para ello se basa en un principio: mantener el centro de gravedad del cuerpo cercano a la pared, teniendo en cuenta que cuanto más se traslade hacia atrás mayor será el giro que debemos aguantar con la fuerza de los dedos. Para mantener este centro de gravedad deberemos tener el cuerpo en tensión, de ahí el hablar de la fuerza física como un elemento indispensable.

Un aspecto importante para el ahorro de energías en este tipo de escalada es el de intentar escalar siempre que podamos con los brazos extendidos (lo que nos ayudara a relajar la zona de los hombros y la espalda). Las posiciones que son más eficaces son las de arco y de cuerpo girado, en caso de que existan los suficientes agarres, el girar el cuerpo nos permitirá seguir agarrándonos sin doblar el brazo que nos sujeta.

Movernos en extraplomos nos obligará a no comenzar a escalar hasta que no tengamos perfectamente planeada la ascensión ya que debemos evitar en todo momento quedarnos parados de forma innecesaria.

En el caso de la escalada en techos deberemos poner especial cuidado con el “movimiento pendular”, para evitarlo deberemos intentar mantener los pies en
constante contacto con la roca o trasladando lentamente el centro de gravedad del cuerpo hasta la verticalidad de los agarres. Otro aspecto importante es que debemos mosquetear los seguros del techo desde la última posición vertical que encontremo, de no ser así necesitaremos mucha más fuerza para conseguirlo durante el recorrido lo que puede llevarnos a una situación de peligro.

Rappelar

El rappel es el sistema más utilizado para descender de una pared tras su escalada, evitando descensos fatigosos.

Para rappelar utilizaremos preferiblemente cuerdas dobles que fijaremos a anclajes fijos de la pared, a una roca o a un árbol que nos ofrezca total seguridad. Siempre es recomendable anclar en dos puntos, para evitar un accidente en caso de que uno de ellos falle.

A la hora de bajar nos serviremos de descendedores en forma de “8”, que nos permitirán tener un mayor control de la caída y nos ayudará a economizar nuestras fuerzas. Para realizarlo doblaremos las cuerdas, formando un lazo que se introduce por el agujero grande, pasamos tras la anilla del agujero pequeño y enganchamos éste al mosquetón del arnés. Tras cerrar el seguro del mosquetón ya estaremos preparados.

Si llevamos la cuerda al frente, se deslizará y comenzaremos a descender, si la ponemos hacia atrás cerraremos el ángulo de fricción y nos detendremos. Sólo queda que nos coloquemos a la roca con el cuerpo casi en ángulo recto y con los pies apoyados sobre ella; nos desplazaremos “andando” sobre ella.

Si vamos en grupo, en el momento en que un escalador alcance el suelo o el siguiente rappel, deberá avisar al compañero. Suele utilizarse para ello la expresión “cuerda libre”.

A la hora de rappelar es conveniente tener en cuenta las siguientes precauciones:

  • Disponer siempre de una segunda cuerda auxiliar.
  • Revisar la colocación del arnés cuidadosamente.
  • Bajar despacio, para evitar el calentamiento de la cuerda y del ocho.
  • Especialmente si se trata de un rappel volado, deberemos anudar los extremos libres de la cuerda.
  • Mucho cuidado con elementos de la ropa (ropa suelta, bufandas…) o incluso el pelo largo que puedan engancharse al freno y obstruirlo.
Etiqueta: Escalada
Publicado en: Aventura, Deportes extremos

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