Uno de los principales problemas surge a la hora de
calcular la cantidad de plomo que cada uno necesita.
Para ello existe una
regla relativamente sencilla:
Estimar 1 kilo de plomo por cada 10 kilos de nuestro cuerpo.
Hay que tener en cuenta que a nuestro peso deberemos añadir la flotabilidad que nos de cada traje en particular, generalmente esto supone entre 2 y 3 kilos más.
Para estar totalmente seguros de que el lastre es el adecuado, deberemos meternos en el agua, comprobando que tendemos a sumergirnos justo hasta la línea de la nariz. En caso de que los hundamos más, el lastre será excesivo y si por el contrario vemos que tendemos a flotar, precisaremos añadir más peso.